Ciertamente la rápida evolución tecnológica hace que también las leyes tengan que evolucionar rápidamente pero cuando uno lee las leyes y comienza a atar cabos se da cuenta de que algo raro pasa.
PODEROSO CABALLERO ES DON DINERO
Ahora que empiezo a meterme en fregados y para poner lo que os cuento en contexto os voy a relatar qué ha pasado y qué está o estaba a punto de pasar en la industria del calzado deportivo para que cada cual saque sus conclusiones. Vayamos por partes y por orden cronológico.
Lo primero que a día de hoy el mayor patrocinador de WA y casi su única fuente de ingresos es Nike así que podéis pensar si lo que os voy a contar es casualidad o un claro ejemplo de clientelismo. Esta relación viene de largo y, desde luego, el mundo del atletismo debe estar agradecido a la multinacional norteamericana por el apoyo a nuestro deporte pero como toda relación de dependencia tiene guisa de acabar mal.
PRIMER GOLPE: LA DISPONIBILIDAD UNIVERSAL
Decía y sigue diciendo, con toda la lógica del mundo, la normativa de material que éste debe estar accesible para todos los atletas. En la práctica los atletas casi están obligados a correr con la marca que les patrocina pero al menos con esta coletilla en la ley nos aseguramos de que todos puedan competir con igualdad en lo que a material se refiere. Los primeros problemas vinieron cuando Nike comienza a calzar a sus atletas de pista con prototipos de lo que a día de hoy son las Nike Dragonfly. A todas luces no solo corren con ventaja, el tiempo lo ha demostrado, sino que al no estar comercializados se está quebrantando de manera flagrante la ley. Comienzan los primeros tambores de guerra pero WA calla.
SEGUNDO GOLPE: ESTO SE NOS VA DE LAS MANOS, TOCA LEGISLAR.
Al César lo que es del César. Fui uno de los primeros en contaros las ventajas de correr con las Vaporfly y, desde luego, por aquel entonces y ahora aplaudo toda evolución tecnológica dentro de unos márgenes que no desvirtúen la fisiología. Eran los años del boom de la, en singular, zapatilla con placa de carbono que por aquel entonces solo tenía un nombre: Nike Vaporfly. Tal era su aplastante dominio que hasta los atletas de otras marcas las camuflaban para no quedarse atrás frente a los patrocinados por Nike. Era una realidad humillante pero que lógicamente tenía fecha de caducidad. Sería así pero mientras la competencia, totalmente a contrapié, reaccionaba, la marca norteamericana estaba dispuesta a exprimir su ventaja tecnológica al máximo.
Corría el mes de octubre de 2019 y Nike iba a dar el que seguramente ha sido el mejor golpe mediático de la historia del atletismo. En una segunda ocasión se iba a intentar correr el maratón por debajo de las 2 horas y el encargado, como no, era Eliud Kipchoge. Era una prueba fuera de la legalidad y con toda clase de artimañas para conseguir el objetivo, pero desde luego que ya comenzaba a alertar a muchos sectores. El foco no estaba puesto en el circuito, las liebres, los coches o los avituallamientos ya que todo eso hace tiempo que está legislado y atado. La preocupación venía por las zapatillas. Aunque como digo era una prueba fuera de la ley se comentaba que el prototipo que utilizaba Eliud aquel día, que a la postre serían las actuales Nike Alphafly, medía 50 mm de altura y llegaba a sobreponer hasta tres placas en su interior. Nunca lo sabremos pero algún estudioso del tema llegó a predecir que el bueno de Eluid “tan solo” había corrido en torno a las 02:03 y que el resto era atribuible a la enorme ventaja de aquella extraña zapatilla.
Difícilmente WA iba a poder mirar para otro lado en aquella ocasión pues ya eran demasiadas las voces que cuestionaban si el atletismo no corría peligro de ser desvirtuado por completo. Por si no era difícil acallar las voces el mismo fin de semana la Keniana Brigid Kosegei reventaba el record femenino de maratón. Podría parecer un record más pero no, no lo era. El record de Paula Radcliffe (02:15:25) eran tan surrealista que hasta aquel día lo normal era que las mejores atletas del mundo se quedaran a dos o tres minutos de la marca de la británica. Para colmo de males la mujer que lo batía, Brigid Kosgei, lo hacía por nada más y nada menos que cuatro minutos con respecto a su anterior plusmarca, de hecho, no ha vuelto a correr ni parecido. Saltaron las alarmas en todos los estamentos, ya era demasiado, e incluso se decía que la atleta había manipulado sus Nike Vaporfly Next para meterles otra placa más. WA no podía seguir mirando para otro lado.
TERCER GOLPE: UN TRAJE A MEDIDA
En medio de un revuelo mediático sin precedentes y con cada vez más voces exclamando que se había llegado demasiado lejos WA se ve obligada a legislar. Deprisa y corriendo saca una ley con grandes vacíos y que sospechosamente copia los datos técnicos de los modelos de Nike como los máximos permitidos. En favor de WA diré que de cualquier otra forma hubiera sido un ridículo y un follón pues habría que invalidar todos los records conseguidos con dichas zapatillas, y no eran pocos.
EMPIEZA LA GUERRA
Entre tanto y como era de esperar el resto de marcas comienza a hacer sus pinitos con las zapatillas de fibra de carbono. En un principio atacan a las VaporFly por su flanco más débil, la estabilidad. Esto no preocupa demasiado a la marca norteamericana pues además de que siguen vendiendo como churros, en términos de rendimiento absoluto siguen siendo los reyes. Las zapatillas que proponen marcas como Brooks, Hoka, New Balance o Saucony seguramente sean más indicadas para los atletas populares que sin embargo siguen seducidos por lo que ven en la televisión, Nike sigue arrasando en la élite.
Basta decir que con los stocks agotados, y con ese dominio de imagen, a Nike le podía dar igual lo que hicieran esas marcas pero estaba por llegar la respuesta de las que sí podían quitarle protagonismo, Adidas y Asics. Se lo estaban tomando con calma alemanes y nipones y sus primeras zapatillas con placa pasaron bastante desapercibidas, pero todo eso iba a cambiar. Sería durante la media y maratón de Valencia cuando Adidas le diera el primer golpe serio a Nike. En plena pandemia y con gran atención mediática los atletas de Adidas comenzaban a tomar los puestos de podio e incluso la guinda lo ponía un record del mundo de Kandie. Ahora los focos estaban sobre las zapatillas de la casa germana que se habían estrenado por todo lo alto.
Como si de una eclosión primaveral se tratase con vistas a los JJOO olímpicos de Tokyo todas las marcas comienzan a lanzar nuevos modelos de zapatillas que ahora sí consiguen repartir mucho el pastel. Era el final de una pequeña era, algo esperado por otra parte pues todo avance tecnológico es copiado y mejorado en todas las industrias. Nike sabía que ya sería muy difícil y caro mantener su aplastante hegemonía en la ruta. No quiere decir ni mucho menos que desapareciera pero ya no sería un monólogo como antaño.
Como si todo estuviera calculado la marca norteamericana perdía su hegemonía en la ruta justo cuando llegaba el único evento que la ensombrece, los JJOO. Sobre la pista sí que seguían gozando de su ya muy duradera y consolidada situación de dominio. Este dominio se basa no solo en un excelente producto (sus clavos) sino en una ingente cantidad de atletas patrocinados que por mera estadística aseguran un buen puñado de medallas. Pasó lo que estaba escrito y la mayoría de medallas fueron a parar a atletas patrocinados por la marca norteamericana y, todo hay que decirlo, por méritos propios.
Llegados a este punto viene la madre del cordero. Aunque como digo sobre la pista hay prácticamente un monologo de Nike empieza a verse en el horizonte que, como ya pasara en la ruta, el resto de marcas quiere su parte del pastel. Adidas responde con bastante fuerza poniendo en el mercado dos modelos de zapatillas de clavos con tecnologías similares a las de Nike y por un precio muy inferior. Asics lanza un modelo que, aunque casi marginal, tiene un rendimiento bestial (las que utiliza Mohamed Katir) y en los trials de USA se ven modelos de New Balance y Brooks muy prometedores. Parece que esta vez no le van a dejar años de ventaja y están dispuestos a plantar cara.
CUARTO GOLPE: DEL TRAJE A MEDIDA AL TRAJE EXCLUSIVO
En plenas navidades y por sorpresa el bueno de Sebastian Coe presenta la nueva normativa para zapatillas. Todo queda igual más o menos, pero llegamos al apartado de atletismo en pista y aquello se convierte en un esperpento. Afirma generosamente nuestro querido amigo que por aquello de dar tiempo a rentabilizar los nuevos modelos de clavos va a dejar las actuales medidas hasta después de los JJOO de 2024. Gracias buen hombre, pero me da que no sabe usted que estamos a 2022 y que la mayoría de esas zapatillas se iban a poner a la venta para primavera de 2023. Esto quiere decir que las marcas van a tener un solo año para rentabilizar millonarias inversiones vendiendo zapatillas que en un año serán ilegales. Es usted un genio.
Para “sorpresa” de todos las nuevas medidas propuestas salvan de la quema a los modelos de Nike que, repito, es la mayor patrocinadora de la entidad que hace las leyes ¿eso en política no era delito? Las perjudicadas no solo son las marcas deportivas que van a perder el dinero invertido en el desarrollo de productos que no van a poder vender, sino que peligra y muy mucho el mismo atletismo y su credibilidad. ¿Os habéis preguntado quién va a batir los records que se hagan antes de la prohibición si en efecto estas nuevas zapatillas de clavos suponen una ventaja? ¿Qué será de un atletismo huérfano de records durante años? Otra cosa que me parece un despropósito es que quienes hemos corrido con estas zapatillas de clavos no solo corremos más, sino que además lo hacemos, y he aquí la gran diferencia, con mucho menos dolor. Si mal no recuerdo uno de los males endémicos del atletismo eran los llamados héroes anónimos y efímeros que son todos esos atletas que tienen carreras profesionales destacadas pero muy cortas, tanto que a la mayoría no les daba ni tiempo a aprender sus nombres y así crear memoria = ingresos. ¿No son estas zapatillas una manera de facilitar una vida profesional más larga? He aquí que todo vuelven a ser contradicciones que indican que WA está más pendiente de satisfacer las exigencias de su patrocinador que de hacer leyes que beneficien la competencia y a los atletas.
Señor Coe si tiene usted a bien vea lo bien que le fue a nuestro deporte amigo, el ciclismo, cuando le comenzaron a caer “regalos” con letra pequeña (US POSTAL-Lance Armstrong). Cuando llegue la inquisición no se sentarán con usted sino de frente.