Según la empresa TÜV SÜD, especializada en ensayos de material, inspección, auditoría, certificación, formación y consultoría, los chalecos son la opción más segura, seguidos por los manguitos de espuma que no se puedan pinchar y se sujetan firmemente a los brazos. Los churros ayudan a la flotabilidad pero no son tan seguros.
Oriol Roig, técnico en seguridad de elementos acuáticos afirma que “lo más seguro es la vigilancia de un adulto y seguir la norma del 10-20: mirar a los niños cada diez segundos y no estar a más de 20 segundos de distancia. Para los que aún no saben nadar, vigilancia constante"
Como complemento, no está de más hacerse con un EPI (Equipo de Protección Individual) de flotación, como chalecos o manguitos, fijándose en que esté debidamente certificado y cumpla con todas las normas de seguridad. Lo primero que hay que saber es diferenciar entre juguetes acuáticos, como colchonetas, y EPIs, que, como los chalecos, están destinados a la flotabilidad en piscinas o aguas poco profundas.
Oriol Roig, experto en seguridad de elementos acuáticos de TÜV SÜD en España asegura que “hay infinidad de productos en el mercado a precios muy variables; unos ofrecen la valiosa seguridad que buscamos y otros no. El producto que encontramos con la licencia infantil de moda, y que compramos en sitios de menor reputación que grandes almacenes o tiendas especializadas, es más susceptible de no cumplir, y por lo tanto mucho menos seguro".
Los manguitos, para que sean seguros, deben ser EPI, por lo tanto deben venir marcados con el CE y con frases similares de advertencia: “Peligro, no protege de ahogamientos. Infle todas las cámaras. Úselo sólo en la parte alta del brazo y bajo supervisión constante". Sobre los sistemas de flotación más recomendables, el experto lo tiene claro: “el método más seguro es el del chaleco, siempre y cuando esté debidamente homologado, o bien los manguitos que no se puedan pinchar y que estén sujetos firmemente a los brazos del pequeño".