En su haber están prácticamente todos los galardones que un actor español puede tener en casa. Su mayor popularidad se la dio Emilio, en la exitosa serie ‘Aquí no hay quien viva’ y aunque la pequeña pantalla le ha dado mucho, Fernando se confiesa enamorado del teatro. Su reciente pasión por el fitness nos llamó la atención y nuestra curiosidad dio pie a este interesante encuentro y a que fuera la portada del número de mayo de Sport Life que mañana llega a quiosco.
“Con 14 años devoraba libros de teatro y con 15 me sabía de memoria ‘La casa de Bernarda Alba’. El hijo de la tía abuela que me crió era cómico, un actor que trabajaba por la zona de Córdoba y creo que de ahí me viene la pasión por actuar. A mí me gustaba de siempre el teatro clásico. De pequeño ya me cogían para todas las obras del colegio, era tímido…bueno, sigo siéndolo aunque no lo aparente, y representar personajes era una forma de evadirme de mi propio yo reservado, para poder ser otra persona y dar rienda suelta a sentimientos que igual no era capaz de sacar sin un disfraz".
En mi carrera el deporte me aporta mucha positividad
¿Fue fácil llegar donde estás ahora?
Uno a veces hace magia sin proponérselo, aunque no creo que haya logrado nada que no pueda conseguir cualquiera. Desde los 13 años sabía que quería ser actor pero no contaba con ninguna ayuda familiar ni una posibilidad cercana de conseguirlo, por un lado me decía a mí mismo que no podría conseguirlo nunca sin ayuda y por otra me animaba diciéndome que podía lograrlo aunque fuera sin apoyos. Un día con 27 años, saliendo del cine de ver
Historias del Kronen me lo propuse en serio, me dije ‘Yo quiero hacer esto’ y hacer todo el teatro que me gustaba, que yo veía absolutamente todas las obras que se representaban en Córdoba y luego esperaba en la puerta para conseguir los autógrafos de los actores. Yo quería hacer lo mismo que esa gente que veía en el escenario, que a mí me volvía loco.
Al día siguiente anuncié a mi familia que me iba a Madrid a estudiar Arte Dramático. El primer año trabajaba en la pescadería de mi padre en Córdoba y hacía cursos intensivos los fines de semana en Madrid, iba en bus todas las semanas pero todo esto te hace valorar mucho más lo que consigues y tener los pies en la tierra y en la realidad. El tercer año ya me quedé a vivir en Madrid, trabajando en una pescadería, lo que había aprendido con mi familia, para poderme costear los estudios y ya empecé con mis primeros trabajos, aunque sin cobrar, montábamos la escenografía, actuábamos, lo hacíamos todo.
Tuve la suerte de que me cogiera Fernando León en un casting para ‘Los lunes al sol’ y a partir de ahí ya vino todo algo más rodado.
¿Hacías algún deporte en esos años?
En aquella época huía del deporte, no entendía cómo la gente podía entrenar… ¡qué aburrimiento! Tuve el intento varias veces pero siempre iba con tan pocas ganas que me mareaba, vomitaba… no era nada placentero.
A mí el deporte, te lo digo muy en serio, me ha cambiado muchísimo la vida.
¿Y qué pasó para que le dieras una segunda oportunidad?
Tuve una depresión, uno se va echando cosas en la mochila y se piensa que es Superman y lo puede conseguir todo, pero no… Se juntó eso con que a la vez rompí una relación, se me murió un familiar que era como mi hermano y se muere un perro que me hizo compañía por 20 años, todo casi a la vez. Toqué fondo, la depresión me duró un año y el psicólogo me dijo ‘esto son pastillas o deporte’ a lo que le contesté ‘pues va a ser deporte’.
Empecé a entrenar y enseguida empecé a notar los cambios tanto mentales como físicos y hoy incluso me encantaría montar un gimnasio. He probado muchas disciplinas, sobre todo me va el CrossFit, y a día de hoy me pasa que el día que no hago deporte me enfado mucho conmigo mismo. A mí el deporte, te lo digo muy en serio, me ha cambiado muchísimo la vida.
¿Y cómo cuida su alimentación una persona que pasa tantos días como tú fuera de casa?
Intento adaptar lo que como a cada situación, comer es una disciplina más, uno aprende a comer y acaba sin dieta sabiendo lo que le viene bien lo que no y lo que tiene que tomar. Intento cuidarme mucho ahora, me he llegado a ir con una maleta entera tipo nevera de gira el fin de semana con toda la comida que necesito en táper. De jovencito, como no ganaba peso comía de todo, bollería, fritos… lo que fuera. Hoy me cuido mucho aunque últimamente tampoco me ‘como mucho el coco’, sé lo que me beneficia y lo que no y me siento con mucha más energía y vitalidad que cuando tenía 25 años.
¿Piensas que ahora te influye el deporte en tu carrera profesional?
Sin duda, el deporte te da seguridad en ti mismo y te da actitud y son dos cosas que me vienen muy bien. Durante muchos años la prioridad total la tenía mi carrera profesional y he hecho cualquier cosa por ella, pero ahora me estoy dando cuenta que la prioridad de mi vida soy yo y yo condiciono mi vida a mi felicidad y en mi carrera el deporte me aporta mucha positividad, todo lo que aporta es muy bueno para el teatro, para el cine, para todo.
¿Algún deporte que te gustaría practicar o probar más?
La natación me encanta, también admiro el patinaje artístico, Javier Fernández me encanta, le seguí por la redes sociales, me invitó a su espectáculo, soy de los que se quedaba en ‘La 2’ hasta cualquier hora de la madrugada viendo el patinaje artístico, fascinado con esos movimientos. También la bicicleta me gusta mucho, me muevo mucho en bici por la ciudad, me encanta y me gustaría vivir más el mundo del ciclismo.
Y ahora que estás mucho más fuerte ¿te sientes preparado para un papel de matón de barrio?
Jajajaja, oye pues no me importaría, todo lo que sea crear, innovar, todo lo que sea plantearme retos nuevos me parece maravilloso.
