El deporte en el que un niño compite de tú a tú contra un profesional

Niños de ocho años irrumpen en el panorama internacional como pequeños maestros

Gerardo Centeno García-Rodrigo

Tablero de ajedrez, el deporte en el que un niño compite de tú a tú contra un profesional (Foto: iStock)
Tablero de ajedrez, el deporte en el que un niño compite de tú a tú contra un profesional (Foto: iStock)

Hemos asistido en las últimas décadas a incontables irrupciones de deportistas muy jóvenes en el nivel más alto de sus especialidades. Con excepciones como la gimnasia deportiva o rítmica, el podio no era lugar para chicos y chicas que apenas rondaban la mayoría de edad, pero las nuevas generaciones adelantaron tiempos en futbol, natación, ciclismo… Aunque, en todos los casos, son jóvenes que han dejado de ser niños. Tan solo existe una disciplina capaz de enfrentar en igualdad de condiciones a adultos con impúberes. En el ajedrez no existen barreras más allá del talento individual. Ninguna competición mundial de otra disciplina permite enfrentarse a niños pequeños contra deportistas profesionales. No hay límite en edad ni altura para situarse frente al tablero. En el pasado campeonato mundial de ajedrez rápido (los jugadores disponen de una hora o menos para realizar todos sus movimientos) un ruso de ocho primaveras, Roman Shogdzhlev, dejó en la cuneta a cinco contrincantes con la categoría de Gran Maestro. ¿Alguien se imagina a una menor de diez años derrotando a Carolina Marín en la pista de bádminton? Y qué contar de Faustino Oro, el argentino de diez años que se ha trasladado a España con su familia para continuar con una meteórica carrera que empezó durante los meses de pandemia por el Covid. Lo que se antojaba un pasatiempo para las largas jornadas de confinamiento terminó por encender un resorte en la mente del chiquillo. Su abuelo y su padre habían practicado el juego, pero el nieto no tardó en demostrar que mejoraría la saga. En tiempo récord consiguió sus primeros torneos y el título de maestro de la FIDE. Ahora, Faustino persigue el sueño de convertirse en el Gran Maestro más joven de la historia. Nadie lo ha conseguido antes de los doce años.

La edad de los mejores ajedrecistas continúa descendiendo. La facilidad que aporta la red al aprendizaje, las partidas online y el auge de los torneos internacionales ayuda a ello. Que a la postre sea beneficioso para su formación como personas y el devenir de su carrera, se verá más adelante. Los entrenadores y representantes de las nuevas estrellas del ajedrez tienen en sus manos esa responsabilidad.