Coloca tu sillín en la posición correcta

Aprende a seleccionar la altura correcta del sillín para un mejor pedaleo.

Domingo Sánchez

Coloca tu sillín en la posición correcta
Coloca tu sillín en la posición correcta

Ya sea en sesiones de ciclo indoor o monatando en bicicleta de montaña, debes garantizar que la altura del sillín es la correcta, no solo para una mejor técica de pedaleo y eficiencia mecánica, sino también para evitar posiciones incorrectas que pueden desencadenar algún tipo de sobrecarga o lesión.

La altura debe ser la adecuada para que en el punto más bajo del pedaleo tu pierna no se presente en total extensión pero tampoco en una flexión excesiva. Sigue los siguientes pasos para comprobar tu postura sobre la bici: 

En primer lugar, sitúate lateralmente a la bicicleta y comprueba que el sillín se encuentra a la altura de tu cadera. Aproximadamente la referencia es que coincida con la articulación coxogemoral, es decir, donde el fémur se articula con la cadera.
El siguiente paso es colocarte sobre la bici y comenzar a pedalear. Debes prestar atención al punto más bajo del recorrido. Si la altura del sillín es la correcta, al alcanzar el pedal el punto más bajo, la rodilla debe quedar ligeramente flexionada, la angulación correcta son unos 30º de flexión. En esta posición, la eficiencia mecánica de los músculos de la pierna es la más adecuada, además evitarás que la cadera bascule a los lados y que aparezcan molestias en la zona lumbar.
Si la altura del sillín es muy elevada, al llegar al punto más bajo, lo más seguro es que estés obligado a extender completamente la articulación de la rodilla, incluso el gesto puede venir acompañado de una extensión de tobillo donde la punta del pie mire hacia abajo y una basculación de la cadera que flexionará nuestra columna lateralmente provocando sobrecargas sobre el músculo cuadrado lumbar.
Si por el contrario, el sillín lo colocamos excesivamente bajo, observaremos que la rodilla quede muy flexionada incluso en el punto más bajo. Con este error, en ocasiones nuestras rodillas pueden llegar a chocar con los codos y la columna suele adoptar una posición de flexión que provocará sobrecargas en la zona cervical al dirigir la mirada al frente.