8 formas de mejorar con tu mountain bike

Te damos ocho consejos para que cada vez que cojas tu bicicleta de montaña, tu ruta sea puro disfrute

Juanma Montero

8 formas de mejorar con tu mountain bike
8 formas de mejorar con tu mountain bike

Montar todo lo posible en bicicleta es la mejor manera de mejorar y de ganar experiencia a la vez que mejoras tu forma física. Si lo haces con ciclistas con un nivel un poco superior al tuyo podrás inspirarte y copiar sus gestos, pero en ocasiones hay detalles que no se aprecian y que pueden pasarte inadvertidos.

Aquí recopilamos algunos de esos detalles o consejos a los que, cuando los asimiles, seguro que le sacarás mucho partido. Eso sí, ¡sigue montando todo lo que puedas para que realmente te aprovechen!

1. Monta lo más relajado posible

Resulta difícil seguir este consejo cuando el terreno se complica pero es la forma de aprovechar toda la tecnología de tu bicicleta, de las suspensiones y de la geometría. Cuando te sientes incómodo o una trazada determinada te parece difícil lo normal es que te pongas rígido, de forma inconsciente y refleja.

Te tensas, agarras con muchísima fuerza el manillar y bloqueas tu zona media, como si estuvieras preparando un impacto, con lo que estás más cerca de la caída que de franquear la zona sin problemas.

8 formas de mejorar con tu mountain bike

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Deja que la bicicleta se mueva libremente por debajo de ti, agarra el manillar con suavidad, como si se pudiera romper al presionarlo mucho, lleva los codos y rodillas semiflexionados para que puedan amortiguar y moverse con libertad y ganarás control de forma espectacular.

  • Si eres capaz de respirar hondo y dejar que la bici actúe por ti sin aferrarte a ella como si se te fuera a escapar, yendo relajado, tienes más posibilidades de ‘fluir’ sobre el terreno y de moverte con seguridad.

2. Dirige la mirada al sitio correcto

Es uno de los fallos más comunes y lo cierto es que mirar al punto incorrecto cuando vas montando con tu bici por un sendero suele tener malas consecuencias en forma de caída.

¿No te has sorprendido a ti mismo en alguna ocasión mirando la cadena mientras cambias de plato? También es muy común lo de dirigir la mirada a donde no tienes que ir, como un obstáculo, un árbol al lado del camino o una gran piedra.

Parece que ese efecto fuera magnético ya que a menudo lo que ocurre es que tras la mirada vas tú con tu bici. Hasta los mejores ciclistas de montaña tienen que pensarlo de vez en cuando y repetírselo: “mira al frente, varios metros por delante, hacia donde tienes que ir".

Es demasiado fácil distraerse, por ejemplo con un árbol llamativo al lado del camino pero, si circulamos sobre terreno técnico y vamos rápido, debemos ir concentrados y mirando el punto al que nos dirigimos porque tu bicicleta se dirigirá hacia ese punto de forma natural.

  • Especialmente sobre senderos estrechos llevar la mirada justo delante y anticipando la trayectoria es una de las claves para moverse con seguridad.

3. La equipación adecuada

Es un error tanto llevar poca ropa como ir excesivamente abrigado. Como precaución suelo llevar un chaleco fino en la mochila de hidratación o en un bolsillo hasta incluso en pleno verano.

Todavía recuerdo el día de agosto en que me pilló una tormenta y me quedé helado en mitad de la montaña con un montón de metros de desnivel que bajar aún, totalmente empapado. Lo pasé realmente mal y todo por no llevar en el bolsillo del maillot una prenda de apenas 100 gramos.

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Mira la previsión meteorológica aunque te parezca imposible que el tiempo vaya a cambiar. En entretiempo o si no tienes la seguridad de a qué clima te vas a enfrentar, vístete por capas y podrás ponerte o quitarte prendas hasta llegar al equilibrio térmico.

Una camiseta interior ajustada con un maillot encima, más una chaqueta fina y un chaleco o chubasquero muy fino guardados en el maillot o en una mochila es una combinación con la que podrás ajustar tu temperatura con facilidad sobre la marcha.

  • Una buena chaqueta paravientos o un chaleco te puede salvar de un enfriamiento uno de esos días enque luce el sol pero el tiempo engaña. Si vas con Camelback no te costará nada llevarla guardada para usarla cuando la necesites.

4. A tu ritmo

Es demasiado sencillo dejarse llevar por el ritmo de los demás cuando se va en grupo o incluso yendo solos pensar que tenemos que ir más fuerte de lo que estamos yendo, porque no estamos entrenando nada y nos preocupa qué pensarán nuestros amigos sobre nuestra forma física.

Olvídate de los complejos y monta dentro de tus límites, tanto físicos como técnicos. Tener la confianza para hacerlo y la actitud necesaria es muy importante. No dejes que los demás ciclistas ni que tu ego, o ambos, dicten lo que tienes que hacer porque es muy posible que tengas un percance.

  • Yendo en grupo es fácil adoptar un ritmo superior al que nos corresponde, cuidado porque puede suponer excesivo desgaste físico o incluso una caída. No tienes que demostrarle nada a nadie.

5. Pon el "turbo" de vez en cuando

Este punto aunque parezca contradecir al anterior no lo hace, ahora veréis por qué. Os hemos dicho que hay que montar siempre llevando el propio ritmo, sin embargo hay ocasiones en las que elevarlo un poco supone grandes beneficios.

8 formas de mejorar con tu mountain bike

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Más velocidad en algunos pasos técnicos supone más ‘flow’, mayor consistencia de movimiento y más seguridad que pasar demasiado despacio. Ejemplos de este tipo son una subida muy corta y abrupta, en la que yendo lento seguro corres el riesgo de quedarte en medio y no remontarla, o una bajada con pequeños escalones o raíces en los que la velocidad hace que desaparezcan mientras que si vas lento corres el riesgo de engancharte y caer.

  • Una escalera es el ejemplo típico en el que notas que con más velocidad es mucho más fácil recorrerla, en lugar de balancearse la bici pasa sin apenas moverse. Lo mismo ocurre en zonas bacheadas.

6. Que no te falte la gasolina

Si nunca te ha dado una ‘pájara’ sobre la bici eso es que eres muy cauto, muy organizado o que nunca has sobrepasado tus límites físicos. Básicamente te quedas sin carbohidratos y tu cuerpo pasa a “modo ahorro" tirando de grasas, que aportan suficiente energía pero te obligan a ir a ritmo suave.

Confesaré, a mí me ha pasado en más de una ocasión, por excederme sobre lo planeado o por haberme perdido, en una ruta que iba a durar un par de horas y acabó siendo de cinco. Sé previsor y lleva siempre un par de barritas o de geles, por lo que pueda pasar, y si el recorrido ya sabes de antemano que va a ser largo, empieza a comer algo y a beber agua desde la primera hora de ruta.

Márcate una pauta para llevarte algo al estómago cada 30 minutos después de la primera hora y respeta esa pauta aunque no sientas apetito.

  • Avituallarse es esencial para mantener los niveles energéticos y seguir progresando.

7. El freno delantero existe... y es el más importante

Llevar dos frenos independientes es una gran ventaja porque te permite variar el comportamiento de la bicicleta. Con el trasero puedes hacer que la bici cambie de trayectoria en una curva y con el delantero puedes hacer que se detenga en menos tiempo.

Lo más recomendable es usar los dos simultáneamente, salvo en casos de agarre muy delicado, pero has de tener en cuenta que el delantero es el más importante, el que realmente detiene tu bicicleta ya que al frenar se desplaza el peso hacia delante, dándole más adherencia a la rueda delantera y como consecuencia a la bici completa.

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Con el freno trasero harás que la bicicleta deslice pero no perderás mucha velocidad, especialmente en pendientes de bajada muy acusadas así que aprende a usar el delantero, dosificándolo y tratándolo con suavidad, pero sin dejar de usarlo.

  • Salvo que el terreno tenga muy poca adherencia, en las bajadas siempre tienes que usar el freno delantero para controlar tu velocidad.

8. En el sillín, el tiempo justo

Si bien la posición más eficiente sobre la bicicleta de montaña es con el culo bien pegado al sillín, es un error permanecer sentado más tiempo del necesario.

Aunque te pueda parecer que estás ahorrando energía, si te quedas sentado por ejemplo en zonas de terreno ondulado ocurrirá justo lo contrario, que te estarás frenando además de que tu cuerpo recibirá más vibraciones e impacto.

También debes levantarte del sillín cada cierto tiempo en subidas muy largas en las que vas todo el rato sentado, por una simple cuestión postural para variar la intervención muscular y para favorecer la circulación sanguínea por las zonas que van apoyadas en el asiento.

  • Sobre terrenos ondulados o con obstáculos no te quedes sentado, es imprescindible que te levantes del sillín de cuando en cuando para ahorrar energía.
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