Si quieres empezar a montar a caballo, lo mejor es empezar por el principio: ¿Qué necesito para montar a caballo?
Esta es la lista con el material que no te puede faltar para empezar. No hace falta que te dejes el bolsillo, normalmente puedes alquilarlo en el mismo sitio en el que vas a realizar tu clase:
- Pantalón: mejor si es ceñido para evitar pliegues y para que quede perfectamente ajustado una vez nos colocamos la bota encima. Evita las costuras, sobre todo en la parte interior, ten en cuenta que vas a estar en constante contacto con el caballo.
- Botas de equitación: deben ser lo suficientemente altas para evitar el roce con el faldón de la silla y cuentan con un pequeño “tacón” (de unos 2,5 cm) para evitar que el pie se enrede y se meta completamente en el estribo. Mucho cuidado con montar con las zapatillas de deporte, no se ajustan bien a la montura.
- Casco: es el accesorio más importante, imprescindible para proteger nuestro cráneo. Suele ser ajustable para acoplarlo a tu talla. Si tienes el pelo largo, olvídate de música de violín y melenas al viento, lo más práctico y sencillo para disfrutar y que tu cuidada cabellera no se interponga en tu campo visual, es hacerte una coleta.
Y... ¿Qué tiene que llevar el caballo?
Diccionario básico de iniciación
- Cabezada: armazón de correas que se coloca en la cabeza del caballo para sostener el bocado y las dos riendas.
- Riendas: correa que sostiene el jinete. Están sujetas a ambos lados de la boca del caballo y junto a las señales de pierna y los cambios de peso del cuerpo, sirven para indicar al caballo cuando parar, dar la vuelta o para pedir un aumento o descenso de la velocidad.
- Bocado: es la parte de la brida que se introduce en la boca del caballo para dirigirlo.
- Silla: hay de distintos tipos en función de la disciplina de equitación. Están diseñadas para distribuir el peso del jinete de forma equilibrada y nos ayudan a colocarnos en la posición adecuada, sin entorpecer el movimiento natural del caballo. Consta de:
Cinchas: sujetan la silla a los lomos del caballo.
Estribos: estructuras sobre las que el jinete apoya los pies.
Acciones: correas que se enganchan a la silla y de las que cuelgan los estribos.
Faldón: pieza grande de cuero que va unida a las armaduras de la silla para evitar el roce de la pierna del jinete con los flancos del caballo.
Fuste: armazón de la silla de montar.
Arzón: parte delantera o trasera que une los dos brazos longitudinales del fuste de una silla de montar.
Borrén: almohadilla forrada de cuero que corresponde a los arzones de la montura.
Mantilla: queda entre el caballo y la silla para proteger su lomo de heridas y rozamiento.
Aprende a subir y a bajar
Parece obvio, pero sobre todo al principio es necesario mecanizar el movimiento hasta que nos salga “natural”: debemos introducir firmemente el pie izquierdo en el estribo. Tomamos impulso y elevamos la pierna derecha pasándola al otro lado del lomo del caballo. Es una secuencia continuada que se debe hacer del tirón para aprovechar la fuerza del impulso.
Para bajar debemos invertir el proceso: es la pierna derecha la primera que desplazamos hacia el lado izquierdo sobre el que desmontaremos del caballo mientras el pie izquierdo permanece firme en el estribo. Tomamos impulso para llevar nuestra pierna derecha al lado izquierdo del estribo y, como si fuéramos a bajar un escalón de espaldas, el primer pie que toca el suelo es el derecho.
¡Mucho cuidado con intentar bajar llevando la pierna hacia delante y no hacia atrás!
¡Firmes y a las riendas!
Muchas veces nos centramos en qué tiene que hacer el caballo y poco en cuánto realmente influimos nosotros en lo que hace. El caballo reacciona a nuestras tensiones y a la fuerza que aplicamos. Nuestros desequilibrios, rigidez y falta de rectitud pueden provocar un bloqueo de la comunicación entre caballo y jinete.
La posición sobre el caballo debe ser centrada y erguida, con la mirada al frente y la espalda totalmente recta, pero sin rigidez. Si estás sentado correctamente, deberías poder dibujar una línea recta desde la parte superior de tu cabeza, a través de la cadera y el tobillo. En llano, evita inclinarte excesivamente hacia adelante o hacia atrás, le enviarás señales equivocadas al caballo. Esa posición centrada la conseguiremos cuando encontremos el centro de equilibrio, movimiento y control. Está localizado profundamente entre el abdomen y los lumbares.
Es muy importante la posición con la que cojas las riendas. Sostenlas con la fuerza suficiente para mantener una conexión con la boca del caballo, pero sin “estrangularlo”. Descansa tus manos directamente enfrente tuyo, cerca de la parte delantera de la silla. Cuando sostengas las riendas correctamente, deberías ser capaz de dibujar una línea desde tu codo hasta la boca del caballo.
Y ante todo… ¡tranquilidad!
Como en cualquier deporte, tus pensamientos y sentimientos son clave. Debes ser consciente de que caballo y jinete sois un todo y para disfrutar de una ruta segura es necesario que estés tranquilo. Lo que tú sientas, también se lo transmitirás al caballo, a través de la rigidez con la que tomas las riendas o incluso la inseguridad que se desprende de tu posición corporal. El control de tu respiración también juega un papel clave. Respira, relájate y, con una posición correcta, ¡disfruta del paseo!
Agradecemos su colaboración al monitor de la actividad, Manuel Trasierra, dedicado al mundo de la equitación toda su vida y a Pequeño, nuestro compañero de montura que demostró una paciencia también infinita para que pudiéramos elaborar este artículo.