El calentamiento resulta todavía más importante que en otras disciplinas, dado que los deportes de combate nos empujan de inmediato a intensidades altísimas y no podemos ir entrando en calor conforme avanza el entrenamiento o la competición. El calentamiento debe ser incluso más prolongado que el tiempo que vamos a dedicar a los combates: entre 20 minutos y una hora, dependiendo de nuestra especialidad y nuestro nivel.
CALENTAMIENTO GENERAL
Nos va a servir para aumentar las pulsaciones, la temperatura corporal y el tono muscular. Esta parte puede ser muy parecida a las de otras especialidades deportivas. Podemos empezar con trote suave y a continuación movilizar las principales articulaciones de modo muy progresivo: giros de hombros y codos, flexiones de rodillas y caderas, rotaciones suaves del cuello, etc. Después, pondremos en práctica ejercicios de fuerza: planchas, flexiones, zancadas, etc.
Una vez hemos entrado en calor, podemos empezar a aprovechar que el entrenamiento se realiza sobre una superficie acolchada (tatami o similar) para realizar volteretas adelante y atrás, pinos en equilibrio con giro hasta el suelo y otras acrobacias, aumentando progresivamente su dificultad.
También podemos aprovechar la ventaja que da el entrenamiento en grupo para realizar saltos con compañero, arrastres por los pies, los brazos o incluso juegos de coordinación con el compañero, por ejemplo, uno abre y cierra las piernas tumbado en el suelo mientras el otro salta dentro y fuera… ¡sin pisarse!
CALENTAMIENTO ESPECÍFICO
Una vez estamos ya sudando y nos sentimos "calientes", podemos comenzar la parte específica del calentamiento y el "calentamiento mental" que es especialmente importante. Nuestra mente debe estar preparada para soportar intensidades muy altas y debemos estar muy concentrados para no lesionarnos y para no cometer errores, que en estos deportes suponen una derrota casi automática.
Empezaremos a poner en práctica los gestos técnicos de modo progresivo. Primero con dos apoyos y a velocidad controlada.
Ha llegado el momento de comenzar a realizar secuencias completas de combate, poniendo en práctica el modo en que vamos a actuar nosotros y nuestro rival (nuestro planteamiento de combate) y plasmando las soluciones que queremos darles a diferentes situaciones a las que podemos enfrentarnos. Poco a poco debe ir aumentando la intensidad y la oposición propia y de nuestro compañero de calentamiento, hasta alcanzar finalmente niveles similares a los que nos vamos a encontrar en los combates. Ya en esta fase, debemos alcanzar pulsaciones muy altas, cercanas a nuestro máximo.
A continuación, antes del inicio de los combates de entrenamiento o la competición, debemos hacer una breve vuelta a la calma (bastan 10 minutos), de tipo activo, que permita recuperar nuestros músculos y articulaciones. Recuerda que antes de empezar el combate debes activarte un poco para iniciarlo al menos a 120 pulsaciones.