¡Y llegaron los 40! Tanto si ya haces deporte como si piensas que deberías empezar, tenemos una buena noticia: siempre estás a tiempo de ponerte en forma.
Gracias a los avances en medicina, a la tecnología y a un mayor conocimiento acerca de los efectos de una buena alimentación y descanso en nuestra salud, cada vez es más normal ver a gente por la calle que aparenta ser más joven de lo que realmente dice su fecha de nacimiento. Una persona deportista puede estar en el esplendor de su forma física bien pasados los 40. ¿Cuál es el secreto?
- Alimentación sana y equilibrada
- Actividad física diaria (moderada) o al menos de 3 a 5 días a la semana (intensa)
- Descanso
- Actitud positiva ante la vida (control del estrés, tensión…)
- Si quieres dar un giro positivo a tu vida para lograr parecerte cada vez más a ese tipo de personas que tienen un pacto secreto con el tiempo, en Sport Life te contamos cómo hacerlo.
¿CÓMO INFLUYE LA EDAD EN NUESTRA CAPACIDAD FÍSICA?
La edad no perdona y más si llevas tiempo sin hacer deporte. A nivel muscular, a partir de los 30 años comienza un descenso progresivo de todas las capacidades físicas básicas. Fuerza, resistencia aeróbica, resistencia anaeróbica y flexibilidad comienzan a descender en cantidad y calidad. Por si fuera poco, nuestra capacidad funcional a nivel neuromuscular, respiratorio y cardíaco también comienza a decaer. Por eso debemos cuidarnos y procurar mantener nuestras capacidades físicas al máximo nivel durante el mayor tiempo posible.
Consejos para entrenar después de los 40
BENEFICIOS DEL DEPORTE A PARTIR DE LOS 40
- Te ayuda a conservar la fuerza muscular y la funcionalidad (cuya pérdida es signo de ancianidad).
- Disminuye el dolor muscular y el articular.
- Controla el aumento de peso.
- Previene los problemas cardiovasculares, favoreciendo la correcta contracción del corazón y reduciendo el gasto cardíaco.
- Ayuda a controlar la presión arterial, manteniéndola en sus valores adecuados
- Aumenta la capacidad respiratoria y mejora la oxigenación de la sangre.
- Mejora la velocidad de reacción, la agilidad y la coordinación.
- Fortalece la actividad intelectual.
- Mejora los niveles de colesterol.
- Mejora del estado de ánimo, liberación de estrés y aumento de la autoestima y sensación de competencia.
- El entrenamiento físico aumenta nuestra fuerza muscular, movilidad, capacidad aeróbica, longevidad y calidad de vida. Y todo ello independientemente de nuestra edad y de nuestro género.
Los 6 ejercicios que no pueden faltar en tu rutina
¿PESAN LOS AÑOS O LOS KILOS?
Si te interesa este artículo, seguro que recuerdas el famoso anuncio que afirmaba que lo que pesan son los kilos. No obstante, los años pueden llegar a pesarte si no aprendes a priorizar tus objetivos. A partir de los 40 nuestro metabolismo se ralentiza y por lo tanto consume menos calorías y debemos tenerlo en cuenta esto para amoldar nuestra ingesta calórica diaria. Debemos optar por comer más proteína de origen vegetal y pescados no grasos. Los frutos secos serán tu aliado perfecto para el tentempié y las bebidas alcohólicas debemos reducirlas a una copita de vino o una cerveza al día. Las bebidas espirituosas mejor aparcarlas para momentos muy especiales, ya que solo aportan calorías y algún que otro dolor de cabeza.
A esta edad el sistema muscular ha comenzado a devaluarse poco a poco, sobre todo si no has practicado demasiado deporte anteriormente, pero no te preocupes. El trabajo de fuerza con sobrecargas mantendrá tus niveles de fuerza en un nivel óptimo, dotándote de toda la capacidad funcional necesaria para llegar a realizar cualquier actividad que te propongas. Aquí entran en juego tus objetivos:
Si quieres perder peso: opta por un entrenamiento combinado. El ejercicio aeróbico y el trabajo de fuerza harán que tu objetivo esté más cerca. Puedes elegir una actividad colectiva de componente aeróbico o bien realizar algún deporte 2 días a la semana. En el gimnasio comienza por una rutina sencilla, con ejercicios globales. Haz 3-4 series de 15 a 20 repeticiones con un peso que suponga un esfuerzo, pero sin llegar al agotamiento y aumenta progresivamente la carga.
Para aumentar tu nivel de forma: si ya eres asiduo al gimnasio o practicas actividad física de forma regular, puedes elegir entrenamientos más exigentes, disminuyendo el tiempo de descanso y aumentando la carga, introduciendo ciertos trabajos de alta intensidad o tal vez proponiéndote algún reto deportivo.