Existe la falsa creencia de que cualquiera sabe correr. Y aunque es cierto que el acto de correr en sí es sencillo, no lo es tanto el tener un buen desempeño en esta actividad. Si nunca la has practicado, conocer cómo empezar a correr te ayudará para establecer tus propios objetivos, mejorar tus marcas y prevenir ciertas lesiones asociadas al running.
Correr es una de las actividades más completas y fáciles de llevar a cabo en el sentido de que no necesitamos más equipamiento que unas buenas zapatillas. A fin de cuentas, es innata en el ser humano. Por ello, tiene muchos beneficios para tu cuerpo y tu salud y puedes realizarla solo o acompañado.
Cómo empezar a correr: primeros pasos en el running
Correr –de un modo deportivo– es un completo ejercicio cardiovascular, muy beneficioso para tu salud. Lo primero que debemos tener en cuenta es en qué estado se encuentra nuestra forma física. Al correr trabajaremos los pulmones, los músculos y el corazón, aumentando su resistencia, por lo que debemos valorar desde qué punto partimos y hasta dónde queremos llegar. Siempre teniendo en cuenta que no podemos pasar de cero a cien en un día.
Tras evaluar en qué estado físico nos encontramos, debemos elegir unas buenas zapatillas. No solo basta que sean cómodas, también debes tener en cuenta tus características, como el tipo de pisada. De este modo no solo nos encontraremos más cómodos corriendo, sino que también evitaremos lesionarnos.
Recuerda que el modo en que inicies la actividad puede marcar el resto de la jornada deportiva. Evita los estiramientos estáticos y apuesta por los dinámicos. O simplemente empieza con una carrera suave.
Ve aumentando la intensidad en cada entrenamiento. Si nunca has corrido, probablemente debas comenzar tan solo con una caminata a paso ligero. No te desmotives, permanece con esta intensidad durante varios días y ve aumentando el tiempo.
Cuando ya te sientas cómodo en estas marcas, empieza con un trote suave para empezar a correr. Intercala carreras con caminatas. No fuerces en las primeras sesiones para evitar las lesiones o agujetas. El objetivo es ir aumentando el tiempo de correr y disminuyendo el de caminar.
Te llevará varias semanas de constancia empezar a practicar el running, pero en el momento en que tu cuerpo se haya preparado y cojas el hábito te resultará un deporte muy motivador. Ahora que ya te has lanzado a correr, mide tus marcas personales en kilómetros y no en tiempos. De este modo aumentarás la intensidad del ejercicio y con ella sus resultados.
¿Y si un día no puedo salir a correr?
Si por falta de tiempo, circunstancias personales o inclemencias meteorológicas no puedes salir a correr un día, no abandones el deporte. Puedes tener una cinta estática en casa o combinarlo con ejercicios que te van a ayudar a mejorar tu resistencia y que afectarán positivamente a la práctica de running. Por ejemplo, los ejercicios de fuerza son muy buenos para mejorar la musculatura y la resistencia.