En el post de hoy, no os voy a hablar de ejercicios ni formas de entrenamiento que mejoren nuestras capacidades físicas. Permitidme que os hable de algo muy importante para mí y 30.000 niños menores de 15 años. La diabetes juvenil o tipo 1.
Soy diabético desde hace ya unos cuantos años y cuando la diabetes se convierte en tu compañera de viaje te aparecen muchas dudas. Lo primero que se te pasa por la cabeza es una pregunta: ¿Por qué?... Después, sientes necesidad de buscar información y te asaltan más dudas, algunas banales, otras importantes. ¿Podré volver a comer dulces? ¿Tarta en mi cumpleaños? ¿Podré seguir haciendo mi vida como hasta ahora? ¿En qué me va a influir? ¿Seré un “bicho raro"?
Si además de esto, el que comienza a ser diabético no eres tú, si no tu hijo/a, la incertidumbre es aún mayor. Algo fundamental para acabar con esas dudas es la formación. Yo mismo, cuando tuve la sospecha de que podía ser diabético, no dude en buscar información y apoyo. Es clave recibir ayuda de los profesionales sanitarios para aprender a convivir con el día a día de un diabético, aprender aspectos básicos sobre nutrición, sobre cómo afecta el ejercicio a índice glucémico, etc.
Otra de las mayores necesidades que se crean en el caso de los más pequeños es la de sentirse acompañados, saber que hay alguien de forma incondicional a su lado, que les va a apoyar y cuidar en sus altibajos y en las exigencias de esta patología. Para el niño con diabetes, sobre todo a edades tempranas, el debut puede provocar un gran impacto en su desarrollo. Puede que se sientan rechazados o que incluso piensen que no van a ser aceptados por sus iguales o seres queridos. Incluso yo mismo no he podido evitar sentir ciertos reparos al inyectarme insulina en un restaurante y ver que alguien se quedaba boquiabierto mirándote. ¿Cómo no lo va a pensar un niño?
¡30.000! niños menores de 15 años tienen diabetes en España, los cuales necesitan realizarse todos los días mediciones de glucemia para estar controlados y con buena salud. Cuando estos controles se tienen que realizar durante la infancia, los padres son los principales responsables, pero cuando los niños acuden a la guardería o al colegio estos se enfrentan, pese a su corta edad, a situaciones que deben ser atendidas a diario por personas que en ese momento se encuentran a su cargo, profesores, cuidadores...
En general, el conocimiento sobre la diabetes y sus aspectos básicos es muy escaso o nulo para la mayoría de las personas y esto supone que no sepan que cuando una persona tiene una hipoglucemia no se tiene que inyectar insulina, sino todo lo contrario, debe consumir hidratos de carbono de absorción rápida (zumos, geles, glucosa…)
La Federación de Diabéticos Españoles está intentando cambiar esto y nos informa de que a día de hoy, en la mayoría de las CC AA no hay ninguna normativa que obligue a los centros educativos a responsabilizarse de la atención de este colectivo; todo depende de la voluntad del profesorado y de los centros escolares que, en ocasiones, se muestran reacios a implicarse en este y otros aspectos de su atención. En mi opinión, creo que esto no se debe a falta de compromiso, sino más bien a miedo, miedo de que les pueda pasar algo a sus alumnos por una mala actuación de sus docentes. En nuestro país, la Comunidad Valenciana es la única región que cuenta con una normativa que establece la garantía del derecho de los menores, mediante la obligación a establecer un procedimiento claro de colaboración entre la administración sanitaria y la administración educativa.
Como profesor de Educación Física pienso que esta materia, TAN IMPORTANTE, es el marco ideal para educar a nuestros jóvenes sobre este y otros muchos temas de especial relevancia para la salud. De esta manera evitaríamos muchos contratiempos y situaciones desagradables que puede vivir un diabético joven, como por ejemplo, sufrir un desmayo por una hipoglucemia y que la gente que pasa a su lado piense “menuda lleva ese/a" y pasen esquivándole para no entrometerse.
La Fundación para la Diabetes quiere ayudar a la formación y apoyo a todos estos jóvenes con diabetes y ha convocado sus becas para que niños y jóvenes aprendan a controlar su diabetes en campamentos de verano. Con esta iniciativa la Fundación para la Diabetes logra que los niños que asisten a estos campamentos mejoren su autoestima y autonomía para afrontar el día a día de esta enfermedad crónica, en un contexto lúdico en el que se relacionan con otros chicos en sus mismas condiciones.
Podéis recibir más información al respecto en el siguiente link.
www. fundaciondiabetes.org
Además de la formación, algo vital para un diabético es hacer deporte o actividad física. Ser diabético y deportista es una combinación imprescindible para la salud del diabético. Con la práctica de ejercicio regular se mejora y estimula el funcionamiento del sistema circulatorio evitando los llamados problemas de pie de diabético, disminuyen los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, se fortalecen los huesos, se reduce el colesterol, aumenta el número y sensibilidad de los receptores de insulina, mejora el rendimiento del corazón y pulmones y la oxigenación y depuración de los tejidos.
Si eres diabético y quieres hacer ejercicio tan solo tienes que tener en cuenta una serie de consideraciones que te ayudarán a ser capaz de alcanzar los objetivos deportivos que te propongas sin riesgos. No por ser diabético tienes que renunciar a ninguna meta deportiva, ni quitarle la ilusión a tus hijos/as de dedicarse al deporte, incluso a nivel profesional. Los límites los marca uno mismo.
Consejos para hacer ejercicio si eres diabético
- Mide tu glucemia antes de hacer ejercicio, si es menor de 100 mg/dl toma un suplemento (una pieza de fruta, bebidas energéticas...) En general, se dice que si está entre 100 mg/dl-250 mg/dl puedes hacer ejercicio sin problemas, pero cada persona es diferente y debe conocer su rango de valores.
- Nunca hagas ejercicio con niveles mayores de 250 mg/dl. Cuando hacemos ejercicio los músculos liberan glucosa al torrente sanguíneo y el nivel de azúcar en sangre aumentaría aún más, corriendo riesgo de cetoacidosis diabética, un trastorno muy grave que si no se trata puede conducir a un coma diabético.
- Valora el nivel de esfuerzo e intensidad que te va a ocasionar la actividad que vas a realizar. Ten en cuenta que si realizas una actividad aeróbica tu nivel de azúcar en sangre irá disminuyendo poco a poco y si realizas una actividad anaeróbica puede que tu nivel de azúcar aumente o esté elevado justo después y durante la actividad, por lo dicho antes sobre la liberación de glucosa por parte de los músculos.
- Haz ejercicio como mínimo dos horas después de la última comida para poder valorar de forma más precisa la glucemia.
- Debes ir provisto de hidratos de carbono, bien en pastillas, en líquido o en barritas.
- Si te inyectas insulina antes de hacer ejercicio, no debes hacerlo en la zona en la que los músculos se van a ver más implicados. Procura elegir la zona muscular menos activa en el ejercicio que vas a realizar.
- Controla tu nivel de azúcar en sangre durante el ejercicio.
- Las hipoglucemias debidas a la práctica de ejercicio físico se pueden producir incluso 48 horas después del desarrollo del mismo. Es importante saber esto para poder ajustar la cantidad de insulina que nos inyectamos y la cantidad de hidratos de carbono que tomamos.
- Hidrátate bien durante el ejercicio, preferentemente con agua.
- Aprende a reconocer los síntomas y avisos que te da tu cuerpo tanto en el caso de las hipoglucemias (debilidad, vista nublada, sudores fríos, temblores, hambre voraz…) e hiperglucemias (sed, ganas de orinar constantes, boca seca…) para poder hacer ejercicio de la manera más segura posible y sin correr riesgos.
Recuerda que los límites te los marcas tú mismo/a, no dejes nunca que te llamen enfermo por ser diabético. Un diabético solo es un enfermo cuando además de serlo, tiene gripe.
¡Vive tu diabetes con optimismo y no dejes que te paralice! la vida es demasiado bonita para perdértela lamentándote.