El yogur es uno de mis lácteos favoritos, quizás porque no me gusta la leche sola y me encantan los quesos, pero me corto mucho a la hora de comerlos, más ahora que estoy en plan estricto con la alimentación de cara al maratón de Boston y tengo que quitarme kilos para llegar más ligera.
El yogur me parece el lácteo más adecuado para llevar una buena alimentación sana y enfocada al deporte ¿Por qué? Porque tiene las ventajas de los lácteos, con su alto contenido en proteína de alto valor biológico, vitamina D y vitaminas B2 y B12 y minerales como el calcio y el fósforo, pero para mi es más importante sus propiedades como alimento lácteo modificado, que lo convierten en un alimento 'vivo', gracias a la acción de las bacterias como Las bacterias Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, que producen la fermentación láctica, convirtiendo el azúcar de la leche, o lactosa en ácido láctico. Una transformación química que empezaron a utilizar los tracios que vivían en la actual Bulgaria hace más de 4000 años.
La fermentación bacteriana es la clave de las propiedades del yogur, el momento en que la leche pasa a yogur, y pasa de ser un lácteo de difícil digestión, a un alimento más fácil de digerir, que además es perfecto para mantener la microbiota intestinal.
Cada vez tenemos más claro que la salud de nuestro intestino es la base para la salud de todo nuestro cuerpo, no sólo para mejorar las defensas como dicen los anuncios de yogur, ahora vamos descubriendo que todo está conectado a través del eje intestino-cerebro y que nuestro sistema digestivo no sólo nos sirve para obtener energía al digerir los alimentos, también influye en nuestro buen (o mal) humor con el que nos levantamos cada mañana. Todo pasa por como funciona nuestro sistema digestivo.
15 cosas que el yogur puede hacer por ti
- Ayuda a tener una digestión saludable.
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Disminuye el riesgo de diabetes tipo 2.
- Es un lácteo con muy bajo contenido en lactosa, por lo que se digiere mejor que la leche.
- Aporta vitaminas B, ácido láctico, calcio y vitamina D de forma natural.
- Disminuye el riesgo de cáncer colorectal.
- Ayuda a mantener la densidad ósea y prevenir la osteoporosis.
- Es un alimento apropiado para perder peso, ganar músculo y eliminar grasa.
- Refuerza las defensas y ayuda a prevenir infecciones desde dentro.
- Reduce la presión arterial.
- Ayuda a prevenir y reducir las infecciones provocadas por levaduras como Candida albicans.
- Equilibra los niveles de colesterol y triglicéridos.
- Ayuda a mantener las encías sanas por su contenido en ácido láctico.
- Es un alimento saciante que ayuda a evitar los cambios de humor.
- Es un alimento perfecto para tomar antes y después de los entrenamientos.
- Está muy bueno, es barato y se puede hacer en casa.
¿Cómo hacer yogur casero?

Os cuento como hacemos yogur en casa:
Necesitas un litro de leche fresca sin pasteurizar, preferentemente orgánica, divide la leche en tarros de cristal y añade a cada uno, de 1 a 2 cucharadas de yogur natural orgánico, sin azúcar ni edulcorantes. Así te aseguras que tiene un alto contenido en bacterias como los Lactobacillus, que se encargan de la fermentación láctica.

Si te gusta el yogur, te recomiendo que te hagas con una yogurtera, no es cara y te facilita el proceso al mantener la temperatura constante de 45ºC de 8 a 12 horas, aseguras que se dan las condiciones adecuadas para la fermentación láctica.
Antiguamente, recuerdo a mi madre y a mi abuela haciendo yogur al estilo tradicional, primero calentaban la leche fresca sin que llegara a hervir, y la repartían en los tarros de cristal añadiendo una cucharada de yogur natural a cada tarro. Luego colocaban los tarros en una caja de cartón que envolvían en una manta para colocarla sobre el radiador toda la noche. A la mañana siguiente era una sorpresa, no siempre se cuajaba bien la mezcla y había que dejarla más tiempo sobre la calefacción, a veces teníamos una especie de requesón en vez de yogur. Ahora voy a lo seguro y los hago en yogurtera.
Después de dejar los tarros en la yogurtera de 8-12 horas, se abre y se tapan los tarros de cristal con el yogur cuajado, para guardarlos en la nevera. Es mejor dejarlos reposar de 1 a 2 días para que tengan mejor consistencia. Puedes mantenerlos hasta 1 semana en nevera sin abrir.

El sabor del yogur casero es un poco más ácido del que acostumbramos a comprar, pero puedes puedes conseguir un yogur con sabor más suave si dejas apagas la yogurtera a las 8 horas y guardas los tarros tapados en la nevera, así paras la fermentación bacteriana antes.
Si te gustan los yogures más cremosos tipo yogur griego, puedes probar a añadir a la leche una cucharada de nata agria o de leche en polvo a cada tarro de cristal junto a la cucharada de yogur natural y dejar que trabaje la yogurtera toda la noche.
Consejo: Es importante que empieces a hacer tus primeros yogures caseros con yogur natural orgánico, así te aseguras que estás utilizando una buena fuente de bacterias ‘lactobacillus’, y si utilizas leche fresca orgánica cada vez, tendrás una buena cepa bacteriana que se mantendrá 'viva y activa' durante varias generaciones de yogures caseros orgánicos. Una fuente de salud para tu casa.

El yogur casero está delicioso solo, con su toque ácido, pero se puede endulzar con un poco de miel, o añadir frutas naturales para hacer desayunos o meriendas fitness.
También se puede utilizar para hacer batidos o smoothies o salsas de yogur como el tzaziki de yogur, pepino, mostaza y perejil.


Los polos de yogur con frutas como este helado de yogur con cerezas, son un postre muy saludable para hacer con los niños y disfrutarlos después.
