Hoy jueves 20 de agosto embarcamos rumbo a Budapest para nuestro primer medio Ironman el sábado 22 de agosto.
Los que me conocen y me rodean ya no se sorprenden de que en mis vacaciones el deporte esté siempre presente con mi pareja Fran Chico y mis hijos Javier y Sergio, somos familia Sport Life porque nos gusta, disfrutamos haciendo deporte y lo de estar parados no es un buen plan para nosotros.
Este 2015 empezó con un gran reto, participar en la Titán Desert con el equipo Compex, una carrera en bici de montaña por el desierto de Marruecos, 6 etapas, más de 600 km y temperaturas que algún día superaron los 45ºC. Lo hicimos, los 6 integrantes del equipo Compex acabamos con la medalla de finisher, cada uno a su ritmo y según sus posibilidades. En mi caso participé con mi lema: ser madre trabajadora y deportista popular es posible. El reto me dejó cansada pero contenta, los aburridos y cansados entrenos en el rodillo del salón por la noche me ayudaron a disfrutar de los paisajes y los compañeros con los que compartí kilómetros en la Titán. Como decía cuando apretaba el calor y el cansancio, aquí no tengo que tender la lavadora cuando acabe de entrenar a las 12 de la noche... Me dan la comida preparada y la cama hecha, aunque fuera en una jaima en la arena del desierto.
Después de la Titán Desert, volví satisfecha, mi sed de retos estaba ya calmada por el 2015, pero Fran me guardaba una sorpresa que vino en forma de email con este correo: "Congratulations, estás correctamente inscrita en el Medio Ironman de Budapest el 22 de agosto". Pensé que era un error de Fran que se había inscrito él y había puesto mi email por error, pero no, era correcto. Fran iba a participar y quería compartir el primer medio Ironman conmigo, aprovechando que no conocemos Budapest, un fin de semana deportivo es un plan perfecto para una pareja como nosotros. Lo del romanticismo en plan Hollywood está fuera de nuestra agenda.
Reconozco que mi primera reacción fue de medio enfado. Estoy cansada este año y la vida que llevo a los 46 años que tengo no ayudan a recuperarse de una paliza rodando por el desierto entrenada lo justo, justo. Pero no puedo decir que 'no' a ningún reto que me proponen, y menos si es un plan 'vacacional' en una ciudad desconocida, y perdería el dinero de billetes de avión, hotel e inscripción al triatlón. Así que me puse a entrenar a mi estilo, sin seguir ningún plan, adaptando el tiempo libre a los 3 deportes.
Esto ha supuesto unos meses de dobletes diarios y tripletes de fin de semana. Rodajes cortos, poca resistencia porque la vida familiar no permite irte a hacer 100 km en bici por la mañana y luego irte a correr 15 km por la tarde. Ya me había perdido mucho tiempo con mi familia entrenando para el desierto.
Este ha sido mi plan de madre-trabajadora-triatleta:
Entre semana
Entrenos dobles, al mediodía y por la tarde-noche, de no más de una hora cada vez, alternando los 3 deportes y con unos 10 minutos de yoga cada noche para estirar y ver como están respondiendo las lesiones.
Por ejemplo un día típico: correr al medio día 20 minutos con 20 minutos de circuito de ejercicios o de cambios de ritmo y 10 minutos de estiramientos. Nadar 45 minutos nado medio por la tarde-noche. Yoga 10 minutos antes de dormir. Al día siguiente tocaría bici y nadar, o bici y correr. No repetir dos días iguales.
Los fines de semana
Triplete triatleta con Fran, empezando con 40-45 minutos de natación en la piscina de la urbanización, para salir corriendo a boxes (el porche de casa) y hacer unos 90 minutos de bici de carretera a ritmo medio y terminar corriendo con un circuito de 30 minutos, desde casa por el camino más fácil de Cercedilla, el que menos cuestas tiene.
¿Y cómo me veo de preparada?
Pues voy muy justa, como siempre. Prefiero no hablar de kilómetros y horas porque no llegaría a cumplir ni el plan más sencillo y rápido para entrenar un medio Ironman, a mi estilo. Estoy cansada, casi al límite de mis fuerzas, pero una vez un finisher me dijo que entrenar para un Ironman era entrenar cansado. Ir a correr, y cuando pensabas que ya no podías más, subir a la bici y volver a reiniciar el cuerpo y mente desde cero para seguir en marcha. Que todo en unos meses girará alrededor de la palabra Ironman, desde lo que comes hasta lo que duermes. Así que por ese lado, el del cansancio, estoy bien entrenada. Y sólo de pensar que no tengo que poner las lentejas al fuego mientras voy a nadar y acordarme de apagarlas antes de sacar la bici del 'box -casero', mientras le digo a los niños que apaguen la tecnología y lean un rato y le doy al botón de 'on' de la lavadora para tenderla en la siguiente 'transición-carrera', pues ya me anima participar en una competición lejos de casa, sólo tengo que nadar, pedalear y correr, sin mis agobios de 'maruja deportista'. Y es que esto se ser multitarea es un rollo y agota mucho cuando entrenas un triatlón.
Esto ha sido tan divertido como agotador, tener a Fran al lado para entrenar ha sido importante, pues no es lo mismo madrugar para coger la bici por la carretera sola que ir acompañada. Y ya no digo lo ir sola con el traje de neopreno a la piscina en pleno agosto ¡Imaginad las caras de los vecinos! Ahora todos saben las distancias del medio Ironman y estarán pendientes de nuestra carrera el sábado. Eso viene muy bien, somos los triatletas de la vecindad, nosotros que somos unos mantas!!!
Tengo un poco de miedo, conozco todas las distancias del medio Ironman por separado y tengo mente y cuerpo preparado para la resistencia, como me basta con llegar a meta en tiempo, no tengo problemas para llegar la última, pero es mi primer medio Ironman, me impone y más en una ciudad desconocida, nadando en un río como el Danubio y viajando en lowcost con las bicis en las bolsas que nos prestan los de la revista Triatlón. Todo es nuevo y más complicado que un maratón de los que hacemos turisteando en familia por el extranjero.
Lo peor para mí es correr, mi peor deporte. Acumulo ya lesiones en rodillas y el tobillo y desde las operaciones estoy corriendo muy poco, no más de 5 km. Corrí el Medio Maratón de Barcelona este año con la compañera y amiga del blog de Ironman Lourdes Torres, y lo hicimos de charleta, despacio y con cuidado para no lesionarnos. Fue perfecto, nada de dolor ni agujetas, pero, tardamos más de 2 horas en hacer los 21 km. Ahora me enfrentaré a esta distancia con el cansancio acumulado de los casi 2 km nadando por el río Danubio y los casi 100 km rodando por el circuito a dos vueltas por la ciudad de Budapest. Serán las 4 vueltas del medio maratón lo que me hagan sacar lo mejor y lo peor de mí. Voy mentalmente preparada, y espero que mi cuerpo responda y me lleve zancada a zancada al arco de meta a recoger mi medalla de finisher. Puedo visualizar mi cara de felicidad, aunque el reloj marque 1 minuto para acabarel tiempo límit
e, me da igual.
El sábado será el día D, y en cuanto acabe el medio Ironman de Budapest, empiezo mis vacaciones, desconexión total. Sin noticias de Yola hasta el 9 de septiembre. A la vuelta vendré renovada de cuerpo, mente y alma, dispuesta a empezar con mi siguiente reto, que esta vez no va a ser deportivo, va a requerir horas de ordenador sentada en mi fitball... ¿Ya os imagináis que va a ser? Seguro que muchos de vosotros ya lo intuís pues me habéis inspirado para ponerme a ello.
Medio Ironman de Budapest antes de 'Cerrado por vacaciones'. Desconexión total
Hoy jueves 20 de agosto embarcamos rumbo a Budapest para nuestro primer medio Ironman el sábado 22 de agosto.
