Descifrando la letra pequeña de las etiquetas

Seguro que no firmarías un contrato sin leerte la letra pequeña, pero seguramente compras y comes todos los días alimentos sin leerte la letra pequeña de las etiquetas.

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Descifrando la letra pequeña de las etiquetas
Descifrando la letra pequeña de las etiquetas

Seguro que no firmarías un contrato sin leerte la letra pequeña, pero seguramente compras y comes todos los días alimentos sin leerte la letra pequeña de las etiquetas.

Aunque te parezca una pérdida de tiempo, las etiquetas de los alimentos te dan mucha información útil.

La publicidad de los alimentos puede ser bastante ‘engañosa’. Y para las personas que necesitan seguir una dieta especial, bien para perder peso o por enfermedades y alergias (celiaquía, diabetes, hipertensión, etc.) las etiquetas son la única forma de cuidarse y comprar lo que pueden comer.




No te quedes sólo en el número de calorías que aportan, el contenido en sal o sodio, el tipo de grasas que se han utilizado, el contenido en gluten, los edulcorantes que se añaden, si tienen trazas de frutos secos, etc. Todos estos datos deben estar en las etiquetas para que podamos escoger los productos que nos convienen.sólo para perder peso, principalmente por enfermedades y alergias (celiaquía, diabetes, hipertensión, etc.), las etiquetas son la única forma de cuidarse y comprar lo que pueden comer.

 

No te engañes con envases en los que destaca la palabra ‘saludable’ o ‘sin grasas’, o ‘sin azúcares’, etc. en letras grandes, te puedes sorprender bastante con el contenido extra de otras sustancias que no te convienen en absoluto.

Piensa por ejemplo en la famosa etiqueta ‘0% grasas’, en el primer caso puede que el alimento no aporte calorías en forma de grasas pero aporte más calorías en forma de carbohidratos, y al final estés comiendo más cantidad de calorías de las que crees. Es el caso de las galletas ‘0% grasas’, te las comes pensando que estas a dieta y no engordan y al final te has tomado el paquete entero y más te hubiera valido que te hubieras comido un bocata de jamón…

En el caso de las etiquetas ‘0% grasas saturadas o animales’, suelen estar sustituidas por grasas hidrogenadas, parcialmente hidrogenadas o trans, o simplemente dicen que son grasas vegetales, y no especifican el origen, y si provienen de grasas de coco o de palma, son poco saludables.

De igual manera, la etiqueta ‘sin azúcares añadidos’ no significa que el producto no tenga azúcares… las frutas son dulces por ejemplo, y un zumo de fruta o una lata de piña en su jugo es un alimento dulce por si mismo. También puede enmascarar el uso de edulcorantes artificiales como aspartamo, sucralosa, almidón de maíz, xilitol, etc. de los que no conviene abusar, y algunas personas notan que cuando abusan de estos productos, por ejemplo caramelos sin azúcar, tienen diarreas o problemas digestivos porque están tomando una dosis alta de edulcorantes.

La mayoría de las personas con alergia o intolerancia a algún alimento (huevo, gluten, cacahuetes, leche, etc.) son las que más se preocupan de leer las etiquetas, por la cuenta que les tiene. En mi caso que tengo alergia a la soja y a la malta, al final he decidido no comer nada envasado, seguir la regla de comer lo más natural posible, y hacer en casa con recetas caseras muchos de los productos de los que desconfío, al final salgo ganando, pues un bizcocho casero siempre estará más bueno que uno comprado, y como tengo poco tiempo, lo hago cuando puedo y así no tengo la tentación tan a mano como si pudiera comer uno comprado en cualquier panadería.

Otro problema de las etiquetas es la cantidad a la que se refieren. En la mayoría de los casos, los datos nutricionales se refieren a100 gramos, una unidad genérica, pero ¿quién sabe cuántas patatas fritas son100 g? ¿O cuántas galletas de chocolate son100 g?. Tendrías que ponerte con la calculadora, el peso total del producto o una báscula de precisión… al final, nadie calcula cuántas calorías se come al día, pero es importante saber si lo que te comes es rico en grasas, carbohidratos o proteínas, no sólo calorías, sin complicaciones. Por esta razón en muchos países se están incluyendo los datos por raciones medias, algo que también es engañoso porque lo que para mi es una ración de frutos secos, puede ser mucho o poco para ti.

Mi consejo es que leáis todas las etiquetas y ante cualquier duda llaméis al teléfono de atención al consumidor de la marca. Yo lo he hecho en alguna ocasión, y en la mayoría de los casos me han explicado lo que no ponía o me han dicho sinceramente: no sabemos, mejor no lo tome y le devolvemos el dinero. Como estas llamadas quedan registradas, con los años los fabricantes darán más información como compromiso de calidad con los consumidores, y así ganamos todos.

Y si tienes dudas, opta por la alimentación más natural y sencilla, una manzana no necesita una etiqueta nutricional, puede ser grande, mediana o pequeña, roja, verde o amarilla… al final es una manzana. Aunque si nos ponemos tontos y pensamos en pesticidas, abrillantadores, cámaras de conservación, etc., mejor tomar manzanas ecológicas, plantar un árbol o comprarlas en la huerta de tu pueblo… que mira lo que le pasó a Adán por comer una manzanita de nada…