¿Qué se puede hacer en plan deportivo, barato, bonito y en familia? Este año con la crisis hay que buscar soluciones para las vacaciones y el Camino de Santiago es una de las mejores formas de disfrutar de la Naturaleza, la cultura, el Arte, y hacer deporte unos días sin gastar mucho dinero durmiendo y cocinando en los albergues. Los que tenemos niños pequeños parece que tenemos que limitarnos a la playa o a la casa rural en la montaña y dejarnos de aventuras por un tiempo, pero en Sport Life no pensamos así y este año se me metió entre ceja y ceja hacer los últimos 100 km del Camino de Santiago con los niños en bici... era una oportunidad única de vivir una experiencia completamente diferente a la vorágine de campamentos, móbiles, tecnología, video-juegos y vacaciones tradicionales.
¿Cómo conseguirlo? Confieso que me ha costado llevar a cabo el proyecto, mis hijos tienen 7 y 12 años recién cumplidos. Por lo que era imprescindible ir con otra familia con niños que montaran en bici habitualmente, los que tenéis niños ya sabéis lo dificil y lo pesados que se ponen los hijos si los llevamos a montar en bici o a hacer algo por la montaña sin compañía, en cambio se portan de maravilla cuando van con amigos. Fran y yo preferimos llevar a 10 niños con nosotros que a nuestros 2 hijos sólos ¡qué bien se portan 10 y qué mal 2!
Afortunadamente Juanma Montero tiene dos niños de 13 y 8 años, que se llevan de maravilla con los míos y que montan espectacularmente bien en bici (con ese padre era lo normal!) Y su mujer estaba dispuesta a llevar la furgoneta con las mochilas y sacos de dormir para evitar el peso en los desplazamientos en bici. ´Después de mil cambios de fecha, pudimos hacer un hueco en la agenda para pedalear 5 días. No me lo podía creer, hasta que no estuve en el Cebreiro pidiendo las credenciales no me hice a la idea.
Salimos de San Xil con los niños, cada día hacíamos etapas cortas, como caminantes, entre 20 y 28 km, los niños iban sobrados, querían más cada día, pero preferíamos parar al mediodía, llegar al albergue con tiempo para ducharnos, comer y piscina por la tarde. Así no han pasado malos ratos y han disfrutado del Camino.
Lo mejor: ver como tus hijos se olvidan de la tecnología y aprenden que se puede vivir con lo puesto, disfrutar pedaleando por caminos con historia y tradición, valorar el sello del peregrino y un padrenuestro en cada iglesia o ermita, dormir en literas con otros peregrinos y compartir la comida en las cocinas de los albergues y sentirse uno más de la marea que llega a Santiago, con la sonrisa puesta cada vez que alguien les preguntaba cuántos años tenían y les alababa por montar en bici tan bien.
Lo peor: Como hicimos menos de 200 km en bici no nos dieron la credencial de peregrinos, pues sólo a los que andan 100 km mínimo se la dan, pero nos dieron un certificado familiar para que pudiéramos guardarlo.
Y el último día mi hijo mayor se cayó en plan tonto y se ha fracturado el radio, así que llegó a Santiago directo al hospital y al Obradoiro con la escayola, pero de vuelta a casa no hace más que presumir de la historia y del Camino de Santiago, ya tiene un montón de amigos que han pedido a sus padres hacerlo el año que viene... Esto promete convertirse en un clásico.
De Santiago nos fuimos a Fisterra o Finisterre, el fin del mundo a ver la puesta de sol y hacer nuestras promesas de peregrinos. Aquí os dejo unas fotitos para que veáis la cara de felicidad del grupo de bicigrinos y animéis a vuestras familias a hacer el Camino de Santiago, la experiencia es de 10, especialmente para los niños que viven inmersos en una cultura de consumismo, televisión y juegos.
Camino de Santiago pedaleando en familia
¿Qué se puede hacer en plan deportivo, barato, bonito y en familia? Este año con la crisis hay que buscar soluciones para las vacaciones y el Camino de Santiago es una de las mejores formas de disfrutar de la Naturaleza, la cultura, el Arte, y hacer deporte unos días sin gastar mucho dinero durmiendo y cocinando en los albergues. Los que tenemos niños pequeños parece que tenemos que limitarnos a la playa o a la casa rural en la montaña y dejarnos de aventuras por un tiempo, pero en Sport Life no pensamos así y este año se me metió entre ceja y ceja hacer los últimos 100 km del Camino de Santiago con los niños en bici... era una oportunidad única de vivir una experiencia completamente diferente a la vorágine de campamentos, móbiles, tecnología, video-juegos y vacaciones tradicionales.