El otro día corriendo por la montaña me comentó una runner enfermera que con el invierno tan suave que hemos tenido esta año no ha empezado la gripe, que a urgencias están llegando todo tipo de catarros y resfriados, con síntomas dispares, desde sólo dolor de cabeza intenso durante varios días, conjuntivitis de varias semanas, dolores de oído 'raros', diarreas, vomitonas que te dejan por el suelo en 1 día, etc., y que ven que este año 'sin gripe', va a ser peor que otros, porque al final nunca estás tan mal como para meterte en la cama a sudar la fiebre como suele ocurrir cuanto te ataca con todo su arsenal los virus de la gripe, pero de catarro a catarro con resfriados por medio, acabas agotando las defensas y no levantas cabeza. Me contaba que la frase más escuchada en urgencias es: 'si no estoy tan mal como para meterme en la cama pero es que no levanto la cabeza desde hace unos meses.'
Las defensas se debilitan con tanta infección atacando por todos los frentes. Y aunque las gripes y el frío no hayan llegado, debemos cuidarnos igual y hacer todo lo que podamos para fortalecer defensas de forma natural y recuperarnos cuanto antes de las infecciones que son inevitables.
Aquí os dejo 5 cosas que yo hago en invierno y que me funcionan bastante bien:
- Caldo de pollo casero. La receta es de mi abuela, pero hay muchas versiones. Según un trabajo de la Universidad de Nebraska en EE UU, los nutrientes de un caldo de pollo con cebolla, ajo, zanahoria y apio, contiene una mezcla de vitaminas, minerales y sustancias como el aminoácido acetil-cisteina que ayudan al sistema inmunitario a destruir virus y bacterias, reduce la mucosidad y la inflamación. Lo mejor es que está muy rico, apetece aunque no haga mucho frío y se guarda bien. Nosotros solemos hacer una olla grande de caldo de pollo con verduras los fines de semana para guardar en botes de cristal en la nevera o congelar si no hay sitio y tener siempre a mano para las cenas y cuando parece que estamos pillando una gripe o resfriado.
- Reducir la cantidad de azúcar. En casa hemos eliminado el azucarero del armario y el azúcar se guarda con los ingredientes para hacer repostería casera, como algo especial. Si dejas de añadir azúcar blanco, no sólo notarás que te sobre el pantalón sin haber hecho ninguna dieta. El azúcar blanco también está relacionado con una mayor inflamación y debilita el sistema inmunitario. Si no puedes vivir sin el sabor dulce, utiliza mejor miel de calidad, que te ayuda a reforzar defensas y a mantener y calmar las mucosas y tejidos irritados por el frío.
- Incluir al menos 3 alimentos probióticos al día. El 85% de nuestras defensas están en el intestino, y los alimentos probióticos ayudan a mantener la flora intestinal, y no sólo está el yogur, también puedes tomar leches fermentadas, requesón, kéfir, té kombucha, chucrut o col fermentada, o suplementos específicos.
- Siempre grasas saludables. Las grasas son esenciales para la vida y su carencia debilita el sistema inmunitario, no debemos eliminar la grasa de nuestra alimentación, sólo hay que aprender a escoger grasas 'buenas'. Es importante que evitemos las grasas hidrogenadas artificiales y escojamos grasas vegetales de los frutos secos, aguacate, aceite de oliva virgen extra, de coco, etc., y también podemos incluir grasas animales, como las del pescado, famosos por su contenido en ácidos grasos omega-3, y lácteos, huevos, aves y carnes rojas, pero de animales 'cuidados' como los que viven en libertad y se alimentan de pastos naturales, o con certificado de alimento orgánico.
- Hidratarse con calidad. La deshidratación abre la puerta a la infección, no sólo porque debilita el sistema inmunitario, también seca las mucosas de nariz, garganta y boca, la primera barrera que deben atravesar virus y bacterias para entrar en tu interior. Es importante beber la cantidad de agua adecuada para tu tipo de vida y ejercicio, especialmente en invierno que no se suda y no se tiene tanta sed como en verano. Y también es importante que el agua sea de calidad, lo más natural posible. El agua del grifo contiene cloro, un desinfectante que no sólo mata bacterias perjudiciales, también afecta a la flora intestinal y reduce tu armada defensiva. Puedes beber agua embotellada o agua filtrada en casa o simplemente hervir agua para eliminar el cloro (es un gas que se evapora). En casa también hacemos infusiones con corteza de limón y de raíz de jengibre en agua hirviendo, para tomar caliente o dejar enfriar. Es una bebida que nos gusta a niños y mayores, muy refrescante y que te ayuda a prevenir infecciones y cuidar las defensas.
Con esto no quiere decir que no nos 'pille' la gripe y un par de catarros cada año, pero 'toco madera', en casa los 'bichos' pasan pero se quedan poco tiempo, en un par de días de cama, calditos, própoleo y mucho jengibre y limón nos vamos recuperando y así evitamos tomar antiinflamatorios, analgésicos y antibióticos salvo que nos lo recete el especialista o el pediatra.
Y os dejo sin vídeo hoy que tengo a Fran 'malito' y le tengo que aplicar todos los consejos que os he contado. Cuanto antes llegue a casa y se pueda meter en la cama con su caldo de pollo y su infusión de jengibre y limón, antes se podrá recuperar y volver a ser el FranChiconopara al que nos tiene a todos acostumbrados. ¡Va por ti Franchico!