Uno de los motivos por los que muchos de mis pacientes empiezan a practicar un deporte es el conocer gente nueva. Sí, a partir de una edad, los 30, es más complicado hacer amigos nuevos. La gente tiene su vida montada, su pandilla, su pareja, sus compañeros de trabajo, y es difícil introducirte en un grupo al que no conoces.
También han cambiado los valores, las costumbres y la forma de relacionarnos. Ya no tienes un matrimonio para toda la vida, por lo que los amigos que eran de la pareja que pasa a ser expareja, a veces se pierden. La movilidad laboral también dificultad las relaciones en el propio trabajo. Un día estás en una empresa en España, y al año siguiente estás trabajando en China. Así que la forma de hacer amigos también tiene que adaptarse a lo nuevo.
Sin duda, mucho son los que a través de las redes sociales consiguen ampliar su círculo. Pero muchos otros prefieren seguir métodos más tradicionales y estar en contacto directo con gente. Ambas maneras de relacionarse son compatibles y además, se complementan.
Cuando un paciente me pregunta que qué puede hacer para poder hacer amigos, le invito siempre a practicar sus aficiones, un curso de fotografía, aprender un idioma, apuntarse a un curso de cocina y como no, a apuntarse a un deporte que le facilite estar con otras personas y genere ocasiones en las que hablar, compartir y estar con gente. Ejemplos de ellos son el pádel, deportes de equipo, las clases guiadas en el gimnasio o meterte en grupos de running o senderismo.
Una vez dentro del grupo tienes que poner de tu parte para relacionarte con gente. Las personas no suelen venir a ti. Eres tú el que tiene que provocar la oportunidad. ¿Cómo?
1.Sonríe. La sonrisa hará que parezcas amigable. Las personas que de entrada sonríen, tienden a caernos bien. Interpretamos que no son peligrosas, que se esfuerzan por agradar y que están abiertas a comunicarse. La sonrisa es una puerta abierta a la comunicación.
2. Al entrar en una clase de ejercicio o en un grupo nuevo, saluda. Basta con decir buenos días, buenas tardes, qué tal, cómo estáis. Algo tan básico como saludar hay muchas personas que han dejado de hacerlo. Cuanto más grande es la ciudad, menos se saluda la gente. Cuando yo salgo a correr cada mañana le doy los buenos días a todos los que me encuentro corriendo. Muchos se sorprenden, deben pensar que qué hace una desconocida dándoles los buenos días, otros te devuelven encantados el saludo y la mayoría, sonríe. La gente se siente bien cuando deja de ser invisible a los ojos de los demás. Un simple buenos días es una muestra de educación e interés sincero hacia el otro. Así será más fácil poder entablar una futura conversación.
3. Nadie te mira mal. Hay personas tímidas, estresadas, ansiosas, con problemas personales, y puede que su comunicación no verbal y el gesto de sus caras no invite a acercarse a ellos. Pero tú no eres la causa de su cara de pocos amigos. Si limitas relacionarte con ellos por interpretaciones sin rigor científico, como que no les caes bien, reducirás mucho el número de personas con las que poder relacionarte.
4. Acércate a la gente y trata de compartir temas sencillos, que no sean conflictivos. Puedes hablar de la afición que compartís, de los motivos por los que os habéis apuntado a esta actividad, qué deportes os gustan y a qué os dedicáis. No toques temas que puedan generar controversia, sobre todo al principio: política, religión, etc., salvo que sea un tema que ha sacado ya la otra persona.
5. Trata de ser comedido cuando te relaciones. Huye de los juicios de valor, de las críticas, de utilizar palabras como siempre, nunca, etc.
6. Sé prudente. No preguntes por temas personales que puedan ser incómodos para otra persona. Hay personas inseguras, susceptibles, miedosas, a las que no les gusta que se les pregunte por su edad, por su pareja, etc. Ten cuidado con según qué temas, salvo que te inviten a hablar de ello.
7. Interésate por la persona. Si ya has cogido algo de confianza con la persona y conoces a qué se dedica o cómo es su día a día, pregúntale cómo le va, qué tal fue la reunión o por un hijo que haya tenido enfermo. A las personas les gusta hablar de sí mismas y cuando alguien se interesa por sus prioridades, se sienten bien.
8. Escucha, escucha y escucha. Y escucha con atención, manteniendo el contacto ocular, asintiendo con la cabeza mientras te hablan y sonriendo de vez en cuando.
9. Llama a la persona por su nombre. Decía Dalee Carnegie que el nombre de uno es una de las palabras que más agradan a las personas.
10. Apúntate a los planes o pregunta si puedes participar. No esperes a ser invitado. Si ves que la gente está diciendo de quedar, pregunta si puedes unirte. Que no te dé vergüenza. El no ya lo tienes.
Las relaciones personales pueden ser una gran fuente de satisfacción. Disfrutar de ellas depende de nosotros. Si carecemos de la habilidad para hacerlo, podemos entrenarla igual que entrenamos nuestro deporte. Tener un soporte de amigos y apoyo es parte del bienestar y de la salud mental de las personas.
El deporte como forma de hacer amigos
Uno de los motivos por los que muchos de mis pacientes empiezan a practicar un deporte es el conocer gente nueva. Sí, a partir de una edad, los 30, es más complicado hacer amigos nuevos. La gente tiene su vida montada, su pandilla, su pareja, sus compañeros de trabajo, y es difícil introducirte en un grupo al que no conoces.