Pase lo que pase, ¡sigue con tu rutina!

Por un motivo u otro nuestra rutina puede verse alterada. Conseguir tener rutina y un hábito es el resultado exitoso cuando uno se propone un cambio. Yo tenía la rutina de correr casi cada día a las 6 y media de la mañana, hasta que una fascitis plantar la semana pasada me apartó momentáneamente de mi placer matutino.

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Por un motivo u otro nuestra rutina puede verse alterada. Conseguir tener rutina y un hábito es el resultado exitoso cuando uno se propone un cambio. Yo tenía la rutina de correr casi cada día a las 6 y media de la mañana, hasta que una fascitis plantar la semana pasada me apartó momentáneamente de mi placer matutino.

Motivos para salirse de la rutina hay muchos: puntas de trabajo, una lesión, los cambios de hábitos como sucede ahora en vacaciones y fiestas o la falta de motivación y pereza. , y dependiendo de tu flexibilidad mental al tener que encajar lo que no entraba en tus planes, puedes tener ansiedad y rabia.

"Cuando rompes con tu rutina sientes malestar"

Una de las dudas que surge cuando te ves obligado a parar tu hábito es si volverá a ser fácil retomarlo. Cuando digo que me levanto a las seis y media a correr son muchos los que me preguntan si no me da pereza. ¡Claro que da un poco de pereza! Pero cuando forma parte de tu rutina y eres consciente del nivel de satisfacción tan alto que tienes con tu afición, la pereza se difumina. Al romper con la costumbre también da miedo que el nivel de compromiso se esfume.

Así que si una lesión, los horarios o las vacaciones te “obligan" a modificar tu organización, sobre todo, no dejes de entrenar. Busca otra manera de practicar ejercicios, busca otro horario, haz menos si es necesario, pero no te pares en seco salvo que sea una recomendación médica.

Muchas personas piensan que si no pueden correr o montar en bici o lo que sea ya no puede hacer nada.

"Reserva el espacio y tiempo para alguna actividad de la que te sientas orgulloso" "Reserva el espacio y tiempo para alguna actividad de la que te sientas orgulloso"

No es verdad. Puedes hacer otro tipo de ejercicios, estiramientos, seguir comiendo de forma saludable, bajar la intensidad, caminar, nadar, incluso plantearte introducir en esa rutina algo que no tenga nada que ver pero que te permita tener ese tiempo y hueco ocupados: meditar, hacer yoga, pilates, algún tipo de formación, etc.

Si utilizas ese momento para holgazanear, estar en el sillón, dormir un poco más, el placer puede ser inmenso, y llegada la hora de volver a retomar la rutina, tendrá un coste muy elevado para ti. Tendrás que volver a educarte en el placer a largo plazo para postergar el inmediato.

Sigue estos consejos para no perder tu hábito:

1.    Reserva el espacio y tiempo para alguna actividad de la que te sientas orgulloso, que requiera un poquito de esfuerzo y salir de tu zona confortable. Aprovecha para aprender a disfrutar de otras actividades para las que no tenías tiempo porque selo dedicabas a la que has tenido que relegar. Trata de saborear lo nuevo.

" Si el motivo de romper la rutina es el trabajo o los días de descanso, haz hueco en otro momento del día " " Si el motivo de romper la rutina es el trabajo o los días de descanso, haz hueco en otro momento del día "

2.    No te enfades ni estés irascible por tener que renunciar a algo que se había convertido en una fuente de placer y orgullo para ti. Piensa que casi todo es temporal y que dentro de muy poco volverás otra vez.

3.    Visualiza de vez en cuando tu afición, no te olvides de ella. Trata de recordar por dónde entrenabas, cuáles son las sensaciones que te hacían sentir bien y qué beneficios obtenías.

4.    Si es debido a una lesión, sé prudente y déjate aconsejar en cómo recuperarte y el tiempo que tienes que estar apartado. Seguir las indicaciones evitará una recaída. Que tú te encuentres mejoría no significa que puedas empezar. Los tiempos, la frecuencia y la intensidad son importantes.

5.    Si el motivo de romper la rutina es el trabajo o los días de descanso, haz hueco en otro momento del día y trata de que sea innegociable en tus planes y en la agenda de los demás. Si no te apetece, haz tu mínimo, pero haz algo. Es normal que no le dediques el mismo tiempo a una actividad que te gusta menos o que realizas en un horario más incómodo para ti. Pero hacer algo es mejor que no hacer nada. Así, cuando retomes tu afición, tendrás la sensación de continuo, en lugar de empezar de cero. Empezar de cero da más pereza que haber seguido enganchado.

 

La rutina es como la credibilidad, cuesta mucho crearla, pero perderla es muy sencillo.

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