Leyendo el libro “La felicidad no es el objetivo" de mi colega Pep Marí, me ha llevado a recordar la importancia de sentido y el significado que damos las cosas. Dice en el libro algo así como que las personas felices y satisfechas encuentran sentido a lo que hacen. Su trabajo o sus actividades tienen un fin.
Cuando practicas deporte, tanto a nivel profesional como amateur, este concepto es vital. Hemos hablado muchas veces de lo importante que es tener objetivos. Pero los objetivos, las metas y los deseos tienen que tener un fundamento, ese sentido. ¿Para qué y por qué lo estoy haciendo? ¿Qué sentido tiene? ¿Qué placer y satisfacción obtengo? Encontrar lo que te moviliza tiene muchas ventajas. Veamos cuáles.
-
Mayor disfrute. Cuando algo tiene sentido, produce satisfacción. Y la satisfacción, engancha.
"Cuando algo tiene sentido, produce satisfacción. Y la satisfacción, engancha"
Todos buscamos ser felices, estar a gusto, sentirnos relajados, fluir y tener muchos momentos de placer al día. Cuantos más, mejor. La palabra satisfacción es el resultado de poder dedicarte a lo que te place.
-
Menor tasa de abandono. Muchas personas empiezan a practicar deporte u otros hábitos saludables como dejar de fumar o comer de forma sana, sin tener un objetivo con sentido para ellos. O lo hacen porque se sienten presionados por los hijos “papá, deja de fumar", por recomendación del médico “debería usted perder algo de peso" o porque sus amigos insisten en que salgas a montar en bici con ellos y la presión, te puede.
Pero cuando encuentras tu por qué, la motivación con el objetivo es mayor.
Porque el sufrimiento, la inversión de tiempo y el esfuerzo tienen un sentido. Si crees que necesitas dar un cambio, búscale el sentido. No tienes que justificarte ante nadie, y aunque tú creas que no es un motivo importante, solo basta que lo sea para ti. Puede que lo hagas por perder peso, por contentar a tu pareja que le gusta verte fuerte, por sentirte ágil, flexible y fuerte, por salud, por estar en contacto con la naturaleza, por salir con amigos, por ponerte a prueba y ver cuánto eres capaz de correr, por meterte en el bucle de hábitos saludables, por mejorar tu presión sanguínea, tu calidad de sueño o por lo que sea. De verdad, existen cientos de “por qués", pero tienes que encontrar el que de verdad te haga sentir algo a ti.
- Vivir de forma plena. Cuando practicas deporte o realizas actividades porque te gusta y te llena, no tienes la sensación de vivir la vida de otros, de vivir una vida prestada, sino de vivir la tuya propia. Con tus elecciones, siendo libre para participar en la vida de forma plena. La idea de pasar por la vida con pena y con gloria es mucho más atractiva que una vida marchita.
- Eliminar emociones negativas que contaminan el día a día. La ira, la frustración o la tristeza son emociones propias de quien se siente en desequilibrio. Cuando en tu cuenta de resultados las obligaciones, las actividades y decisiones que no te gustan y otros estresores superan los buenos momentos, te sientes en desequilibrio.

Practicar actividades y vivir momentos con sentido, te enfoca en el bienestar. A veces no se trata de eliminar la ansiedad o de quitar la tristeza, sino de llenar tu vida de pequeños momentos, de pequeños placeres que equilibren el ritmo frenético al que a veces te ves sometido. Mejor que dirigir tu energía a eliminar lo que detestas o quejarte por tener que hacer cosas que no te gustan, trata de ir sustituyendo en tu vida y llenando con lo que aprecias.
- No camines por la vida como lo hace un robot. Toma conciencia. Pregúntate por qué hago esto y qué sentido tiene. Muchas veces no lo sabes porque no le has dedicado un tiempo a mirar dentro de ti y buscarlo. Cuando le preguntas a los mejores deportistas porque son brillantes, la mayoría te dice que les apasiona jugar al tenis, correr, jugar a fútbol. Y que esa profesión da sentido a sus vidas. No todas las personas pueden vivir de sus pasiones, pero sí que todos podemos hacer por dedicarle tiempo a lo que alimenta las emociones.