Este domingo se celebró la que para mí es la mejor carrera que se celebra en nuestro país: la Behovia-San Sebastián. Si las has corrido alguna vez quedas para siempre enganchado sobre todo por ese público único que hace del recorrido algo parecido a un final de etapa de la Vuelta a España.
Lamentablemente este año la Behobia, en la que han participado 40.000 corredores, se ha teñido de negro con la muerte de un joven corredor navarro que se desplomó en la línea de meta. Hubo igualmente cientos de atendidos por el servicio sanitario y todavía quedan ingresados una docena de corredores.
¿Es esto evitable? Reducir a cero el riesgo es una utopía; aunque hiciéramos una sentada a comer tortilla con 40.000 personas habría un riesgo cardiaco. De hecho, murió un corredor pero también una persona que estaba viendo la carrera. Lo que si podemos entre todos es reducir el riesgo.
Vamos por partes.
• ¿Hay demasiados corredores sin experiencia que asaltan una prueba de 20 km sin haber quemado las etapas necesarias como atletas populares? En este caso la persona que falleció ni era novato y estaba en buena forma, pero evidentemente el boom del running ha llevado a personas no preparadas a iniciar retos que están fueran de su alcance. Se me antoja imposible poner “puertas al campo", pero yo no recomendaría a nadie que no haga 1 hora 10 minutos en los 10 km que diera el salto al medio maratón y a nadie que en los 21 km no baje de 2 horas 15 minutos iniciar la preparación para los 42’195 km del maratón.
• ¿Sería recomendable como ocurre en Francia exigir certificado médico para las pruebas de resistencia? Mi opinión es que sí. Y todavía sería mejor que la RFEA diera una licencia anual para corredor maratones y medios maratones que tuviera detrás una prueba de esfuerzo. Y es que todavía hay miles de corredores que se lanzan a corredor pruebas de 21, 42 ó 100 km que no se han hecho nunca (o la última vez que hace 5 ó 10 años) una prueba de esfuerzo. 100 euros para la salud (y, ojo, para tener datos claves para hacer eficiente el entrenamiento) pero luego se gastan sin mirar 180 en las zapatillas. Prioridades por favor.
• En este caso concreto del domingo en la Behovia está el tema de calor. Los últimos cuando iniciaron la prueba estaban ya a 28 grados con un porcentaje alto de humedad. Debería tenerse muy claro en qué condiciones el riesgo es tan alto que debería o no celebrarse (en Chicago hace unos años en el Medio maratón se paró la carrera a todos aquellos que iban por encima de acabar en 3 horas), o duplicar los avituallamientos, o acortar la prueba si es posible. Y esto no cogió por sorpresa a nadie que el jueves ya leí Martín Fiz en su muro de Facebook avisarnos del riesgo y de la importancia que iba a tener la hidratación e ir vestido con la ropa más transpirable y de colores claros.
• Y por último, lo que nos exigimos. Lo de “por cojones" está muy bien pero aunque sea un país tan competitivo como el nuestro, donde el tiempo que pone en el reloj bajo el arco del meta nos importa tanto, hay que aprender que hay días en los que es mejor abandonar o parar un rato y hacer un tramo andando. Y yo entono mi propio mea culpa. Solo hace un par de semanas fui a Japón a correr el maratón en Osaka. Por el jet lag apenas dormí nada las tres noches anteriores y encima había 25 grados a la hora de correr; lo lógico hubiera sido no salir pero por aquello de "ya que he venido hasta aquí", "es mi maratón número 25", "no me he retirado nunca" al final te pones y llegas a meta (al menos fuí prudente para salir de los últimos e ir haciendo fotos e ir un rato andando cuando en el km 30 noté que me mareaba un poco).
No quiero terminar sin enviar mi más sentido pésame a la familia de José Javier Suescun Subero, así como a todos sus amigos del pueblo navarro de Berbinzana de donde era natural y al club Fortuna, organizadores de la prueba. Descanse en paz un amante del deporte.
@franchicosport
¿Realmente se pueden evitar muertes en las carreras populares?
Este domingo se celebró la que para mí es la mejor carrera que se celebra en nuestro país: la Behovia-San Sebastián. Si las has corrido alguna vez quedas para siempre enganchado sobre todo por ese público único que hace del recorrido algo parecido a un final de etapa de la Vuelta a España.
