Ya de regreso de vacaciones, aquí podéis leer el texto con el que este mes abro la revista Sport Life de agosto (tenéis más info de sus contenidos en https://www.sportlife.es/sumarios/articulo/sumario-sport-life-agosto-2016), en el que reflexiono sobre la situación que se está creando en el medio natural entre proteger la naturaleza y permitir que se disfrute de ella.
Me he pensado mucho escribir sobre este tema ya que soy consciente de que corro el riesgo de parecer anti-ecologista, de dar prioridad al deporte sobre la conservación de la naturaleza. Pero si me he decidido finalmente a afrontar el tema es porque precisamente ese “enfrentamiento" es lo primero que rechazo. Por supuesto que es compatible el deporte outdoor con cuidar el medio ambiente. Entre otras cosas porque lo ha sido durante los últimos 50 años.
Estamos viviendo en muchas zonas de España el endurecimiento de las normas de uso de la montaña para muchas actividades deportivas e incluso la anulación (a veces con la irresponsabilidad de hacer en el último momento) de pruebas de mountain bike o carreras de montaña.
Es cierto que hay muchas pruebas deportivas, que (afortunadamente) cada vez más gente se acerca a la naturaleza, pero entre ordenar y prohibir hay muchos “grises". Y aquí no nos jugamos sólo la “diversión" de los amantes del deporte natural; la economía de muchos pueblos depende ya en buena parte del turismo activo.
Cierto que en el tema de las bicis reconozco que no soy objetivo porque me apasionan, pero es curioso que se harten a hablar de que las bicis son el futuro (queda de cine en cualquier programa de partido político) pero en la mayoría de las ciudades sigue sin tener su sitio para circular, en carretera no hay más que atropellos y en la montaña ahora parece que nos quieren convertir en delincuentes. Esto no quita que reconozca que hay ciclistas que hacen mal uso, poniendo en riesgo a otros usuarios del camino.
Especialmente sangrante es el tema de comenzar a prohibir las “bicis eléctricas" (las comillas son porque en realidad son bicis con ayuda al pedaleo, vamos que si no pedaleas eso no se mueve, otra cosa es que te ayuda hasta que llegas a 25 km/h que el motor ya deja de empujar).
En definitiva, no creo que prohibir sea el camino más eficaz para preservar el medio ambiente. Y vallar todas las montañas tampoco. El roce hace el cariño y si queremos que más y más gente defienda la naturaleza lo primero que tienen que hacer es acercarse, tocarla, sentirla, amarla.
@franchicosport
¿QUIEN QUIERE SECUESTRAR LA NATURALEZA?
Ya de regreso de vacaciones, aquí podéis leer el texto con el que este mes abro la revista Sport Life de agosto (tenéis más info de sus contenidos en https://www.sportlife.es/sumarios/articulo/sumario-sport-life-agosto-2016), en el que reflexiono sobre la situación que se está creando en el medio natural entre proteger la naturaleza y permitir que se disfrute de ella.
