Con un poquito de retraso aquí os dejo el artículo con el que como cada mes desde mayo desde 1999 abrimos Sport Life. Para saber más de los contenidos de la revista de este mes, aquí os los contamos.
De las pocas cosas que han resistido el maremoto de la crisis que parece nunca va a terminar de pasar ha sido el deporte popular. De hecho, hemos seguido hablando del “boom" del deporte, de muchos más eventos populares, de parques y calles por las que si no hay alguien que pasa alguien corriendo es raro, de cifras récord de bicis vendidas, de la aparición por cada esquina de “gimnasios low cost", de la incorporación masiva y definitiva de la mujer a la práctica del deporte…en definitiva la consolidación de la vida deportiva como un estilo de vida.
Pero En primer lugar, seguimos con un déficit muy importante de actividad deportiva a partir de que los niños/as a partir de los 13 años, por no hablar del deporte universitario que es inexistente. Ya antes hay que tener en cuenta seguimos con dos pírricas clases de 45 minutos que por mucho que los excelentemente formadas nuevas generaciones de profesores de educación física traten de aprovecharlas es muy poco para asegurar el ejercicio que se necesita para frenar la obesidad infantil por lo que todo queda en manos de las clases extraescolares o de lo que los padres se involucren (algo que nos va a favor porque ya es habitual que la madre, el padre o los dos sean deportistas y sean un buen ejemplo para sus hijos).
Si no podemos remedio, pasará lo de ahora, que hay muchos deportistas pero de “treinta para arriba". Y aquí también habría que poner algunas medidas para que el boom no explote. En primer lugar, todos tenemos que hacer una reflexión sobre los retos que nos ponemos y especialmente no perder la cabeza y nunca poner el deporte en la cúspide nuestra vida. MI experiencia me dice que aquellos deportistas populares que lo viven como profesionales no están mucho tiempo en la senda de la actividad física. Queman etapas muy rápido hasta quemarse definitivamente.
¿Más? Debería convertirse en habitual hacerse una prueba de esfuerzo (sobre todo entre los principiantes), los precios de las inscripciones en algunas pruebas deberían frenar su crecimiento, habría que entrar urgente a poner soluciones a la indefensión de los ciclistas en las carreteras, tendría que realmente montarse carriles bici de verdad en la ciudad para que el simple transporte se convierta en modo de ejercicio como pasa en muchas ciudades de Europa, habría que entrar en el tema de la capacitación de los profesionales del deporte en los gimnasios, actividades de outdoor, etc.
No podemos dejar que explote algo que es de lo poco que está contribuyendo a sanear nuestras sociedad en tiempos tan difíciles.
@franchicosport
Para que el boom no explote
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