Hace poco participé en el Triatlon Series en Madrid,  oraginzado por Winsports. Y si pensáis que voy a hacer una entrada de la  típica nota de prensa condescendiente con la organización y  participantes, no será así. Es un blog personal, así que os daré mi  visión particular y por supuesto subjetiva, de este tipo de pruebas tan  populares.
En la edición del pasado año había unos 700 inscritos, en esta  edición se ha llegado al doble de inscripciones. Un éxito de  participación que nos hace ser conscientes de la ebullición de esta  modalidad deportiva que hace tan solo unos años estaba prácticamente  vetado a auténticos deportistas de hierro. Este fin de semana, puede ver  de todo, desde el participante pro e incluso profesional, hasta el principiante que afrontaba su primer triatlón con todo tipo de limites materiales.

En esta edición donde se había optado por todo tipo de distancias y  participación, me inscribí en la modalidad sprint (750 m de natación, 20  km bici y 6 km de carrera). Había tantos inscritos que hubo que dar  varias salidas, hacia tiempo que no veía un evento tan popular. Durante  la prueba observé de todo, desde triatletas pro, mataillos como  yo y principiantes totalmente perdidos, con este perfil de inscritos  ves de todo; participantes con bermudas, cascos colocados del revés por  las prisas y poca experiencia en las transiciones, bicis de montaña,  muchos rástrales, gente que se abre y se cierra sin dejarte paso, pero  también algunos que van de pro con medias de compresión ya en  la natación, bicis de miles de euros sin preparación física y los que se  colocan la cinta portadorsal por debajo del culo (cuestión que no  entenderé nunca… pero como lo hacen los profesionales…). Bueno,  resumiendo, como dice mi amigo Sebastián “una capea"; gente  (mucha gente, demasiada gente) de todo tipo y condición, los iniciados  diciendo que es duro, el agua del lago… mucho calor… y los pro  quejándose del circuito de bici, de las curvas cerradas, de la cantidad  de gente que no sabe desenvolverse en este tipo de pruebas… lo cierto es  que vi caídas, muchas caídas, sobre todo por parte de los pro y normal,  van a por todas y en alguna curva con un poco más de arena o algún  ciclista lento que te cierra… la caída tiene todas las posibilidades.  Como resumen, mucha satisfacción por los populares y muchos reproches  por los pro.
Desde mi punto de vista, que además lo viví desde dentro, coincido  con los organizadores de la prueba. Intercambiando opiniones con Nico  Beck (de comunicación de Winsports) la finalidad de este evento es  hacerlo popular, el objetivo es crear una gran fiesta del triatlón de referencia, abierto a todo publico, celebrado en casco urbano, para  de esta forma atraer a familiares, amigos, medios de comunicación, etc.,  en resumen, dar una imagen más cercana de este deporte de hierro.
Lo cierto es que Nico lleva toda la razón y yo estaba plenamente con  él, este deporte necesita abrirse al público popular, eventos atractivos  a ese nuevo público que no tiene una bici en condiciones, que no se  atreve a inscribirse en otro tipo de pruebas porque seguramente quedaría  de los últimos. Sin embargo, estos eventos tan populares, tan  multitudinarios, te permiten pasar “desapercibido" hay tanto  principiante inexperto que lo normal y habitual es observar situaciones  inauditas para los que ya tenemos más experiencia. Sinceramente creo que  es bonito y digno de admirar, ver a personas que se tiran al agua con  un bañador simple de piscina, al que afronta la prueba ciclista en bici  de montaña con pedales y terminan la carrera a pie con unas zapatillas  abrochadas con cordones, deshidratados, quemados por el sol y con más  dignidad que condición física. Creo que todos hemos pasado por alguna de  estas situaciones al comenzar.
Yo, que gran parte de mi trabajo va encaminado a este perfil medio y  bajo de deportistas, me satisface mucho ver como personas que hace poco  afrontaron su primer triatlón con pocos medios y condición física, ahora  me los encuentro de nuevo en este tipo de pruebas, con mejor  equipamiento, una condición física elevada y lo que es más importante,  con la misma ilusión del primer día sabiendo que lo único que van a  recibir es un recuerdo. Para ellos, llevarse el dorsal y la experiencia  es lo más gratificante. Y creo que esto es lo que nunca debería faltar  en el deporte popular. Es uno de los factores que está provocando esta  crecida espectacular de esta disciplina tan exigente e incluso cara como  es el triatlón.

Este fin de semana he visto competir a algunas personas que realmente  me satisface ver como afrontan este tipo de pruebas; Roberto, experto  corredor, ciclista aficionado y novato nadador que afrontaba el sprint  sin haber pasado nunca de nadar en una piscina, Queralt, una chica que  hace poco más de un año realizó su primera prueba en el triatlón de la  mujer y ahora ya está haciendo olímpicos con marcas asombrosas o Rafa,  un joven veterano de este deporte que lleva media vida  compitiendo con la única satisfacción de participar y tener el deporte  como estilo de vida.
Si no fuera por este tipo de pruebas tan populares, estos deportistas  y el 90% de las personas que este fin de semana estuvimos en el  Triatlón Series, no estaríamos invirtiendo tiempo, esfuerzo y dedicación  a un deporte que tan solo nos dará satisfacción, algo que cada vez más,  pienso que es mucho mas importante que un trofeo. Aunque supongo, que  esta opción es mucho mas fácil decirla desde mi situación de mataillo, pero lo que es seguro es que estoy entre el 90% de los participantes.
Después de mi prueba, me quedé viendo la modalidad de olímpico (1500,  40, 10) y pude comprobar y sobre todo ratificar, mi teoría que en este  tipo de pruebas el 99% realmente disfruta y el 1% queda frustrado por la  derrota, normalmente los que quedan entre el 2º y 5º puesto. Tan solo  tienes que oír los comentarios de la gente que se agolpa para ver estos  eventos populares. Los comentarios de los padres, amigos y compañeros de  los populares distan mucho de los pronunciados a los de elite. Observé  como los comentarios dirigidos a los mataillos eran de animo; aplausos, “venga, venga…" “vamos, tu puedes…", “sigue así…" y algunos graciosos “nos esperan las cervezas", “sonríe para la foto" e incluso vi hacerle la ola, sin embargo, los comentarios a los de élite, eran en la mayoría comentarios evaluativos; “no dejes que se te escape", “a por el/ella", “tu eres mejor", “aprieta que lo tienes detrás", “ya es tuyo"… todos estos comentarios lo único que hacen es poner presión en el  competidor, hacerle ver que está siendo evaluado, comparado, medido por  su puesto. Si haces podio fenomenal, pero ¿qué pasa con los segundos?,  terceros o peor aún ¿con los sextos, décimos…???
¿Alguna vez has pensado porque los bebés insisten en caminar a pesar  de caerse una y otra vez? ¿De donde sale ese afán por intentarlo de  nuevo a pesar del fracaso? Y además no le dan importancia al hecho de  ser observados en sus fracasos, son jodidamente felices. Sin embargo,  pocos años después sufren fracaso escolar a la mínima de experimentar un  fracaso. Parece ser que los nurocientificos identifican esta situación  con el hecho de ser evaluados. Exacto, disfrutamos de  nuestras pruebas cuando las experimentamos de forma voluntaria,  espontánea y sin obligación, sin embargo, cuando somos evaluados y no  alcanzamos el objetivo planteado, cuando el carácter competitivo cobra  importancia, la sensación de fracaso se apodera de nosotros. Esto es lo  que he visto en los triatlones de este fin de semana. Si obsevas la  gente popular que realizó la prueba con su bici de hierro, con sus  zapatillas de cordones y sin mono de triatlón, terminaron felices (al  menos la mayoría) es más, la evidencia nos dice que vuelven a  inscribirse y a participar en otro más, ¿y sabes porqué? Por que tan  solo les queda mejorar, hacerlo mejor, y desde luego, sin ser evaluados,  tan solo conseguirán lo mismo que en el anterior; una camiseta y un  dorsal arrugado. Sin embargo, el/la que quedó en cuarta posición, no se  conformará son su dorsal arrugado, tan solo se llevará a casa una  sensación de fracaso alimentada por los comentarios evaluadores de los  que le acompañan. Este finde puede ver como populares levantaban la mano  del manillar para saludar a sus amigos al pasar por la zona de vallas, a  chicas que miraban y sonreían para la foto de su novio, estas  situaciones no son tan espectaculares como los hombres de hierro de un  ironman pero desde luego, tienen el encanto y la gracia que solo los  populares pueden aportar, un aliciente que hace de este tipo de eventos  una autentica fiesta donde además de hacer participe a acompañantes,  estimulan a que más de uno pase de estar animando a vivir la prueba  desde dentro. Si para ver todo esto, tengo que experimentar circuitos  urbanos no muy bien diseñados, a participantes que van de lado a lado  con su bici de montaña y a tener diez manotazos más sobre mi cabeza en  el agua, adelante, estoy dispuesto a afrontarlo. Si un pro quiere un  circuito que le permita tomar las curvas a 50 km/ hora, si quiere que  todo participante deje el margen izquierdo libre para el que viene,  existen en el calendario oficial muchas mas pruebas profesionales más  orientadas al rendimiento. Lo que no se debe (puede) hacer es reprochar a  la organización el diseño de un circuito no adecuado, criticar lo  saturado de las carreras, el poco espacio en boxes, etc, en una prueba  que tiene como objetivo principal facilitar la participación y ser lo  más popular posible durante dos días, no se le puede pedir más a una  prueba popular en un casco urbano. Es el momento de los populares, es su  fiesta, su oportunidad de experimentar y de acercarse a este deporte de  hierro pero asequible a todo el mundo, sin este publico masivo, no  habría marcas interesadas en esponsorizar las pruebas, no habría bebidas  gratis, carreteras cerradas al tráfico, voluntarios, pero lo que es más  importante, no habría público, interés, reconocimiento. Y sin esto  último, cualquier deporte está condenado a ser ignorado.
Amigos y compañeros, pros, debemos ser comprensivos con los  mataillos, nos seguirán haciendo gracia esos pobres que se tiran al agua  con bermudas, los que van con el casco del revés y las que corren con  las zapatillas de hacer aerobic, siempre los habrá, es más, será bueno  que siempre veamos a gente así, gente que se anima a afrontar una prueba  con este talante. Pienso que el fracaso no está en retirarse, sino en  ni siquiera haberlo intentado, este 90% es lo que hace grande a un  deporte como el triatlón. Gente anónima que saca tiempo de donde puede y  a pesar de haberlo pasado mal e incluso, hacer el ridículo en su primer  triatlón, siguen intentándolo una vez mas, o personas que llevan años  compitiendo con el único trofeo de la satisfacción.
Seguiré viéndoos en los triatlones populares, pero por favor  principiantes, invertir al menos en un mono de triatlón y tened cuidado  al poneros el casco, y los pros, no os apuntéis a un evento popular si  lo que queréis es un circuito limpio y lleno de participantes perfectos  triatletas, por cierto (sobre todo las chicas) colocaos la cinta por  encima del culo, un mono apretado y ceñido con un dorsal cayéndose por  las rodillas no pega por muy pro que sea, y a los adictos a las modas pro de la medias de compresión y las bandas abrefosas nasales, deciros que  no sirven de mucho, pero eso si, queda muy pro, el efecto placebo es  poderoso.
                    
    
