Estos días después de la maratón de Sevilla es noticia en redes sociales y otros blogs de opinión lo sucedido en los participantes, donde en esta edición ha sido noticia los abandonos, donde un 27% de los inscritos no llegaron a cruzar la meta, es decir que uno de cada cuatro abandonaron la prueba.
Esto es un fiel reflejo de lo que está sucediendo desafortunadamente en esta ascensión popular de pruebas que no deberían serlo. Desde mi opinión, y esto chocará con la idea que tienen muchas personas, una maratón nunca debería ser popular. Sé que esta opinión pueden a priori enojar a más de uno, sobre todo a organizadores y sponsors que intentan siempre batir records de asistencia, sin embargo, deberíamos meditar y recapacitar sobre este tipo de eventos masivos. Al contrario de los que muchos podrían pensar, no intento decir que no se hagan maratones o desacreditarlas, sino todo lo contrario, creo que debemos prestarle la atención y respeto que se merece la realización y sobre todo finalización de una prueba de maratón.
Terminar una maratón es un reto personal y emocional que muchas personas desean superar, sin duda esto refuerza la autoestima (si cruzas la meta) pero sin duda también es un proceso agresivo para el sistema musculo-esquelético y más que demostrado que nada saludable.
Superar 42 kilómetros corriendo por asfalto es tremendamente agresivo para el sistema muscular, terminar una maratón no es cuestión de mejorar e incrementar el sistema cardiovascular, sino el muscular, el factor limitante es la capacidad muscular de soportar la fatiga. Esta cuestión es algo tan estudiado como obvio, sin embargo las tiradas largas siguen superando ampliamente al trabajo muscular excéntrico, luego aparece “el muro"… normal.
¿Cuándo nos daremos cuenta que la maratón es una prueba muy exigente? Es una prueba que se merece mucho más respeto y profesionalidad de la que se le está dando, debemos cambiar el mensaje popular de “anímate y atrévete a correr una maratón" por el de “prepárate para correr una maratón", los mensajes emocionales y de motivación que animan al gran público a inscribirse y terminar como se pueda una distancia tan exigente deberían moderarse,
Son ya muchos los profesionales tanto de la salud como corredores que vienen demandando un cierto control para acceder a una maratón, quizás el estar federado ya haría una criba importante de ese público aventurado que nunca cruzará la meta, pero esta cuestión quedaría mermada a la participación cuando menos a la mitad, cuestión que muchos organizadores y patrocinadores no están dispuestos a contemplar. La solución quizás está en dar el respeto y profesionalidad que se merece la maratón y promocionar y patrocinar las asequibles carreras populares de 10 kilómetros.
Correr ya es una habilidad que muchas personas no tienen a nivel mecánico o de técnica, superar una maratón además requiere unas capacidades físicas muy elevadas, si decides superar los 42 kilómetros al menos deberías saber que no solo es cuestión de correr. Aprovecho para lógicamente recomendar mi último libro “Fisiología y fitness para corredores" donde en 384 páginas exponemos las capacidades físicas y fisiológicas que todo corredor debería conocer para saber si dispone de las capacidades necesarias.
Por ultimo me quedo con la frase de Diane Lee, reconocida fisioterapeuta canadiense; “hay que estar en forma para correr y no correr para estar en forma".
Para saber más:
Maratón y popular, incompatibles
Estos días después de la maratón de Sevilla es noticia en redes sociales y otros blogs de opinión lo sucedido en los participantes, donde en esta edición ha sido noticia los abandonos, donde un 27% de los inscritos no llegaron a cruzar la meta, es decir que uno de cada cuatro abandonaron la prueba.
