Entrenar en ayunas; más mitos que verdades

Falsas creencias como que quema más grasa o cataboliza el tejido muscular, son algunas cuestiones que no están ni bien comprendidas, ni por supuesto aplicadas. El entrenamiento es una oportunidad que nos aportará más ventajas que beneficios… si lo hacemos bien.

redaccion

Entrenar en ayunas; más mitos que verdades
Entrenar en ayunas; más mitos que verdades

Falsas creencias como que quema más grasa o cataboliza el tejido muscular, son algunas cuestiones que no están ni bien comprendidas, ni por supuesto aplicadas. El entrenamiento es una oportunidad que nos aportará más ventajas que beneficios… si lo hacemos bien.

Entrenar a primera hora no es hacerlo en ayuno, ni tampoco sin energía. Creo que el factor más limitante es la baja activación que presentan los diferentes sistemas como para someterlo a una actividad física exigente.

Lo primero que debemos tener presente y bien claro, es que el concepto de ayuno como tal, no se corresponde con el que se presenta al despertar. La situación de ayuno previo de una noche, unas 7-8 horas es asumible y no debería presentar problemas a una persona entrenada. A partir de las 12-14 horas de ayuno pueden comenzar a presentarse ciertas limitaciones en la disponibilidad de la glucosa que proviene del hígado, sin embargo, y esto es lo más importante para la actividad física, los depósitos de glucógeno muscular prácticamente están intactos, ya que la glucosa no puede salir del músculo como tal. Un verdadero entrenamiento en ayunas necesitaría un ejercicio previo de agotamiento de glucógeno muscular más unos 3 días de dieta libre de hidratos de carbono, es decir, lo que hace décadas los escandinavos popularizaron en su conocido "régimen disociado" donde se hacían descargas y cargas de glucógeno.

Woman and dog running on beach at sunsetPuede ser que los niveles de glucemia en sangre sean bajos y que ésta situación pueda resultar un ligero inconveniente para algunas personas desentrenadas pero sin duda, existe energía almacenada más que de sobra almacenada en el organismo, sobre todo en el hígado y los propios músculos.

En resumen, entrenar en ayunas o mejor expresado, un entrenamiento matinal a primera hora, bien planteado, no debería ser un inconveniente, nuestro organismo posee eficaces mecanismos de obtención de energía para estas situaciones, sin embargo todos hemos sabido de casos de mareos o fatiga prematura en entrenamientos a primera hora, seguramente por una deficiente gestión de la situación y los recursos. Si conocemos cómo responde fisiológicamente nuestro organismo y tenemos en cuenta los posibles condicionantes, el entrenamiento matinal lejos de ser un inconveniente, se transformará en una opción posible y sobre todo eficaz.

En este número de octubre de Sport Life, desarrollo un amplio artículo abordando las formas de actuación ante las diferentes situaciones y objetivos que se pueden plantear, desde el clásico como estrategia quemagrasas, que no es tan fácil como parece, hasta el desarrollo muscular y ese peligro infundado de ser una situación catabólica que destruye al músculo.