Desajuste navideño

Estos días de fiesta he intentado no dejar de entrenar y parece que hasta hoy lo he conseguido. Entre comidas, desplazamientos y multitud de cambios de hábitos, nuestro organismo sufre un auténtico cambio en su ritmo biológico, esto hace que se desajuste y que tengamos esa sensación de bajada del rendimiento, de inapetencia o de falta de adaptación.

redaccion

Estos días de fiesta he intentado no dejar de entrenar y parece que hasta hoy lo he conseguido. Entre comidas, desplazamientos y multitud de cambios de hábitos, nuestro organismo sufre un auténtico cambio en su ritmo biológico, esto hace que se desajuste y que tengamos esa sensación de bajada del rendimiento, de inapetencia o de falta de adaptación.

Y es que, al menos en mi caso, en cuanto cambio mis hábitos de sueño, alimentación, horarios… mi cuerpo se desajusta y ayer que salí a correr notaba esa falta de fluidez y de ritmo habitual. Así que en estos momentos puedo entender a esas personas que intentan iniciar un programa de ejercicio cuando aun no han conseguido ordenar su ritmo de hábitos de alimentación, descanso y demás horarios, la cuesta se hace mas pronunciada.

Lo cierto es que tampoco pasa nada si no entrenamos durante unos días o bajamos el ritmo de entrenamiento. Las adaptaciones que hemos conseguido durante meses no se pueden perder en unos días. Sin embargo, nuestro cuerpo se desajusta de forma muy rápida, seguro que el día 25 después de esa cena de nochebuena, vuestro cuerpo no funcionaba como el resto de días. Si a esto le añadimos una falta de actividad, la percepción de desajuste se ve aumentada.

En estas situaciones es cuando notamos lo importante que es para nuestros hábitos de vida tener incluido el ejercicio y la alimentación equilibrada.