Un truco para comer menos cuando el cerebro pide energía

Cuando nos asalta la ansiedad, el cerebro nos suele pedir "energía" y suelen apetecerle además cosas dulces y bastantes calóricas. Os contamos los "trucos" para no añadir calorías en balde y engordar cuando en realidad ni siquiera tenemos hambre real

Yolanda Vázquez Mazariego

Un truco para comer menos cuando el cerebro pide energía
Un truco para comer menos cuando el cerebro pide energía

Son muchos los mitos acerca de lo que nos ayuda o no a ingerir más o menos calorías. Cuando tu cerebro está agotado por un examen, una entrega de un documento urgente, o un trabajo mental intenso, necesita energía para reponerse lo que te produce una mezcla de hambre y ansiedad, que puede estropear tu dieta y hacerte comer lo primero que encuentras, da igual que sea sano o no. Ya os contamos como, por ejemplo, cuantas más horas pasas despierto, (y menos duermes) más calorías acabas ingiriendo.

Si te pasa a menudo y tu cerebro está permanentemente agotado y además necesitas perder peso, en este trabajo de la revista "Medicine & Science in Sports & Exercise" puedes encontrar una buena solución.

Los investigadores de la Universidad de Alabama y Birmingham, reclutaron un grupo mixto de 38 estudiantes, a los que después de 35 minutos de relax invitaron a comer toda la pizza que quisieran, registrando la cantidad y calorías ingeridas.

A la semana volvieron a tener 35 minutos de relax, pero esta vez antes de pasar a la barra libre de pizza, tenían que completar una prueba mental muy extenuante.

Después de la prueba mental se dividió a los participantes en dos grupos, el primero tenía que descansar 15 minutos antes de empezar a comer, y el segundo tenía que hacer 15 minutos de ejercicio de intervalos de alta intensidad (EIAI) en una cinta de correr, antes de comer.

Los resultados fueron significativos. El grupo que descansó después de la prueba mental comió más pizza que la semana anterior, una media de 100 calorías más. En cambio, el grupo que hizo ejercicio después de la prueba comió menos, unas 25 calorías menos.

El Dr. William Neumeier, autor del estudio, explica que cuando el cerebro está agotado necesita más energía, lo que nos induce a comer un poco más de lo habitual para reponer los depósitos sin demora. Pero cuando hacemos ejercicio, los músculos liberan ácido láctico en la sangre, que se convierte en lactato que es una fuente de energía rápida para el cerebro, y al entrenar después del esfuerzo mental, estamos produciendo "alimento" para el cerebro. Esto nos ayudaría a comer menos cantidad y menos calorías, sin olvidarnos de que los 15 minutos de ejercicio de alta intensidad también queman calorías extra.

El Dr. Neumeier también dice que hay más factores que intervienen al hacer ejercicio, ya que este estimula temporalmente las hormonas que suprimen el apetito, que junto a que supone una distracción y motivación psicológica, puede ayudarnos a comer menos y escoger mejor los alimentos.

CONCLUSIÓN: el ejercicio intenso puede servirte para compensar la demanda de energía producida por el trabajo mental.
¿Por qué no probarlo? Si tu dieta se echa a perder cada vez que tienes un día de gran estrés, antes de llamar para que te traigan pizza o comida china, prueba a hacer 15-20 min de intervalos de alta intensidad (en el gimnasio, correr unas series o un fartlek, o un circuito en casa) y comprueba si se te pasa el ansia por comer inmediatamente, y así puedes escoger un menú más saludable como verdura cocida y pescado a la plancha, u otros platos que te ayudarán a adelgazar.

Fuente: Exercise following Mental Work Prevented Overeating. Medicine & Science in Sports & Exercise, 2016.