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¿Qué es el hígado graso no alcohólico?

Esta patología es un problema creciente entre la población, afectando casi al 20% de los adultos y el 5% de los niños ¿A qué se debe este incremento? Veamos los síntomas, cómo tratarlo y lo mejor: cómo prevenirlo.

Olga Castañeda @vive.tu.cuerpo www.vivetucuerpo.com

2 minutos

¿Qué es el hígado graso no alcohólico?

Es posible que alguna vez hayamos oído hablar de cómo el abuso de bebidas alcohólicas, una de las principales causas de daño hepático y que a su vez genera graves complicaciones para la salud. No obstante, el alcohol no es el único factor que determina serios problemas para nuestro hígado, los malos hábitos como el sedentarismo o una mala alimentación están haciendo que cada vez más personas sufran de hígado graso no alcóholico.

El hígado graso no alcohólico es una acumulación de grasa en las células hepáticas en personas que no consumen alcohol o lo consumen en poca cantidad y que se relaciona con la alimentación y estilo de vida. 

En esta patología aparecen una inflamación de las células del hígado, así como fibrosis. Esta fibrosis puede acabar dando lugar a una cirrosis (que consiste en que las células del hígado son sustituidas por tejido fibrótico que no es funcional) y todo esto puede dar lugar a una situación lo suficientemente grave como para que sea necesario un trasplante de hígado.

Síntomas

La enfermedad del hígado graso no alcohólico se puede manifestar como una patología silenciosa de manera en que la persona afectada no presente una sintomatología que les haga sospechar.

No obstante, en algunos casos se puede observar:

  • cansancio
  • malestar general
  • dolores o molestias en la parte superior derecha del abdomen.

Las causas del desarrollo de esta enfermedad se relacionan con:

  • la dieta
  • la resistencia a la insulina
  • alteraciones genéticas
  • sedentarismo

Factores que afectan a su aparición

  1. El sobrepeso y la obesidad
  2. La elevación de los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre
  3. La presión arterial alta
  4. La prediabetes y la diabetes mellitus tipo 2
  5. El consumo de algunos medicamentos (por ejemplo los corticoides, los estrógenos o algunos quimioterápicos).
  6. Algunas infecciones (como la hepatitis C)
  7. La exposición a ciertas toxinas

Tratamiento

Actualmente, no hay ningún tratamiento para la enfermedad del hígado graso.

No obstante, algunos estudios han demostrado que la pérdida de peso en las personas con sobrepeso y obesidad ha favorecido una regresión de la enfermedad. Por tanto, una alimentación saludable resulta crucial para mejorar la sintomatología en estos casos. Algunas recomendaciones:

  • Reducir la ingesta de grasas, sobre todo de aquellas saturadas, y reemplazarlas por las grasas insaturadas. Estas grasas son saludables y las encontramos en alimentos como el aceite de oliva extra virgen o el aguacate. Además, es interesante consumir ácidos grasos omega 3 que los encontramos en alimentos como el pescado azul, las nueces o algunas semillas. Estos alimentos nos van proteger de complicaciones cardíaca, ayudando a reducir la grasas visceral.
  • Aumentar el consumo de alimentos con bajo índice glucémico, es decir, aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales integrales. Y, por supuesto, reducir el consumo de aquellos que tengan alto índice glucémico, como los cereales refinados, los productos ultraprocesados y los dulces.
  • Evitar alimentos que tengan grandes cantidades de azúcares simples por ejemplo los refrescos endulzados o las bebidas deportivas.
  • Evitar el consumo de alcohol.
  • Por otro lado, la actividad física es un gran aliado en el caso de los pacientes que quieran revertir esta situación. Y que además también es importante para controlar determinados factores de riesgo que conllevan a su vez como la hipertensión y la diabetes.

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