Mucho tiempo se lleva advirtiendo del excesivo uso de las pantallas de teléfonos y tablets por niños y niñas. De sobra es conocido el perjuicio en los ojos, aún en desarrollo, que causa la luz de onda corta emanada de estos dispositivos. La OMS pronostica un escalofriante dato sobre la miopía en el año 2050, que alcanzaría a la mitad de la población mundial. Igualmente se ha alertado de las alteraciones en los ciclos del sueño ocasionados por la alta estimulación de la luz azul, e incluso de la merma en la capacidad de concentración de los pequeños que abusan del visionado de las pequeñas pantallas.
Si seguimos mirando pantallas. la miopía podría alcanzar al 50% de la población mundial en 2050
Por si todo esto no fuera importante, aun queda sumar un peligro mayor para nuestros hijos que los adultos habremos de tener en cuenta. No es otro que la propia formación de la personalidad del menor. Aquello que será su brújula en el mundo que le toque vivir. El largo tiempo frente a los contenidos emanados de la red priva a los niños de relacionarse con el exterior desde su propia perspectiva. Numerosos videos consumidos por los pequeños no hacen sino presentar el mundo desde una óptica que no es la suya. Los niños requieren descubrir la vida con sus propios estímulos, no con los de otros. Las herramientas para afrontar el mundo exterior habrán de generarse a través de su imaginación y experiencias propias, no de la mera imitación a lo visto en la pantalla.
No solo eso, numerosos estudios demuestran que el desarrollo intelectual se empobrece cuando el mundo se ve a través de las pantallas en vez de tal cual es, al natural y en directo, los resultados académicos son inferiores en los niños que usan pantallas durante mucho tiempo y la imaginación se reduce de forma espectacular. Reducir el tiempo de exposición y controlar el contenido a visionar depende de los adultos. Habrá que tomar conciencia cuanto antes. Luego podría ser tarde. Hay cientos de experiencias aguardando a nuestros hijos lejos del mundo virtual, con el que deberán aprender a convivir para extraer sus ventajas y evitar sus inconvenientes. Como deportista debes ser su ejemplo principal, así que empieza por prescindir tú de unas cuantas horas de pantalla cada día: móvil, tablet, televisión, ordenador, videoconsolas… todo cuenta. No le puedes pedir a tu hijo que no use internet y las redes sociales si tú estás enganchado a la tele, a los juegos de las videoconsolas o agarras tu móvil para mirarlo cada poco tiempo.
Fuentes:
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Guías de la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP): La AAP ofrece pautas sobre el tiempo frente a pantallas para niños. En sus pautas de 2016, recomendó que los niños de 2 a 5 años no deberían tener más de una hora de tiempo frente a pantallas al día, y los niños menores de 18 meses deberían evitar el uso de medios de pantalla, excepto para videollamadas. La AAP sugiere que el tiempo excesivo frente a pantallas puede estar asociado con problemas de sueño, obesidad y problemas de desarrollo.
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Estudio de The Lancet Child & Adolescent Health: Un estudio publicado en The Lancet Child & Adolescent Health en 2019 analizó datos de más de 4,500 niños estadounidenses de 8 a 11 años. Encontró que niveles más altos de tiempo frente a pantallas (más de dos horas al día) estaban asociados con un rendimiento cognitivo más bajo, especialmente en tareas de lenguaje y memoria.
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Directrices Canadienses de Actividad Física de 24 Horas para la Primera Infancia: Las Directrices Canadienses de Actividad Física de 24 Horas para la Primera Infancia, publicadas en 2017, proporcionan recomendaciones para la actividad física, el comportamiento sedentario y el sueño para niños de 0 a 4 años. Según estas directrices, los niños pequeños no deben permanecer sin moverse durante más de una hora (por ejemplo, en un cochecito o sentados en una silla) ni estar sedentarios durante períodos prolongados.