Tómatelo como parte de tu plan de entrenamiento porque durante el sueño es cuando se generan las adaptaciones que tu cuerpo necesita para ponerse en forma, así de concluyente. De hecho, el único momento en que se genera la hormona de crecimiento que permite aumentar tu volumen muscular y tu fuerza es durante el sueño profundo.
La cuenta atrás hasta tu cama
- 3–4 horas antes: Deja de entrenar, tu cuerpo necesita tiempo para bajar de temperatura internamente. Si la temperatura de tus órganos internos y músculos es alta te costará dormir ya que seguirás generando endorfinas, que te hacen sentir alerta, feliz...y despierto.
- 90’ antes: No bebas más agua u otros fluidos o tendrás que hacer una o más visitas al baño por la noche, interrumpiendo tu descanso.
- 60’ antes: Deja de usar tus dispositivos: móvil, mp3, televisión, ordenador… La luz hace que tu cerebro piense que hay sol, lo que bloquea lo producción de melatonina, una de las hormonas que induce al sueño.
¿Y LA NOCHE ANTES DE UNA CARRERA?
Seguro que te ha pasado, estás pensando en tu maratón, tu travesía o tu ruta de bici del día siguiente y no puedes conciliar el sueño. Por suerte una noche de mal sueño antes de un evento deportivo no alterará tu rendimiento aeróbico ni anaeróbico, según el estudio publicado este mismo año en el Journal of Sports Sciences, aunque sí que reducirá ligeramente tu capacidad de reacción.
TRUCO
Si has entrenado fuerte empieza a dormir apoyado en tu lado no dominante (si eres diestro, túmbate sobre tu lado izquierdo). Tu lado no dominante tiene una sensibilidad algo menor que el dominante, según el terapeuta del sueño inglés Nick Littlehales, lo que favorecerá el inicio de tu descanso cuando tus músculos están fatigados.