1- Cuando vayas a practicar deporte, hazlo por la MAÑANA temprano, por la TARDE o en zonas de SOMBRA, evita las horas de más calor.
2- Llévate SNACKS de FRUTA a la playa. Nos aportan agua, minerales, vitaminas, fibra y además nos previenen del envejecimiento prematuro de las células. Combina con unos frutos secos y verás qué bueno.
3- Come cosas FRESCAS. Aquí tres opciones súper sencillas y muy ricas;
– TOMATE CON CANÓNIGOS: El canónigo reúne las tres vitaminas antioxidantes (A, C y E), hierro y potasio, que los hace anti anémicos y diuréticos. El tomate también contiene gran cantidad de vitaminas A y K y minerales y además ¡nos protege la vista!
– POLOS SALUDABLES: Los helados son un imprescindible, pero lo mejor es optar por otras alternativas más saludables como los polos caseros de fruta fresca con el sabor que más te guste.
– SOPA DE MELÓN: Lleva melón, menta, pimienta negra, trocitos de melón sin triturar y nata para cocinar (opcional). Mezclamos todo, lo dejamos en la nevera y ¡A REFRESCARSE!
4- Ves hidratándote en todo momento. No esperes a tener SED. Estés donde estés y vayas donde vayas, lleva contigo siempre una botella de agua.
5- Protégete del sol CADA DÍA, los 365 días del año y aunque esté el día nublado. Y si es posible, evita tomar el sol durante las horas de más calor (12h-16h). Si has tomado el sol, no olvides de hidratar tu piel aplicando aftersun.
6- ¡Di adiós a la ropa apretada! Cuánto más suelta, mejor. Aunque no te lo creas, un maxi vestido largo y suelto te mantendrá más fresca que una corta y apretada. Evita vestir con colores oscuros, ya que absorben la luz y nos hacen sentir mucho más acalorad@s. Y por último, escoge ropa de material natural, como por ejemplo el algodón que es más transpirable que el poliéster.
7- Haz la SIESTA. No hay nada más reconfortante en verano que una pequeña siesta después de comer, en un lugar fresquito y apacible.