Golpes contra el cáncer: el poder del ejercicio para mejorar la calidad de vida
Cada 4 de febrero se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra el Cáncer, una fecha que tiene como objetivo aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
La actividad física se ha consolidado como un pilar fundamental en la prevención del cáncer. Según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el ejercicio regular puede reducir hasta un 30% el riesgo de desarrollar cáncer de mama, colon, vejiga urinaria, endometrio, esófago y estómago, y hasta un 20% el riesgo de mortalidad específica por cáncer.
Los mecanismos detrás de estos beneficios son diversos. La actividad física mejora la circulación sanguínea, favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico, regula los niveles hormonales (como el estrógeno y la insulina) y ayuda a controlar el peso corporal, además de, contribuir a la reducción de la inflamación crónica, que se ha asociado con el desarrollo y la progresión de los tumores.
Este impacto positivo no se limita únicamente a los cánceres mencionados. El ejercicio también ha demostrado tener efectos protectores sobre otros tumores, como el cáncer de próstata y el de pulmón.
Según un estudio de Joanna Kruk, los hombres que realizan ejercicio de manera regular tienen un menor riesgo de desarrollar tumores más agresivos como el de próstata y, en algunos casos, experimentan mejores resultados en su tratamiento. Del mismo modo, se ha observado que el ejercicio ayuda a reducir el riesgo de cáncer de pulmón, al mejorar la salud pulmonar y promover la desintoxicación del organismo.
La actividad física se ha consolidado como un pilar fundamental en la prevención del cáncer. La práctica de ejercicio físico ayuda a prevenir tumores y a mejorar la calidad de vida durante los tratamientos oncológicos.
La actividad física es clave en la prevención del cáncer, reduciendo el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer como mama, colon y vejiga hasta en un 30%
Los beneficios del fitboxing
En este contexto, actividades como el fitboxing se presentan como una alternativa cada vez más popular para mejorar tanto la salud física como la mental. Esta modalidad, que combina boxeo, entrenamiento funcional y trabajo cardiovascular, no solo ofrece una forma divertida y dinámica de mantenerse en forma, sino que también juega un papel crucial en la reducción de los efectos secundarios derivados de los tratamientos oncológicos.
Al incrementar la capacidad cardiorrespiratoria, mejorar la fuerza y reducir la fatiga, el fitboxing se convierte en una herramienta eficaz en el proceso de recuperación y mejora de la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Además, al favorecer la liberación de endorfinas, contribuye al bienestar emocional y reduce el estrés, aspectos clave en el tratamiento integral del cáncer.
Compañías como Brooklyn Fitboxing organizan sesiones intensas de entrenamiento en grupo con enfoque en el trabajo de punching y ejercicio funcional, que resulta especialmente beneficioso para quienes buscan un ejercicio integral que combine fuerza, resistencia y agilidad.
En un entorno motivador y guiado por entrenadores profesionales, los participantes experimentan no solo los beneficios físicos del ejercicio, sino también el apoyo emocional necesario en momentos difíciles.
En palabras de María Alonso, coordinadora del Programa de Ejercicio Físico en Oncología de GEICAM, “investigaciones epidemiológicas y estudios observacionales indican que los pacientes que realizan actividad física de manera regular presentan una reducción en el riesgo de recurrencia del cáncer y en la mortalidad por todas las causas, lo que nos hace ver la importancia que tiene que los pacientes sean físicamente activos desde el momento del diagnóstico”. De este modo, “el ejercicio físico es una herramienta que debe ser considerada durante el proceso oncológico, ya que puede mejorar la calidad de vida y el pronóstico del paciente con cáncer”.
Desde GEICAM están trabajando para aumentar la evidencia sobre los beneficios del ejercicio. Un ejemplo es el Proyecto GYMNOS, cuyo objetivo es obtener información sobre el nivel de actividad física que realizan las pacientes con cáncer de mama, así como sobre sus preferencias en cuanto a los programas de ejercicio físico. “Los resultados ayudarán a establecer estrategias más efectivas para aumentar la actividad física de las pacientes y su adherencia a los programas de ejercicio, lo que a su vez contribuirá a mejorar su calidad de vida y bienestar general”, asegura María Alonso.
Deportes como el fitboxing ayuda a reducir efectos secundarios de los tratamientos oncológicos, mejora la capacidad cardiorrespiratoria, fuerza y combate la fatiga
Información facilitada por Brooklyn Fitboxing,compañía española que nació en 2014 con un solo centro en Madrid. En la actualidad cuenta con más de 240 centros en ocho países. En sus centros se creó la modalidad deportiva en la que se alternan rounds de boxeo y kickboxing, sin contacto, con ejercicios de fuerza dirigidos por entrenadores certificados. En sesiones grupales, con el fin de generar sentimiento de comunidad, los entrenamientos se realizan al ritmo de la música producida por y para la propia cadena de gimnasios.
La cadena Brooklyn Fitboxing ofrece un entrenamiento integral que mejora la fuerza, resistencia y contribuye al bienestar emocional y ayuda a reducir el estrés