El corte de digestión por meterte al agua después de comer. ¿Riesgo real o mito?

La teoría detrás de esta preocupación es que la digestión de los alimentos requiere un flujo sanguíneo considerable hacia el tracto gastrointestinal, y sumergirse en agua fría desvía la sangre hacia la piel y los músculos, lo que dificulta la digestión

Lucas Delgado

El corte de digestión por meterte al agua después de comer. ¿Riesgo real o mito?
El corte de digestión por meterte al agua después de comer. ¿Riesgo real o mito?

La relación entre comer y nadar ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. Existen ciertas recomendaciones generales sobre el tiempo que se debe dejar entre comer y sumergirse en una piscina para evitar el denominado "corte de digestión". Si bien los efectos de comer antes de nadar pueden variar de una persona a otra, a continuación, exploraré la importancia de esperar un tiempo adecuado y los posibles problemas de salud asociados si no se sigue esta práctica.

El término "corte de digestión" se utiliza para describir los síntomas incómodos que pueden ocurrir cuando se realiza una actividad física vigorosa, como nadar, poco después de comer. Estos síntomas pueden incluir calambres estomacales, náuseas, vómitos y, en casos más graves, mareos o desmayos. La teoría detrás de esta preocupación es que la digestión de los alimentos requiere un flujo sanguíneo considerable hacia el tracto gastrointestinal, y sumergirse en agua fría desvía la sangre hacia la piel y los músculos, lo que dificulta la digestión.

La recomendación general más común es esperar al menos de dos a tres horas después de una comida abundante antes de nadar. Durante este período, el cuerpo tiene tiempo suficiente para digerir los alimentos y permitir que el estómago se vacíe parcialmente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la duración exacta puede variar según la cantidad y el tipo de comida consumida, así como la tolerancia individual.

Si no se respeta el tiempo adecuado entre comer y nadar, pueden surgir varios problemas de salud. Uno de los principales riesgos es el malestar gastrointestinal, que puede manifestarse en forma de calambres, sensación de plenitud, náuseas o incluso vómitos. Además, la actividad física intensa después de comer puede aumentar el riesgo de reflujo ácido, especialmente en personas propensas a la acidez estomacal o enfermedades gastroesofágicas.

Otro problema potencial es el mareo o desmayo. Cuando el cuerpo se somete a una actividad física intensa poco después de comer, el flujo sanguíneo se redistribuye para satisfacer las demandas del ejercicio, lo que puede causar una disminución en el flujo sanguíneo al cerebro. Esto puede provocar mareos, debilidad y, en casos extremos, desmayos.

Además de los problemas de salud mencionados anteriormente, nadar con el estómago lleno puede afectar negativamente el rendimiento. La sensación de pesadez y los calambres estomacales pueden disminuir la capacidad de moverse con libertad en el agua, lo que afecta la técnica de nado y la velocidad. También puede aumentar la fatiga y reducir la resistencia, lo que dificulta el disfrute de la actividad y puede limitar la duración de la sesión de natación.

En resumen, para evitar el denominado "corte de digestión" y los posibles problemas de salud asociados, es recomendable esperar al menos de dos a tres horas después de una comida abundante antes de nadar. Respetar este tiempo permite que el cuerpo digiera adecuadamente los alimentos y reduce la posibilidad de malestar gastrointestinal, mareos y otros síntomas incómodos. Es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y puede requerir más o menos tiempo para sentirse cómoda antes de sumergirse en la piscina. Siempre es recomendable escuchar a tu propio cuerpo y ajustar el tiempo de espera según tus necesidades individuales.