Come menos y vivirás más

Limitar la ingesta calórica prolonga la vida y lo corroboran las investigaciones científicas.

Comer menos ralentiza el envejecimiento
Comer menos ralentiza el envejecimiento

El sistema inmune se desajusta cuando se come sin ninguna restricción y se cometen excesos y los investigadores han demostrado que los genes y los procesos moleculares más afectados con la edad tienen que ver con dicho sistema inmune, además de con la inflamación y el metabolismo.

Aunque el estudio, publicado en Cell en febrero de este mismo año, se ha realizado con ratas, los resultados parecen ser extrapolables a la mayoría de animales, humanos incluidos. Las ratas adultas en las que las calorías de la ingesta se vieron reducidas, tenían unos niveles de células inmunes similares a los de ratas jóvenes de cinco meses. En estas ratas en restricción calórica no había más de la mitad de todos los marcadores de envejecimiento identificados en otras ratas de la misma edad con una dieta normal.

Ya en 1935 se publicó un estudio en Estados Unidos acerca de la restricción calórica, demostrando que reduciendo la cantidad de calorías a ratas de laboratorio se les alargaba la vida hasta en un 50%. El origen de estos beneficios parecía estar en la producción endógena de sulfuro de hidrógeno que sucedía durante la restricción, como demostró el estudio "Endogenous Hydrogen Sulfide Production Is Essential for Dietary Restriction Benefits" publicado en Cell en diciembre de 2014.

Durante el proceso de envejecimiento el sistema inmune se desajusta de forma muy pronunciada, dando lugar a un estado de inflamación crónica y a la aparición de enfermedades asociadas a la edad, como el Alzhéimer. Que exista la posibilidad de reprogramar ese estado inflamatorio anómalo por medio de una simple restricción calórica supone una nueva vía de investigación para el posible tratamiento de enfermedades asociadas al envejecimiento.

Los adipocitos, células en las que se almacena la grasa, y las células de la aorta son de las células que más se degeneran con el envejecimiento y se recuperan con la restricción calórica. También se ha demostrado que la restricción calórica activa procesos de reciclaje celular beneficiosos, por autofagia (literalmente nuestro cuerpo se come otras células propias) incluso en casos de personas con cáncer que reciben quimioterapia.