El pulso es la frecuencia a la que late el corazón. Mientras el corazón bombea sangre a través del cuerpo, se pueden sentir las pulsaciones en algunos de los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel.
Te ofrecemos 5 claves para que tengas en cuenta:
1/ Tómate siempre las pulsaciones en la misma posición corporal.
Y es que puede despistarte el hecho de que la frecuencia cardiaca (FC) sea más baja cuando estamos tumbados y más alta de pie (la causa es el mayor consumo de oxígeno producido por el mayor trabajo que le supone al corazón luchar contra la gravedad para bombear la sangre).
2/ Hasta 40 pulsaciones por minuto en reposo menos puede llegar a tener una persona entrenada respecto a otra sedentaria.
La carrera fortalece el corazón y mejora el funcionamiento del sistema circulatorio (tiende a aumentar ligeramente el volumen del ventrículo izquierdo lo que supone una disminución de la frecuencia cardiaca).
3/ Debido a que el corazón de las mujeres es más pequeño que el los hombres de la misma estatura, complexión y nivel de entrenamiento, late algo más rápido, unos 5 a 7 latidos más por minuto con un mismo nivel de esfuerzo.
4/ Cuanto más calor haga más rápido late tu corazón, ya que el cuerpo tiene que hacer un trabajo extra para enfriarse.
5/ Si buscas la máxima precisión de pulsaciones lo más recomendable es usar una banda de pecho. Los sensores ópticos de muñeca han ido mejorando cada año pero aun así siguen sin ser precisos al 100%.
El pulso normal en reposo de un adulto está entre 60 y 100 latidos por minuto. Algunas enfermedades hacen que cambie el pulso, así que es útil saber cuál es el pulso en reposo cuando nos encontramos bien.