Aproximadamente el 5% de todas las fracturas tratadas en las urgencias de los hospitales tiene a la clavícula como protagonista. Que la clavícula se fracture a menudo, aunque sea de forma indirecta, es debido a un duro impacto tras extender la mano durante una caída o bien por una caída sobre el propio hombro. Las clavículas de los niños son las más propensas a fracturarse debido a su relativa debilidad en comparación con la de los adultos.
¿Qué es una rotura de clavícula y cómo se produce?
La clavícula es el hueso largo que une la parte superior del brazo con el tronco del cuerpo: un extremo de la clavícula se une con el esternón y el otro extremo con el omoplato. La clavícula, cuya parte más frágil es la unión entre sus dos tercios medio y lateral, forma la única articulación que une la cintura escapular con el tronco y protege importantes vasos sanguíneos, el pulmón y el plexo braquial.
Las fracturas de la clavícula que terminan desplazadas de su posición anatómica pueden lesionar estas estructuras debido a su proximidad y lo afilado que resultan los bordes astillados.
La clavícula puede fracturarse en tres zonas diferentes:
- Tercera media: la parte media de la clavícula, que es el sitio más común.
- Tercera distal: la parte final que se conecta con el hombro.
- Tercera medial: el final de la clavícula que se conecta con el esternón.
Principales síntomas
- Los principales síntomas que origina una rotura de clavícula son:
- Dolor, en ocasiones intenso.
- Hombro caído, hacia abajo y hacia delante.
- Incapacidad para levantar el brazo debido al dolor.
- Bulto o deformidad visible sobre el sitio de la fractura.
- Los huesos pueden salirse por la piel o verse fuera de sitio.
- Sensibilidad e hinchazón en el área afectada.
- El hombro y el brazo están débiles, adormecidos y con hormigueo.
Diagnóstico
Las pruebas que determinan si el deportista sufre una rotura de clavícula son:
- Radiografías. Se utilizan para buscar huesos rotos u otros problemas y se suelen tomar radiografías de ambas clavículas: la lesionada y la sana. Es la opción más utilizada en la vida cotidiana ya que es capaz de diagnosticar, con éxito, el 98% de las lesiones óseas.
- Resonancia magnética. Este examen también se conoce con la sigla IRM. Durante la prueba y mediante ondas magnéticas, se toman imágenes de los huesos, músculos, articulaciones o vasos sanguíneos. Es la alternativa más eficaz a la radiografía convencional.
- Tomografía axial computarizada. En esta prueba, más conocida por sus siglas TAC, se usa un aparato especial de rayos X equipado con una computadora para tomar imágenes de la clavícula. Antes de tomar las imágenes, se suele aplicar un medio de contraste por vía intravenosa, que ayuda a que las imágenes se vean mejor.
Tratamiento
El tratamiento dependerá del daño y del tipo de fractura que el deportista haya sufrido. Los especialistas recomiendan:
- Medicamentos: Para aliviar el dolor, así como antibióticos o una inyección antitetánica si hay cortes en la piel.
- Férula o cabestrillo: Existen diferentes cabestrillos que pueden ser usados para prevenir que una clavícula fracturada sufra más daños. El cabestrillo en forma de ocho es el más utilizado.
- Terapia de apoyo: En esta terapia se utiliza el hielo como método analgésico y antiinflamatorio. Para obtener una pronta recuperación, la labor de un fisioterapeuta es esencial. A medida que el dolor disminuye, se recomienda hacer ejercicios que aumenten el rango de movimiento.
- Intervención quirúrgica: Casi todas las fracturas de clavícula sanan por sí solas pero si la lesión es grave, pues se observan signos radiológicos de fractura o existe laxitud articular, se recomienda la intervención quirúrgica. También puede necesitarse para arreglar una clavícula que se haya salido a través de la piel. Para unir nuevamente los huesos, se suelen usar pines, platinas o tornillos. Mediante la cirugía también pueden tratarse otros problemas, tales como una lesión en un nervio o en un vaso sanguíneo. En el caso de una fractura severa, las técnicas utilizadas más comunes son la placa de compresión o el clavo intramedular (Steiman, Kirschner, Rush, etc.).
Recuperación
Cuando el médico decida que el paciente está preparado, éste podrá iniciar ejercicios de amplitud de movimiento y de estiramiento. Es posible que sea derivado a un fisioterapeuta para que lo ayude con estos ejercicios. Lo recomendable es no regresar a la práctica deportiva hasta que la clavícula no haya sanado por completo.
Tras la intervención quirúrgica, los plazos de recuperación para volver a la práctica deportiva son los siguientes: un niño puede sanar rápidamente en tres o cuatro semanas. Un adolescente puede tardar de seis a ocho semanas en recuperarse. Un adulto que ha dejado de crecer puede necesitar entre ocho y diez semanas para curarse.