Ya sabemos que hay infinita información circulando por la red, de mayor o menor rigor, relacionada con la incursión en nuestra sociedad de la pandemia del ya célebre coronavirus COVID-19. Desde Sport Life hemos intentado recopilar, libre de polvo y paja, todas las precauciones a tomar y actuaciones necesarias, para que la vida de un deportista pueda mantenerse con cierta racionalidad.
Hemos agrupado en diferentes temas toda la información que hemos ido recogiendo de las fuentes que hemos considerado de mayor rigor (Ministerio de Sanidad, organizaciones médicas, comunicados autonómicos…) y os las exponemos a continuación.
1 ¿Cuál son los síntomas?
Fundamentalmente fiebre (no excesivamente alta), tos y molestias respiratorias: la congestión y goteo nasal sólo se han detectado en el 5% de los casos. Este cuadro puede también ir asociado a patologías digestivas y dolores musculares, pero dependerá de la afectación que cause el virus en cada organismo.
2 ¿Cómo se propaga?
La persona infectada puede toser o estornudar y las gotas de saliva expulsadas son portadoras del COVID-19. Estas gotas se proyectan a una distancia inferior a 1,5 metros del individuo contaminado y se depositan en alguna superficie o sobre otro individuo: ahí el coronavirus puede permanecer activo hasta nueve días (The Journal of Hospital Infection) a temperatura ambiente.
3 ¿Cómo se contagia?
El contagio mayoritario se produce por contacto con las secreciones respiratorias de la persona infectada y o por vía aérea directa. El COVID-19 puede sobrevivir en algunos materiales durante bastante tiempo (hasta nueve días) y, al entrar en contacto con ellos, nos podemos contaminar. Cuando estas partículas entran en contacto con la mucosa de la nariz, boca u ojos de otra persona, hay contagio.
4 ¿Cómo me protejo?
Lo más importante es no tener contacto con cualquier tipo de superficie factible de estar contaminada: barandillas, picaportes, grifos, mesas, respaldos de sillas, teléfonos, teclados… Si tienes que permanecer en un lugar comunitario deberás evitar tocarte la cara, tanto si llevas guantes como si tienes las manos desprotegidas.
Es imprescindible mantener una higiene continua de las manos con lavados frecuentes y muy meticulosos de al menos 20 segundos. Todos los pliegues interdactilares, el lecho de las uñas… incluso las muñecas deben ser frotados con agua y jabón abundante.
Si puedes secarte con servilletas de papel mucho mejor que si lo haces con toallas textiles. Evitar utilizar máquinas de aire de secado de manos o conseguirás expandir los virus por el ambiente de forma innecesaria.
Si no se dispone de agua corriente y alguna solución jabonosa se pueden rociar las manos con gel hidroalcohólico: es importantísimo saber que el gel debe ser virucida, y esto se puede comprobar en el etiquetado del producto. El gel tiene que cumplir con la norma UNE EN 14476 y estar avalado por la AEMPS y contener etanol. El espectro de la actividad virucida del etanol al 95% cubre la mayoría de los virus clínicamente relevantes.
Las célebres mascarillas sólo las deberían utilizar las personas infectadas para evitar proyectar hacia el exterior partículas de saliva contaminadas y aquellas personas que traten con enfermos diagnosticados. Las mascarillas deben tener la homologación FFP2 o FFP3. En caso de trabajar en un puesto de cara al público que entrañe riesgo se utilizarán las mismas mascarillas homologadas, que son las únicas con capacidad de filtrar el coronavirus. Esta medida debería complementarse con el mantenimiento de la distancia de seguridad mínima de un metro.
5 ¿Cómo desinfectar las posibles superficies contaminadas?
Los coronavirus humanos pueden seguir siendo infecciosos en superficies inanimadas, como ya hemos comentado, durante varios días. Sin embargo, pueden quedar rápidamente inactivos utilizando desinfectantes comunes (detergentes, lejía, amoniaco… no hay que volverse loco con productos especiales). Aunque no está totalmente verificado, utilizar agua a temperatura superior a 60º para realizar la limpieza mejora los resultados de la desinfección: otros coronavirus similares han sido vulnerables a esta temperatura.
6 ¿Quién son las personas de riesgo?
Fundamentalmente quienes ya tengas patologías respiratorias o coronarias graves, de manera especial las de mayor edad y aquellas que tengan alterado su sistema de respuesta inmunológica. Estadísticamente afecta en menor manera a los más jóvenes y a las mujeres, y los peores desenlaces sólo se han dado en individuos con patologías (severas) previas. Debes intentar vivir esto con gran tranquilidad, pero poniendo de tu parte todo lo que puedas para evitar la transmisión del virus.
7 ¿Cuál es el periodo de incubación?
Si hemos tenido la mala fortuna de que el virus haya entrado en nuestro organismo podemos llegar a desarrollar la patología correspondiente. El lapso de tiempo medio desde la infección de un individuo hasta que muestra los primeros síntomas de la enfermedad es de unos cinco días y el cuadro sintomatológico se puede prolongar hasta los 12 días: de ahí la importancia de guardar un aislamiento en torno a 14 días.
8 Me he infectado y tengo síntomas
No te muevas de casa: no acudas a un centro hospitalario porque están saturados.
Llama al teléfono de emergencias sanitarias de tu comunidad autónoma, no necesariamente al 112 en el que atienden todo tipo de urgencias sociales: hay algunas comunidades que ya disponen de un teléfono específico para tratar el COVID-19 incluso en algunas hay una web habilitada para tratar estas urgencias.
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Evita el contacto con otras personas. Si puedes aislarte en una habitación de la casa y utilizar un baño privado hazlo.
Lava tu ropa aparte, siempre con agua a más de 60 grados.
Aspira y friega el piso de esa estancia a diario y ventila durante al menos 30 minutos para renovar totalmente el aíre de la habitación.
Corrige tu alimentación en la que debes incluir un porcentaje elevado de frutas naturales frescas y verduras, para asegurarte la ingestión de vitaminas, oligoelementos (se pierden en los cocinados) y enzimas, además de una buena cantidad de líquido.
Consume agua, infusiones y zumos a discreción: el cuerpo debe estar mejor hidratado que de costumbre, sobre todo si tienes fiebre.
Aunque el ejercicio intenso está contraindicado en caso de infección, intenta pasear, hacer alguna tabla de ejercicios funcionales y, en general, activa tu fase aeróbica (yoga, pilates, estiramientos…): es una buena forma de activar tu sistema inmunológico para acelerar tu curación.
- Refuerza tu sistema inmunológico consumiendo alimentos ricos en: Omega-3, Selenio, Zinc, Vitamina C, Vitamina E, Vitamina A y utiliza algunos probióticos (yogur natural). Estos nutrientes está demostrado científicamente que colaboran en la mejora de nuestras defensas. Huye de los suplementos o complementos milagrosos que, de manera inespecífica, prometen reforzar tu sistema inmunológico.
9 ¿Puedo salir a entrenar o de viaje?
Aquí surge una gran duda existencial. En realidad vivimos en una sociedad y nos debemos a ella: si aceptamos los beneficios de tener un buen sistema sanitario, transporte público, redes de comunicación avanzadas, ayudas sociales para nuestros mayores… además de pagando nuestros impuestos, debemos tener la conciencia de conseguir que esa sociedad funcione siempre de la mejor manera posible. Si las autoridades sanitarias aconsejan quedarse en casa, pues debemos aceptar esta medida y ser solidarios: el siguiente paso es mucho más desagradable, ya que vendrán las prohibiciones que ninguno queremos sufrir.
Desde luego hay que evitar ir al gimnasio: es uno de los lugares donde más fácil nos podemos contagiar con cualquier microorganismo: sean bacterias, hongos o virus. Las condiciones ambientales de un gimnasio suelen ser peligrosas para mantener una escrupulosa asepsia en todas las instalaciones. Mejor quédate en casa, haz los ejercicios domésticos que mejor te convengan y reza para que la alarma sanitaria pase pronto y puedas recuperar tu ritmo normal de entrenamiento. Recuerda: con tu colaboración a lo mejor ese plazo de aislamiento es más corto de lo que imaginas.
Claro, te plantearás que tú lo que haces es montar en bicicleta, correr a pie, escalar, remar en una canoa… y tu deporte no se hace en un recinto cerrado. Imagina por un momento que eres un portador del COVID-19, aunque no hayas desarrollado ninguna patología (y posiblemente nunca la desarrolles). Por todos los lugares que vayas, irás dejando el virus y otras personas se podrían contagiar con él. Es una decisión de tu conciencia, nadie te va a prohibir que salgas al campo, pero seguramente tu comportamiento solidario será la más eficaz de las vacunas.
