La imagen ya empieza a ser habitual: una persona enfundándose unos guantes de plástico y una mascarilla de protección camina por cualquiera de las calles de nuestras ciudades. Todavía ninguna autoridad sanitaria ha dicho que fuera necesario uniformarse de esa guisa por las vías públicas, pero nuestro instinto de supervivencia nos aconseja protegernos con cualquier elemento que mejore nuestra percepción de seguridad frente a un enemigo invisible, del que tanto, y a veces tan mal, se está informando.
Una barrera ¿eficaz?
Si hay algo nocivo en el aire que pueda penetrar en nuestro organismo, lo más sensato es poner alguna barrera para evitarlo. Sin ninguna duda la mejor de las protecciones es QUEDARNOS EN CASA, pero es indudable que, tarde o temprano, nos tocará salir a la calle para hacer la compra. Ya te hemos enseñado cómo tienes que actuar para desinfectar los artículos que entren en tu casa desde el exterior, y ahora vamos a intentar recopilar la mejor información para que te protejas a ti mismo.
Las mascarillas suponen un filtro entre nuestro sistema respiratorio y el aire que penetra desde el exterior, y esto se consigue gracias a que los poros del tejido de la mascarilla atrapan partículas de un tamaño superior al de sus canales de ventilación.
Las mascarillas “autofiltrantes" contienen un filtro de micro partículas gracias al que pueden proteger en distintos grados. Su finalidad es evitar al usuario entrar en contacto con contaminantes ambientales, como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, citostáticos, etc. No protegen frente a gases o vapores, si bien existen máscaras con filtros específicos para esos casos. Las mascarillas autofiltrantes se rigen bajo la normativa europea UNE-EN 149 y se clasifican en base a su rendimiento de la siguiente manera:
FFP1 (filtro de partículas tipo P1): tienen una eficacia de filtración mínima del 78% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 22%. Suelen emplearse frente a partículas de material inerte.
FFP2 (filtro de partículas tipo P2): tienen una eficacia de filtración mínima del 92% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 8%. Se utilizan frente a aerosoles de baja o moderada toxicidad.
FFP3 (filtro de partículas tipo P3): tienen una eficacia de filtración mínima del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%. Se utilizan frente a aerosoles de alta toxicidad.
Sólo las mascarillas que dispongan de una eficiencia de filtración de al menos el 95 % para partículas de 0,3 micras de diámetro, serían eficaces frente al nuevo coronavirus, que se transmite principalmente por las gotas respiratorias de más de 5 micras, según confirma el Ministerio de Sanidad, pero se ha estandarizado el uso de FFP2 como las más racionales para el uso no médico, en el que difícilmente recibiremos de manera directa la proyección de gotas de saliva sobre nuestra nariz.
Un antes y un después
Desde hace muchos años es frecuente ver por las calles de países como China, Japón o Corea personas caminando con mascarillas. Algunos puede que sean alérgicos a alguna sustancia transportada por el aire que respiramos, pero la mayoría son ciudadanos que están padeciendo un proceso catarral o gripal. Es una rutina de gran responsabilidad, que debería ser obligatoria en cualquier sociedad donde viven hacinados miles o millones de personas en poco espacio. En nuestra cultura es todavía habitual que un compañero de trabajo acuda estornudando o tosiendo hasta el recinto donde el resto nos encontramos desprotegidos ¿será lo mismo a partir de ahora?
El COVID 19 no deja de ser una infección respiratoria muy similar a la de patologías como las gripales o catarrales más habituales, con un desarrollo que puede alcanzar dramáticas consecuencias en los individuos con un sistema inmune más vulnerable… pero no muy distintas a las que puede llegar a alcanzar una epidemia de gripe (en 2018 casi 800.000 casos, 52.000 ingresados y 15.000 muertos), pero con la diferencia de que no existe vacuna y los tratamientos son todavía experimentales.
Lo mejor: protegerse
Aunque no dispongamos de una mascarilla con una protección homologada al cien por cien siempre será mejor que no llevar nada: cualquier tejido atrapará gotas de saliva, aunque no sea capaz de filtrar al cien por cien un virus.
Pero hay que tener muy en cuenta que al ponernos o quitarnos la mascarilla podemos contaminarnos, si no lo hacemos con sumo cuidado. En este enlace dispones de la información necesaria para hacerlo de la manera correcta.
Una mascarilla casera
Todos estamos alarmados por las preocupantes noticias de la falta de material sanitario, de manera especial mascarillas de protección, en nuestros mercados. Frente a este problema ha surgido el saber popular, compartiendo mucha información sobre la manera correcta de fabricarse mascarillas de tela. ¡Ojo!, si decides tomar esta iniciativa, fabrica una mascarilla de doble tela que permita introducir en su interior un elemento filtrante: desde papel de cocina, rellenos de pañal, tela de bolsa impermeable, compresas... Este "filtro" hay que desecharlo en cada uso pero la mascarilla se puede lavar a 60 grados y una vez seca, volver a usarla con un filtro nuevo. Lo ideal es fabricarnos un par de mascarillas y así siempre dispondremos de una en perfecto estado de utilización.
Te recomendamos que veas este vídeo donde puedes comprobar lo sencilla que es la fabricación de una mascarilla de protección con filtro.
¿Son efectivas las mascarillas caseras?
Si están bien fabricadas, conseguimos que se ajusten bien al perfil de nuestra cara y las manipulamos de la manera correcta pueden llegar a ser tan eficaces como una buena mascarilla comercial. ¿Pueden llegar a filtrar el COVID 19? Pues dependiendo del filtro que utilicemos podrían llegar a ser muy efectivas, pero no disponemos de datos de la capacidad de retener particular de los filtros improvisados que podamos utilizar en su interior (tamaño de la gota portadora del COVID 19 superior a 5 micras). En cualquier caso siempre es mejor utilizar una mascarilla, como método de pantalla, que ir desprotegidos.
Y, si dispones de tiempo libre y se te da bien fabricar estas mascarillas, te recordamos que las puedes donar a muchos servicios públicos (policías, militares, servicios municipales…., además de sanitarios) para colaborar con las personas que se están exponiendo por nosotros a este virus.
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