Verdades y mentiras de la carne roja

Las medias verdades que rodean al apetitoso "chuletón"

Sara Alvarez

Verdades y mentiras de la carne roja
Verdades y mentiras de la carne roja

 

  • Solo es roja la carne de ternera. Falso

El término carne roja se refiere al color rojizo que poseen las carnes crudas de los mamíferos por su contenido en mioglobina, una proteína que transporta oxígeno al músculo. Se refiere con más frecuencia a la carne de vacuno, pero también se considera carne roja al venado y a la carne de caza.

 

  • Son la mejor fuente de hierro. Verdadero.

No sólo por la alta concentración de hierro que contienen, también por su más fácil asimilación. Esto no quiere decir que no sea posible cubrir totalmente nuestras necesidades de hierro sin comer carne roja, pero para lograrlo deberemos ser más cuidadosos con nuestra nutrición.

 

  • Proporciona la mejor fuente de proteínas. Falso.

Otros alimentos de origen animal como el pescado, el huevo y algunos tipos de lácteos pueden proporcionarnos también proteínas de muy alto valor biológico. Incluso es posible conseguir una buena ingesta de proteínas a través de los alimentos vegetales si sabemos combinarlos adecuadamente. 

  

  • No es buena para nuestra salud. Depende.

Sin duda, las carnes rojas están buenísimas y proporcionan grandes ventajas: proteínas de alta calidad, hierro y vitaminas del grupo B que cuidan nuestro sistema nervioso. El problema es que también contienen altas cantidades de grasas saturadas que pueden deteriorar la salud cardiovascular e incluso aumentar la predisposición a algunos tipos de cáncer.  Como siempre, en la moderación está la clave. No hay ningún problema en comer carne roja un par de veces por semana, dentro de una dieta rica en frutas y verduras.

 

  • Es mejor sustituir la carne roja por pollo o pavo. Depende.

Si comes carne roja a diario, deberías sustituir varias ingestas semanales por otras fuentes de proteínas, como pescado o huevo (o legumbres combinados con cereales, por ejemplo). También es una buena fuente la carne de pollo o pavo criado en libertad o en granjas ecológicas. No obstante, los preparados de estas aves que suelen venderse en supermercados contienen mayor cantidad de grasa, aditivos y sal que la carne roja, por lo que resultan mucho más perjudiciales.