Dos sopas frías de verano muy españolas, concretamente muy andaluzas. Partimos de que las dos ya son saludables y muy buena opción para el periodo estival, pero seguro que hay detalles y trucos para mejorar nuestra elección.
Gazpacho
Hay toda una cultura en torno a este plato, ya que los ingredientes y proporciones pueden variar, aunque tomaremos la base tradicional de tomate maduro, pan, ajo, pepino, pimiento, cebolla, comino, agua, aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta.
Por la cantidad de agua que se le añade es considerado como una sopa fría que se puede beber directamente.
- Valor energético: 44 kcal / 100 g
- Proteína: 0,8 g
- Hidratos carbono: 3,6 g
- Grasa: 2,4 g
- Fibra: 1,1 g
Salmorejo
Aunque tomate, ajo y pan son elementos comunes a salmorejo y gazpacho, en el salmorejo los hidratos tienen mayor presencia al usar en mayor cantidad el pan.
Igual pasa con el aceite, que se usa en más cantidad al hacer el salmorejo.
En cuanto al vinagre, se añade más cantidad en el gazpacho.
Salvo el pan a remojo, en el salmorejo no se añade agua, por lo que su textura es de una crema fría espesa que necesita cuchara. Al turbinar el aceite con el agua de vegetación del tomate, se crea una emulsión de consistencia espesa gracias también al pan añadido.
- Valor energético: 85 kcal / 100 g
- Proteína: 1,1 g
- Hidratos carbono: 5,1 g
- Grasa: 6,4 g
- Fibra: 1,3 g