Son muchos consejos nutricionales que vienen de lejos y que corren de boca en boca que realmente nadie se para a comprobar si tienen detrás un fundamento. Uno de ellos, que además se recomienda especialmente a los deportistas de fondo, es tomar una cucharada de aceite de oliva de primera presión en frío como primer alimento del día.
En teoría esa cucharada de aceite de oliva de primera presión en frío en ayunas se traduciría en una mejora de nuestra salud cardiovascular, en una mejora de nuestra piel y hasta en una media de prevención del cáncer de mama. Tiene efecto antiinflamatorio, gracias a un compuesto orgánico llamado oleocantal, propiedades adelgazantes debido a una sustancia denominada oleiletanolamida, sintetizada en el intestino a partir del ácido oleico y que tiene un conocido efecto saciante.
Por supuesto que nadie duda de las excelentes propiedades nutricionales de “nuestro" aceite de oliva que puede presumir de ser regulador del colesterol gracias a sus ácidos grasos monoinsaturados. En su visita a nuestra redacción, el gran experto de la dieta mediterránea, el Dr. Miguel Angel Martínez-González ponía el valor el aceite de oliva virgen como uno de los puntales de nuestra dieta. Nadie duda de las cualidades del aceite de oliva y de ese tesoro en forma de polifenoles, ese potente antioxidante que contiene.
Pero una vez que queda claro y avalado por todo tipo de estudio científicos que el aceite de oliva tiene efectos beneficiosos para nuestra salud, ¿realmente se puede afirmar que son mayores si el consumo es en ayunas? Empecemos por decir que debe ser de la más alta calidad, virgen extra y de primera presión en frío; a mayor pureza, más riqueza en polifenoles y nutrientes. En segundo lugar, es preferible tomarlo en crudo para conseguir todo su aporte nutricional en forma de vitaminas y antioxidantes, aunque hay que señalar que precisamente esos compuestos antioxidantes hacen que resista más ciclos de fritura que otros aceites.
De gran pureza y crudo está claro, pero de lo que hay tantas evidencias es de que la hora del día al que se consuma tenga influencia. Hay nutricionistas que afirmar que esa cucharada de aceite de oliva de primera presión en frío en ayunas logra para el aparato digestivo y el hígado el efecto de reducir la acidez gástrica, ya que se formaría una película en la pared gástrica que supone una mejora del tránsito intestinal y mayor absorción de nutrientes como las vitaminas B, mangnesio y calcio, pero no hemos encontrado evidencias científicas concluyentes sobre este punto.
