A la hora de ver cómo podemos desde la nutrición controlar el problema de los gases el primer factor que deberíamos tener en cuenta es la cantidad de fibra que ingerimos diariamente. Es un tema delicado porque debe ser una aportación equilibrada. Si nos falta fibra (que podemos encontrar os recordamos en los cereales integrales, las frutas frescas, las verduras , los frutos secos, etc.) tendremos problemas ya que nos ayuda a mejorar el tránsito intestinal y reducir el riesgo de estreñimiento, que está directamente relacionado con la putrefacción intestinal y la producción de gases. Pero tampoco podemos aumentar de golpe la fibra ni excedernos en la cantidad, ya que de no introducir la fibra progresivamente podríamos provocar el efecto contrario: más problemas intestinales y más gases. Como referencia, se recomiendan entre 25 y 30 gramos de fibra a lo largo del día.
VIGILA LOS CEREALES INTEGRALES
Nos pueden aportar la fibra que necesitamos pero no debemos perder de vista que los hidratos de carbono, en general y con la excepción del arroz, al ser digeridos producen gases. Y los integrales, pese a ser mucho más saludables que los refinados, pueden producir más gases. En lo que se refiere al pan, apuesta por aquellos fabricados con levadura madre que tiene mucha mejor digestión y evita aquellos que han sido fabricados con gentes químicos gasificantes en vez de levadura.
LAS LEGUMBRES PRIEMRO EN REMOJO
Sin duda son uno de los tesoros de nuestra nutrición, pero de todos es sabido su alta capacidad de flatulencia. Para reducir el truco está antes de cocerlas, es ponerlas en agua y romperles el hervor a mitad de cocción. Evitar siempre en las cenas.
LA LISTA NEGRA DE LAS VERDURAS
Si tienes problemas con los gases, deberías evirar el brócoli, la coliflor, la col, los rábanos o los nabos que son muy flatulentos. Y no abuses de alcachofas, pepino, acelgas,el apio y de la cebolla y la zanahoria si están crudas. En cambio, si están cocinadas no suelen dar problemas de gases. Evita también combiarlas con alimentos especialmente grasos. Y un truco que funciona: si las masticas bien, ayudas a reducir la formación de gases.
FRUTAS DE TEMPORADA, PELADAS Y YA MADURAS
También resulta de gran ayuda elegir por frutas y verduras de temporada y ya maduras, pues su digestión será mucho más sencilla. Es preferible tomar la fruta pelada. Las frutas solo combinan bien con los vegetales de hoja verde, ya que necesitan el mismo tiempo de digestión, que está sobre los 20 minutos. Respecto a qué frutas pueden producir más gases, uvas, plátanos y albaricoques serían los peores, y piña, pera, kiwi y el melón los que más ayudarán en la digestión "sin ruídos".
REDUCE AL MINIMO LOS FRITOS
Los alimentos muy grasos son de digestión lenta y problemática, por eso intenta evitar la fritura para preparar los alimentos (la plancha, el horno o todavía mejor hervir al vapor son alternativas más saludables).. También plantéate reducir el consumo de alimentos grasos como patés, bollería industrial, quesos grasos o embutidos.
STOP A LOS REFRESCOS
Por muchas razones deberías quitar totalmente los refrescos gaseosos de tu vida (empezando por el dañino azúcar añadido), y una de ellas es que provocan hinchazón en el estómago. Lo mejor para evitar la formación de gases es lo más barato: beber agua.
CAMBIA EL CAFE DE DESPUES DE COMER POR LAS INFUSIONES
Para evitar la hinchazón abdominal, tampoco resulta recomendable excederse con el café. Una infusión digestiva con anís verde, menta, hierba luisa, manzanilla... después de comer te sentará fenomenal.
APUESTA POR EL KÉFIR
En lugar de los lácteos más tradicionales en nuestro país puedes introducir en dieta un alimento fermentado como el kéfir, que también mantienen un buen equilibrio de la flora intestinal.
