El lado oscuro de comer algas

¿Son realmente las algas el futuro de la nutrición saludable?

Yolanda Vázquez

El lado oscuro de comer algas
El lado oscuro de comer algas

En países como Japón son un elemento básico de la alimentación y llegaron a Europa con una fama espectacular de sus propiedades nutricionales. Ya son bastantes las tiendas de alimentación en las que que las podemos encontrar en forma de ensalada (alga wakame), sushi (alga nori) e incluso deshidratadas (alga kombu) para añadir a sopas o guisos.

Su buena fama les viene de ser un alimento equilibrado de bajo contenido calórico que aportan numerosos nutrientes esenciales como la vitamina B1, que ayuda a las células a convertir los hidratos de carbono en energía, B2, que mejora nuestra visión, A, esencial en el crecimiento y para las células de la piel y las mucosas y C además de minerales como sodio, calcio, cloro, potasio, fósforo, magnesio, hierro y por si faltaba poco fibra, proteína y ácidos grasos insaturados.

Pero ahora ya se habla también de lado oscuro de las algas. Ya en 2015 la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) consideró el uso de algas marinas para la alimentación uno de los riesgos especialmente el exceso de yodo Los expertos dicen que solo un gramo de algas como kombu, wakame o nori excede en cinco o más veces el límite diario recomendado de consumo de yodo. Esta sobredosis de yodo en el organismo de manera continuada se relaciona con problemas de tiroides.

No hay una recomendación oficial para prohibir el consumo de algas, pero sí de no superar la tasa diaria máxima recomendada de consumo de yodo que está en los 150 microgramos.