El amaranto es un pseudocereal con un elevado contenido protéico. Aunque su uso se remonta a los tradicionales pueblos mayas, hoy en día está adquiriendo mucha popularidad gracias al empuje comercial que está experimentando y a las casi recién descubiertas propiedades nutricionales. Podemos usarlo de diferentes maneras, entre las más originales están las palomitas de amaranto. Pueden ser una buena opción tanto para niños como para adultos.
Valor nutricional del amaranto
El amaranto se incluye dentro del grupo de los vegetales más proteicos, perfecto para una dieta vegana donde las proteínas suelen ser una de las mayores preocupaciones, ya que contiene 19 gramos de estas por cada 100 gramos. Además, es rico en minerales. En mayor proporción encontramos el potasio, el fósforo y el calcio. También contiene, aunque en menor proporción, Vitamina C y Vitaminas del grupo B.
Logicamente también nos aporta mucha energía pues 100 gramos de amaranto contienen 71.8 gramos de hidratos de carbono.
Preparar palomitas de amaranto
Una forma muy sencilla de consumir el amaranto es mediante palomitas de amaranto. Son una buena y sana alternativa a las palomitas de maíz, y además también es apta para celíacos, ya que no contienen glúten.
Para preparar palomitas de amaranto, necesitarás como ingredientes las semillas de amaranto (la cantidad variará según la cantidad de palomitas que quieras preparar y el número de comensales que seáis). De cada semilla saldrá una palomita. Preparamos también un poco de sal marina si quieres darles un toque de sabor o también puedes endulzarlas si lo prefieres.
Al igual que las palomitas de maíz, su sabor es neutro, por lo que con imaginación podemos hacer palomitas muy creativas usando por ejemplo especias como el pimentón, el orégano o la canela.
La preparación es muy sencilla. Pon a calentar una sartén sin añadirle aceite, cuando esté muy caliente añade las semillas de amaranto. Tápalas rápido para evitar que salgan de la sartén cuando empiecen a explotar y mueve la misma en círculos sin levantarla del fuego, para así mezclarlas y que el calor se reparta por igual. En pocos minutos o cuando escuches que dejan de estallar, ya tendrás listas tus palomitas de amaranto. No prepares muchas de una vez. Es mejor ir haciendo pocas cantidades, sacar y volver a añadir más semillas a la sartén. Al hacer mucha cantidad, corres el riesgo de que no se cocinen todas por igual y queden granos sin explotar.