Ya sabemos que hay que comer brócoli y coles de la familia de las crucíferas (coliflor, col, coles, lombarda, coles de Bruselas, kale, etc.) por sus propiedades a la hora de prevenir tumores y evitar su desarrollo.
El brócoli y las coles contienen una sustancia conocida como indol-3-carbinol (I3C), responsable del potente olor del brócoli y coles, y con 'superpoderes' al ser capaz de inactivar los genes promotores del cáncer como el gen WWP1, que aparece activo en una variedad de cánceres humanos comunes.
En un nuevo artículo publicado en la revista Science , los investigadores del Centro de Cáncer e Instituto de Investigación del Cáncer en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, han demostrado que la molécula I3C del brócoli del gen, es capaz de unirse al gen cancerígeno WWP1 e inactivarlo, suprimiendo el crecimiento tumoral en animales de laboratorio propensos a cáncer.
Un compuesto natural que se encuentra en el brócoli y coles vuelve a activar la función de un potente supresor de tumores.
En el estudio analizaron la función del gen PTEN, un gen protector del cáncer que actúa como un potente supresor de tumores, y aparece mutado, eliminado o silenciado en la mayoría de los tumores humanos, lo que le impide cumplir su función de 'control' del cáncer.
Hay algunas mutaciones hereditarias de PTEN que pueden causar síndromes con susceptibilidad al cáncer y defectos del desarrollo. Normalmente se altera una de las copias del gen PTEN, y las células tumorales muestran niveles más bajos de PTEN, lo que ha llevado a pensar que al restaurar la actividad normal de PTEN en los tejidos con cáncer se podría activar la función supresora de tumores de este gen.
El gen WWP1, también desempeña un papel en el desarrollo del cáncer, ya que produce una enzima que inhibe la actividad supresora de tumores de PTEN. Popularmente se dice que el WWP1 es la kriptonita de Superman en el caso del gen PTEN. ¿Cómo inactivar esta kryptonita de PTEN?
Para averiguarlo, Pier Paolo Pandolfi, director del estudio y su equipo identificaron las moléculas y los compuestos que regulan la función y la activación de gen supresor PTEN, la enzima relacionada con el cáncer WWP1 y la molécula I3C del brócoli y las coles.
En una serie de experimentos en ratones y células humanas propensos al cáncer, los investigadores encontraron que la molécula de I3C del brócoli y las coles era clave para inactivar a WWP1 y liberar al gen PTEN.
El brócoli podía 'bloquear' la acción de la 'kriptonita' WWP1, liberando al 'superhéroe' PTEN para que pueda cumplir su función protectora frente a los tumores.
Los investigadores trabajaron en condiciones de laboratorio, lo que implica concentraciones muy altas de I3C del brócoli. Esto extrapolado a la vida real significa que tendrías que comer 2,7 kilos de brócoli y coles al día sin cocer, para conseguir el efecto beneficioso frente al cáncer de esta sustancia.
Lo bueno de este trabajo es que abre ventanas a nuevas caminos de investigar como prevenir y curar el cáncer con sustancias inhibidoras del cáncer que aparecen en los alimentos, y como conseguir administrarlas en la clínica oncológica con seguridad. El equipo planea seguir estudiando la función de WWP1 para desarrollar inhibidores más potentes de esta enzima 'kriptonita'.
Y por supuesto, aunque no podamos ni debamos comer cantidades tan grandes de brócoli y coles al día, en cantidades adecuadas, estas verduras siguen siendo alimentos supersanos que no sólo nos ayudan a prevenir el cáncer, también nos proporcionan nutrientes de calidad con fitosustancias con propiedades saludables.
Fuente:
Yu-Ru Lee, Ming Chen, Jonathan D. Lee, Jinfang Zhang, Shu-Yu Lin, Tian-Min Fu, Hao Chen, Tomoki Ishikawa, Shang-Yin Chiang, Jesse Katon, Yang Zhang, Yulia V. Shulga, Assaf C. Bester, Jacqueline Fung, Emanuele Monteleone, Lixin Wan, Chen Shen, Chih-Hung Hsu, Antonella Papa, John G. Clohessy, Julie Teruya-Feldstein, Suresh Jain, Hao Wu, Lydia Matesic, Ruey-Hwa Chen, Wenyi Wei, Pier Paolo Pandolfi. Reactivation of PTEN tumor suppressor for cancer treatment through inhibition of a MYC-WWP1 inhibitory pathway. Science, 2019; 364 (6441): eaau0159 DOI: 10.1126/science.aau0159
