El bizcocho es, sin lugar a dudas, uno de los postres estrella de nuestra cocina. De hecho, nadie puede resistirse a su sabor y textura esponjosa, sobre todo si lo tomamos a modo de merienda o pequeño capricho ocasional.
Sin embargo, hay cierta desinformación sobre el valor nutricional de este bocado. En primer lugar, y en términos generales, una porción de bizcocho es rica en hidratos de carbono, provenientes de los cereales que conforman la harina de trigo, un nutriente que actúa como fuente de energía básica y que ayuda a obtener un mejor rendimiento al practicar deporte.
Por otro lado, el bizcocho también supone un aporte generoso de calorías y, por lo tanto, se puede considerar un postre hipercalórico. Además, contiene proteínas, muy presentes en los huevos, un componente que favorece la gestación del músculo. Eso sí, el aporte nutricional de cada ejemplar puede variar dependiendo de la proporción y los ingredientes utilizados.
El bizcoho con yogur es rico en minerales
Si seguimos la receta más tradicional, esta elaboración es además rica en calcio debido al yogur que incluye en su composición. Este es un producto lácteo fermentado que aporta alrededor de 120 mg (por cada ración de 100 gramos) de calcio, un mineral que tiene un papel esencial en nuestro cuerpo ya que fomenta que los huesos y las articulaciones crezcan más sanos y fortalecidos.
Esta cantidad de yogur también contiene 100 mg de fósforo, otro macromineral muy presente en las proteínas de origen animal y ciertos productos lácteos (como los yogures que utilizamos para preparar el bizcocho), y que se encarga de reparar todas las células y los tejidos del organismo. De ahí que sea un aliado perfecto para evitar lesiones o desgarros musculares tras una intensa actividad física.
Asimismo, 100 gramos de yogur aportan alrededor de 150 mg de potasio, fundamental a la hora de metabolizar debidamente los hidratos de carbono y fortalecer todos los músculos del cuerpo.
Bizcocho sin yogur: ¿una opción saludable?
Una vez dicho esto, hay que remarcar que también existe la opción de preparar bizcocho sin yogur, una receta igual de sabrosa, pero que le resta parte de esa esponjosidad tan característica. En este sentido, son muchas las personas que se decantan por este tipo de bizcocho, sobre todo si sufren algún tipo de intolerancia a la lactosa.
Sin embargo, esta receta supone decir adiós a todos los beneficios que aporta el yogur natural, un alimento que, como ya hemos comentado, aporta todo tipo de minerales que son beneficiosos para el organismo. A la hora de elegir, no existe una opción más saludable que otra, todo depende de las necesidades y objetivos de cada persona, así como el control que se tenga sobre su consumo. Recordemos que cualquier alimento en exceso puede ser perjudicial para nuestro organismo.
Contraindicaciones del bizcocho a tener en cuenta
A pesar de las propiedades antes expuestas y tal y como acabamos de ver, este bocado puede formar parte de nuestra dieta si se consume con moderación. Hay que tener en cuenta que se prepara con harina de trigo (muchas veces refinada y de origen industrial), un ingrediente que, si se ingiere de manera desmesurada, puede aumentar los niveles de colesterol en sangre. Sobre todo si llevamos un estilo de vida poco saludable.
Para contrarrestar parcialmente este problema, se puede optar por recetas que sustituyan la harina de trigo por una versión integral, una opción que se caracteriza por su mayor aporte de fibra. De hecho, este ingrediente de origen vegetal puede ayudarnos a tratar el estreñimiento y reducir las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares como, por ejemplo, la hipertensión.
