¿Qué es la espirulina y de dónde proviene?
La espirulina, ese polvo verde azulado tan llamativo y utilizado hoy en día para dar color a batidos y smoothies, es un complemento dietético elaborado a partir de microalgas pertenecientes al género Arthrospira, concretamente a las especies Arthrospira maxim yArthrospira platensis, y no al género Spirulina como sería de esperar por cómo se le llama, cuyas especies no son comestibles.
El motivo por el que su nombre se asemeja al de Spirulina y no al de Arthrospira, es porque en el momento en el que se empezó a comercializar la espirulina todavía no existía el género Arthrospira, el cual surgió más adelante a partir del de Spirulina, por lo que ya se quedó con esa denominación, aunque ahora resulte un poco confuso [1].
¿Qué tiene de especial la espirulina?
La espirulina es un producto muy atractivo que ha ido ganando popularidad no solo por su peculiar color a la hora de crear recetas innovadoras en el ámbito culinario, sino también por su supuesta riqueza nutricional, sobre todo en el campo de la nutrición deportiva por su aporte proteico y de la basada en plantas o que excluye los alimentos de origen animal por este último sumado al de vitamina B12.
Es cierto que la espirulina se caracteriza por un elevado contenido en macro y micronutrientes, especialmente en proteínas, vitaminas como la A, la C y la D, y minerales, destacando el hierro, calcio, cromo, cobre, magnesio, manganeso, fósforo, potasio y zinc, además de por la presencia de pigmentos con propiedades antioxidantes, como la ficocianina y la tan conocida clorofila [2].
Sin embargo, a pesar de su alto valor nutricional, no es recomendable incluirla en nuestra alimentación, al menos de forma frecuente.
La razón de esto es que, independientemente de que no nos aporta ningún beneficio extra en comparación con el resto de los alimentos de los que disponemos, es decir, ningún nutriente o compuesto antioxidante que no podamos obtener por medio de la ingesta de otros alimentos, lo único a lo que puede conllevar su consumo es a riesgos y problemas para la salud, entre los que se encuentran los relacionados con el metabolismo de la glándula tiroides y la vitamina B12 o cobalamina.
Estos últimos se deben precisamente a que, como la espirulina es considerada una fuente dietética de B12, una vitamina de la que carecen los alimentos de origen vegetal y que por ello debe ser suplementada en la población vegetariana y vegana para evitar su deficiencia, incluso en ovolactovegetarianos, muchas de las personas que llevan este tipo de alimentación consumen espirulina convencidas de que entonces ya no es necesario suplementarse con B12, lo cual es un grave error.
¿Es la espirulina una fuente de vitamina B12?
Los valores de vitamina B12 que aparecen cuando te dan los resultados de un análisis de sangre abarcan dos tipos de B12, la activa y los análogos de B12.
Como bien indica su nombre, la B12 activa es la que desempeña las funciones propias de la vitamina B12 en nuestro cuerpo, mientras que los análogos de B12, también llamados corrinoides, son compuestos cuya composición es parecida a esta última, pero ahí se quedan, ya que no ejercen ninguna de sus acciones y, por tanto, no pueden considerarse como vitamina B12 ni mucho menos. Sirven para reacciones metabólicas y el desarrollo de bacterias, a diferencia de para los de las personas.
Una vez explicado esto, podemos comprender por qué la vitamina B12 que aporta la espirulina no es biodisponible, es decir, no es de utilidad para nuestro organismo, al tratarse de análogos de B12 y no de su forma activa.
De ahí que la ingesta de este alga por parte de vegetarianos y veganos pueda resultar tan peligrosa, ya que ayuda a falsear las analíticas y, a pesar de que en ellas se muestren rangos adecuados de vitamina B12, estos lo son por la presencia de sus análogos y no por la de B12 activa, que es la que realmente impide los perjuicios para la salud derivados de su deficiencia.
Además, los análogos de B12 que proporciona la espirulina no solo son problemáticos en ese sentido, sino también a la hora de obstaculizar la absorción de la B12 activa proveniente del consumo de alimentos enriquecidos o suplementos, debido a que ambos comparten la misma vía metabólica, lo que hace que compitan por ella.
¿El consumo de espirulina supone algún peligro para la salud?
Entonces, ¿esto significa que mientras no seas vegetariano o vegano, ya que ingieres vitamina B12 de sobra en tu dieta a través de los alimentos de origen animal, no puede afectarte negativamente incluir espirulina en tu alimentación? La verdad es que no, tampoco te libras, porque otro de los inconvenientes derivados del consumo de algas es su alto contenido en yodo, un mineral que, aunque suele ser deficitario en nuestra población, lo cual se soluciona simplemente empleando sal yodada en nuestro día a día, si se aporta en exceso puede dar lugar a trastornos de la glándula tiroides, como hipo e hipertiroidismo o cáncer tiroideo, al estimular la actividad de esta glándula [3], [4].
Aunque las concentraciones de yodo de la espirulina suelen ser variables al encontrarse en el mercado en forma de suplemento y no de alimento a diferencia de otras algas, como la mayoría de ellas se caracterizan por ser muy ricas en este mineral, conviene ser precavidos respecto a su consumo habitual en este aspecto. Asimismo, hay que tener en cuenta que se sumaría al yodo que podamos ingerir mediante otros alimentos como la sal, pescados y mariscos.
Por último, otro de los riesgos asociados a la ingesta de espirulina es que cada vez aparecen con más frecuencia casos sobre algas contaminadas con metales pesados como el arsénico [5], debido a su capacidad para acumular tóxicos y a que los controles de calidad para garantizar la seguridad del producto suelen ser menos estrictos para los complementos alimenticios que para los propios alimentos.
Así que, resumiendo todo lo expuesto, si decides tomar espirulina que sea valorando los riesgos que conlleva, sin creer que es fuente de vitamina B12 ni buscando beneficios o propiedades nutricionales exclusivas y, lo más importante, de forma ocasional y precavida.
Bibliografía
[1] M. A. B. Habib, M. Parvin, T. C. Huntington, and M. R. Hasan, A review on culture, production and use of spirulina as food for humans and feeds for domestic animals and fish., vol. 1034. Rome, 2008. [2] R. Henrikson, Earth Food Spirulina - The Complete Guide To A Powerful New Food That Can Help Rebuild Our Health and Restore Our Environment. 2009. [3] T. T. Zava and D. T. Zava, “Assessment of Japanese iodine intake based on seaweed consumption in Japan: A literature-based analysis," Thyroid Res., vol. 4, no. 1, p. 14, 2011. [4] T. Michikawa et al., “Seaweed consumption and the risk of thyroid cancer in women: The Japan Public Health Center-based Prospective Study," Eur. J. Cancer Prev., vol. 21, no. 3, pp. 254–260, 2012. [5] E. Food and S. Authority, “Dietary exposure to inorganic arsenic in the European population," EFSA J., vol. 12, no. 3, 2014.
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