Alimentos deportivos: Para deportistas vegetarianos

Los deportistas vegetarianos no tienen que reducir su alimentación a las ensaladas. En este artículo os dejamos una selección de alimentos para conseguir una dieta completa y equilibrada.

Yolanda Vázquez Mazariego

Alimentos deportivos: Para deportistas vegetarianos
Alimentos deportivos: Para deportistas vegetarianos

La alimentación vegetariana no sólo requiere una compra semanal de productos frescos como frutas, verduras, ensaladas, germinados y hortalizas de temporada,  también necesita espacio en la despensa para el surtido de alimentos más perecederos que necesitas para hacer recetas variadas nutritivas y sabrosas.

Los ingredientes esenciales para tener siempre a mano en la cocina son:

Cereales integrales, no te limites al arroz y el trigo y sus harinas, hay muchos más cereales como el trigo sarraceno, bulgur, cuscús, mijo, quinoa, arroz salvaje, amaranto, , alforfón, espelta, centeno, avena, maíz, etc. a los que sacar partido para los cereales del desayuno, harinas para postres, panes y salsas, sopas, etc.

Pasta integral, de todo tipo de sabores, colores y formas, con algas, setas, huevo, espinacas, tomate, remolacha, etc.

Legumbres, garbanzos, lentejas, judías blancas, judías rojas, guisantes, soja, etc. La mayoría de las legumbres se conservan secas y se ponen en remojo durante toda la noche para facilitar la cocción. También puedes utilizar lentejas del Puy para preparar una comida rápida.

Frutos secos y semillas, almendras, avellanas, anarcardos, sésamo, nueces, piñones, cacahuetes, pipas de girasol, de calabaza, etc. Son un complemento perfecto a ensaladas, salsas, panes y cereales para el desayuno.

Frutas secas, orejones, pasas, higos secos, ciruelas, papaya, etc. son una fuente energética para añadir a ensaladas, postres y como complemento entre horas.

Aceites, todos de primera presión en frío, no faltará el aceite de oliva y también se puede utilizar aceites de lujo como el de sésamo, nuez, girasol, maíz, avellanas, etc.

Hierbas aromáticas, frescas, congeladas o secas, las hierbas son la chispa de un plato vegetariano y pueden sustituir a la sal. Escoge el ?toque? entre: orégano, salvia, tomillo, perejil, eneldo, estragón, cebollino, ajedrea, albahaca, romero, laurel, etc.

Especias, el mundo del sabor empieza con un toque de canela, pasa por la nuez moscada, se recrea en el azafrán y explota con la cayena. En cada especia hay un exótico viaje al mundo del paladar. El secreto de una buena cocina vegetariana está en saber utilizar los poderes mágicos de cada especia.

Endulzantes, la miel es la estrella de los dulces vegetarianos, pero no se desprecian otros como el azúcar integral moreno, jaleas, melazas, excepto el azúcar blanco que sólo contiene calorías vacías. Los endulzantes que te sugerimos aportan algo más, contienen pequeñas trazas de calorías, minerales, sustancias medicinales (en la miel) etc.

Aromatizantes y sustitutos de la sal, sal gruesa marina, sal con hierbas, gomasio (sésamo) salsa de soja, setas deshidratadas, pasta de aceitunas, mostaza, trufa, tomates secos, etc. Hay muchos alimentos que aumentan el sabor, dan color a los platos y no contienen aditivos, colorantes ni conservantes.

Algas, imprescindibles en la cocina oriental, son un suplemento nutricional para los vegetarianos porque aportan vitaminas, minerales y un agradable sabor salado. Puedes escoger entre arame para guarnición, dulse para ensaladas, hijiki para las verduras, kombú para ablandar legumbres y sopas, wakame en sopas o ensaladas, nori para sushi o agar agar para espesar y para hacer gelatinas.

Suplementos naturales, son una mezcla entre alimentos y suplementos y son muy recomendables para los vegetarianos por su riqueza en vitaminas y minerales. Los más utilizados son: levadura de cerveza, germen de trigo, polen, jalea real, propoleo, salvado de trigo, espirulina, verde de alfalfa, etc. Escoge los de confianza en tu herbolario o tienda de herbodietética.

Y en la nevera de una dieta ovo-lacto-vegetariana encontraremos yogur, quesos variados, requesón, mantequilla, cuajada, leche, huevos, seitán, tempeh, tofu, etc. preferiblemente de origen orgánico o biológico.