Sara Trejo es una deportista incansable, la clásica machacas del fitness y del deporte, desde que fuera federada en voleibol de niña y adolescente hasta su reciente pasión por el CrossFit, es raro encontrar un deporte que no haya probado. Por esto mismo a Sara la que verás en muy poca ocasiones sin estar sometida a un frenesí de actividades, por eso cuando nos contó que sus vacaciones iban a estar destinadas en parte a colaborar con un reto solidario, no nos sorprendió en absoluto.
Destinar tus vacaciones deportivas a buscar fondos para lucha contra el cáncer
A veces para luchar por una buena causa no hace falta tener un gran entramado lleno de apoyos detrás, basta con destinar tu propio tiempo de ocio y el esfuerzo de tu retos deportivos para intentar sumar piedrecitas de apoyo a la financiación de proyectos que si no fuera por la causa altruista del voluntariado se quedarían un poco más huérfanos. Y precisamente esa idea era la que rondaba la cabeza de Sara ya el verano pasado:
“El verano pasado ya hice en solitario Madrid-Santiago en bici, pero no lo organicé con tiempo y me quedé con la espinita clavada de no haber buscado una forma de que de alguna manera esos km se pudieran transformar en donaciones o para el Alzheimer, enfermedad que sufre mi abuela, o para el cáncer, la mujer de mi padre, mi segunda madre, padece esta enfermedad y estoy bastante sensibilizada con el tema, así que ya el año pasado me dije que si repetía reto el año próximo intentaría colaborar de alguna manera".
Castellón-Santiago en mtb, 1.100 km a disposición de Mi Grano de Arena
Y dicho y hecho, este año se planteó **Castellón- Santiago, 1.100 km que podrían a la disposición de Mi Grano de Arena y la Fundación Aladina** para conseguir algo de dinero para un proyecto de investigación de inmunoterapia contra el cáncer. Era difícil que Sara a modo individual consiguiera una cifra impresionante, se puso como objetivo tope 2.000 € y logró poco más de 110 €, pero la cantidad aquí es secundaria, ¿qué pasaría si consiguiéramos concienciar a todo el mundo para que intentaran movilizar sus retos deportivos en la búsqueda de donativos para diversas causas? Pues que probablemente conseguiríamos ayudar a muchos más proyectos que lo necesitan.
“Cuando iba difundiendo por qué estaba pedaleando escuché de todo, eran pocas, pero algunas personas me llegaron a decir que de la financiación del cáncer debe ocuparse el gobierno, no nosotros. Yo respondía que no se trataba de suplantar a la sanidad pública, sino todo lo contrario, de encontrar financiación para proyectos de medicina pública a la que la financiación del estado no puede llegar, de ayudar a la sanidad pública a que pueda salvar todavía más vidas."
También una Kona de hace 20 años puede
Quizá uno de los elementos más bonitos de la historia de Sara es que muestra como nadie que no necesitas la última bici del mercado, ni la mejor equipación para afrontar retos solidarios. Una Kona de hace 20 años con ruedas de 26 pulgadas, con un peso que entre alforjas y bici alcanzaba los 25 kg le bastó para superar tramos tan duros como la parte de la sierra de Castellón.
“La verdad es que yo no tengo ni idea de bicis, pero sí de pedalear, he sido profesora de ciclo indoor desde 2011, por eso imagino que he podido afrontar casi sin entrenar específicamente acabar este reto en 10 dias, con tramos de desnivel importantes y llegando incluso a acumular algunos hasta 130 km, pero unos 100 de media diaria."
“El año que viene pedalearé por el Alzheimer y haré el recorrido entre Cádiz y Santiago, entrenando los ratos que me deja mi carrera de odontología, el año que viene además estaré de Erasmus en Marsella, y mi trabajo como entrenadora personal."
