Cuando la periodista free lance Pepa Benavent, atleta del club deportivo Pozo Norte (Puertollano, Ciudad Real) y madrina de la ONG Tierra de Amani (Mijas, Málaga), decidió pasar sus vacaciones como voluntaria en Tanzania, pensó en recaudar dinero entre sus amigos para colaborar con el proyecto de la ONG, que opera en el país africano y presta ayuda integral a niños con el VIH/SIDA.
Cuando el Club Deportivo Pozo Norte se sumó a la causa, con la idea de organizar una carrera solidaria y pedir una inscripción simbólica a la misma de 10 euros por dorsal para recaudar fondos. El resultado superó todas las expectativas de la Junta Directiva del club, pues en menos de un mes se inscribieron a la carrera 150 personas (muchos socios del club y también sus amigos y familiares), con lo que se recaudó un total de 1.500 euros para el proyecto de la ONG.
La carrera era ya un hecho (los medios locales y las revistas especializadas se hicieron eco de la noticia, incluyéndola en la agenda de carreras internacionales), pero la inversión económica que hacía falta para ponerla en marcha podía mermar la recaudación conseguida con las inscripciones. Era necesario conseguir patrocinadores, de forma que el total recaudado con las inscripciones no costease la organización de la carrera. Se involucraron cinco empresas (el Ayuntamiento de Puertollano; la empresa de transporte marítimo en Ibiza, Aquabus; el Club Los Leones, de Mijas; y las tiendas de deportes Zeus y Twinner, de Puertollano).
Y así nació la I Carrera Solidaria “Pozo Norte”, celebrada en la zona rural de Kibosho (Moshi, Tanzania), a los pies del Kilimanjaro, el pasado 4 de agosto de 2012.
Una vez en Tanzania (la periodista llegó diez días antes de la carrera para trabajar con los niños infectados por el VIH/SIDA) había que convencer a los miembros de las familias a quienes ayuda la ONG (33 familias), así como a sus familiares y amigos, para que participaran en la competición, pues eran ellos los que tenían que correr en nombre de sus padrinos. No fue difícil, a pesar de que muchos jamás han hecho deporte ni participado en una prueba similar, nunca han entrenado ni disponen de material deportivo (la gran mayoría corrió en chanclas y muchos lo hicieron descalzos). Todos estuvieron deseosos de participar (era un gran acontecimiento para ellos y habían sido convocados por los representantes de la comunidad) y hubieran corrido muchos más, de no haber estado limitada la participación al número de inscritos en España.
De las 150 personas que corrieron, un cincuenta por ciento eran seropositivos (niños y adultos) y el otro cincuenta por ciento, familiares, vecinos, amigos, médicos, enfermeras y maestros de estos niños portadores del VIH. En total, participaron 98 niños y 52 adultos, entre ellos una anciana de 72 años (la persona más mayor de la competición; corrió en chanclas y con falda, y finalizo la prueba en algo más de 30 minutos), a la que la española donó su premio, pues quedó segunda en la categoría de mujeres (fue la única persona blanca que participó).
La prueba se dividió en cuatro categorías: Niños de 6 a 10 años (corrieron 500 metros); niños de 11 a 14 años (un kilómetro), y mayores de 15 años (tres kilómetros).
Los primeros clasificados de cada categoría fueron:
- Niños de 6 a 10 años
1. Winifrida Pascal (10 años; en nombre de Marcos López Montero)
2. Regina Pascal (9 años; en nombre de Lola Mora Rey)
3. William Marcel (10 años; en nombre de José Luis Rubio Moral)
- Niños de 11 a 14 años
1. Paulo Tarimo (14 años; en nombre de Vicente y Paula)
2. Issa Hamisi (14 años; en nombre de María Varo)
3. Steven Anthon ( 14 años; en nombre de Orestes Montero)
- Mujeres (a partir de 15 años)
1. Marry Kueka (15 años; Tiempo: 14´14´´; en nombre de TV 40 Mijas)
2. Pepa Benavent (47 años; Tiempo; 14´26´´; en su propio nombre)
3. Rosena Ludovi (15 años; Tiempo: 14´59´´; en nombre de María Llanos Martínez)
- Hombres (a partir de 15 años)
1. Deusi Mboya (22 años; Tiempo: 11´19´´; en nombre de Rosa Caballero)
2. Cristian Tarimo ( 17 años; Tiempo: 12´26´´; en nombre de A. Bonanova)
3. Innocent Mboya (20 años; Tiempo: 13´22´´; en nombre de Miguel Ángel González)
Todos los participantes recibieron la camiseta oficial de la competición, así como la tradicional bolsa del corredor (con sandía, mango, naranja, zumos, agua y galletas). Además, los tres primeros clasificados de cada categoría fueron galardonados con las correspondientes medallas y recibieron regalos adicionales (mochilas y material deportivo). Todo fue donado por los patrocinadores. Al final de la jornada, hubo discursos de concienciación sobre la importancia del deporte, la buena alimentación y la vida saludable; los niños y mayores bailaron y cantaron para la española, en un emotivo fin de fiesta; y público y participantes prometieron reunirse el próximo año para disputar la segunda edición.
Como hecho anecdótico, cabe destacar la presencia entre el público de tres españolas que se enteraron de la celebración del evento un par de días antes, al conocer en la ciudad de Moshi a la organizadora de la carrera. Ellas ayudaron en la organización del evento, antes y después de las pruebas, y animaron a todos los participantes, en especial a su compatriota, haciendo suya esta causa solidaria y comprobando de primera mano la importancia de ayudar a quienes más lo necesitan, y el cariño, respeto y agradecimiento con que estos reciben nuestra ayuda.
En cuanto a los 1500 euros conseguidos con las inscripciones, parte de esta suma ya ha sido gastada en alimentación, medicamentos (los específicos del SIDA son gratuitos pero no los indicados para curar otra enfermedades que también sufren muchos de estos niños por la mala alimentación y la falta de higiene), atención hospitalaria, pago de cursos anuales en escuelas (la ONG pone especial atención en la educación de estos niños), e incluso camas y mosquiteras para quienes no disfrutaban de este privilegio. El resto de la recaudación se destinará a financiar las jornadas educativas mensuales que la ONG prepara en la clínica donde se atiende a estos niños seropositivos, con el fin de concienciar a las familias de la importancia de una alimentación saludable, una sexualidad responsable, la educación de los más pequeños y la búsqueda de oportunidades que garanticen, al menos, la esperanza de poder optar a un futuro mejor.